´SE NOS OLVIDA QUE EL PUEBLO ESTÁ MURIENDO DE HAMBRE´

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Al obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, Mariano Parra Sandoval, le da dolor ver que a todo lo largo y ancho del estado Bolívar la pobreza se haya disparado de forma alarmante. ´Los católicos tenemos que pensar en el bien común no en el bien de mi grupo, ni en el bien de mi partido, ni en el bien de mi familia… debo pensar qué es lo mejor para mi comunidad y qué es lo que nos va a ayudar a salir adelante´, dijo. ´Siempre nos van a tirar, porque la Iglesia no puede estar ni con este partido, ni con el otro partido, ni con este gobierno, ni con otro gobierno… porque la Iglesia tiene que estar con Cristo, con su evangelio y con el pueblo´, puntualizó….

«SE NOS OLVIDA QUE EL PUEBLO ESTÁ MURIENDO DE HAMBRE»

El obispo de Ciudad Guayana, Mariano Parra Sandoval, advierte que «no estoy acusando aquí a nadie… sino diciendo cuál es la realidad que estamos pasando y por eso afirmo que estamos pasando momentos muy difíciles desde el punto de vista social».

Al obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, Mariano Parra Sandoval, le da dolor ver que a todo lo largo y ancho del estado Bolívar la pobreza se haya disparado de forma alarmante.

«Da ganas de llorar y salir corriendo, cuando uno se entera que en algunas comunidades los niños a los 7 años de edad comienzan a robar para poder llevar sustento a sus hogares… eso es muy triste».

Lamenta que en este momento la población más pobre es la que mayormente está sufriendo no sólo por la pobreza, el desempleo y el hambre, sino que además los servicios básicos de educación y salud están muy limitados por la falta de insumos en los hospitales y la crisis asistencial que padecen siempre los más pobres.

Advirtió que a lo largo de este año que está por concluir el problema social del país se ha intensificado de forma considerable, al punto que aseguró que desde el punto de vista social el balance ha sido «bastante negativo» porque «es mucha la pobreza, mucho el problema social, el hambre, la delincuencia y secuestros que se están dando en Venezuela».

Considera que la razón para que el país no haya avanzado en lo social es básicamente «porque estamos pensando más en nuestros propios intereses que en los intereses de un país y de una nación».

EL BIEN COMÚN

«Los católicos tenemos que pensar en el bien común no en el bien de mi grupo, ni en el bien de mi partido, ni en el bien de mi familia… debo pensar qué es lo mejor para mi comunidad y qué es lo que nos va a ayudar a salir adelante», dijo.

Monseñor Parra Sandoval, cree que el gran problema en Venezuela en los últimos años es que hemos pasado el tiempo pendientes más de los intereses individuales que en los intereses comunitarios. El alto prelado de la Iglesia Católica en Ciudad Guayana ha corroborado esta situación de pobreza a todo lo largo y ancho del estado Bolívar en sus visitas pastorales.

«Yo visito mucho las comunidades, porque tengo la obligación de hacer visitas pastorales y en las comunidades en que he estado he visto mucha pobreza. He visitado por ejemplo la parroquia Don Bosco, en la UD-145; la parroquia Jesucristo Resucitado en Guaiparo; visité la parroquia Cristo Rey en Bella Vista; 25 de Marzo… y en cada uno de esos sectores me he encontrado con unas realidades tan crudas, fuertes y desesperantes de personas pasando hambre, de centros de salud desasistidos», dijo.

Recuerda por ejemplo, una de las visitas que realizó a la Maternidad Negra Hipólita, donde confesó haber visto la parte física muy bien atendida «pero me dio dolor saber que estaban a punto de cerrar por la falta de presupuesto… y a los días la cerraron».

«Yo no estoy acusando aquí a nadie… sino diciendo cuál es la realidad que estamos pasando y por eso afirmo que estamos pasando momentos muy difíciles desde el punto de vista social, continuó. Se nos está olvidando que tenemos a un pueblo que se está muriendo de hambre, se nos ha olvidado que tenemos a un pueblo que tiene necesidades, que está desempleado por completo», denunció.

El guía espiritual de la Diócesis confiesa que siente una fuerte impotencia cada vez que va a un sector popular y se le acercan jóvenes desempleados en busca de un empleo o cuando a diario se acercan personas a la Curia Diocesana para solicitar un empleo y «lamentablemente tenemos que decirles que no podemos hacer nada… porque la Iglesia tampoco es una agencia de empleo».

– ¿Usted cree que el gobierno no ha dado respuestas a la crisis social, por estar pendiente de lo político?

– Yo creo que por parte del gobierno, y por parte de todos también. Yo no voy a culpar solamente al gobierno, sino que culpo además a toda la sociedad venezolana, porque no hemos buscado los caminos mejores para lograr que todo nuestro pueblo tenga las condiciones mínimas de empleo, salud, educación y bienestar mínimo… no riqueza, sino bienestar mínimo. Creo que la culpa no es de un solo sector, sino de todos los sectores. No puedo negar que el gobierno tiene un peso y una responsabilidad muy grande, pero también los demás tenemos mucho que hacer y hemos dejado de hacer muchas cosas para mejorar la situación.

Ante esta situación, indicó que el próximo año, tiene planteado convocar a los alcaldes y al gobernador para reunirse y concentrar esfuerzos para tratar de devolverle a los guayaneses una mejor calidad de vida.

«Tengo que ser sincero… me he reunido informalmente con el gobernador y con algunos alcaldes, pero dentro de mis planes está -a partir de las actas de las visitas pastorales donde están los detalles de las cosas que he visto- escribirle al gobernador y a los alcaldes y decirles: señores, no podemos seguir con los brazos cruzados, no podemos seguir pensando… hay que actuar de una buena vez».

En lo que se refiere a la situación política que ha prevalecido en el país durante el año 2003, el Obispo de Ciudad Guayana señala que aunque todos los años tienen sus cosas positivas y negativas, «este año en Venezuela han habido momentos de mucha dificultad y momentos en que la tensión ha sido muy grande, pero también se han presentado momentos en que se ha tratado de buscar soluciones pacíficas y democráticas a los problemas».

IGLESIA Y ESTADO

En cuanto a los constantes ataques a los que ha sido objeto la Iglesia Católica y la alta jerarquía eclesiástica venezolana, Parra Sandoval advierte que a través de la historia la Iglesia siempre ha sido atacada, en diferentes circunstancias y en cualquier gobierno.

«Cuando los que hoy están en la oposición estaban antes en el gobierno, la Iglesia denunciaba algo y siempre le caían encima. Yo recuerdo que cuando era sacerdote en Sucre, una vez me cayeron encima y me dijeron que me fuera de la sacristía y nos apoyaban quienes hoy están en el gobierno, y ahora los que están en el gobierno nos critican cuando uno dice una cosa que está mal y nos apoyan los que están en la oposición».

Monseñor Parra Sandoval recuerda las palabras del evangelio, cuando dice Jesús: sean felices porque los perseguirán en mi nombre. «Siempre nos van a tirar, porque la Iglesia no puede estar ni con este partido, ni con el otro partido, ni con este gobierno, ni con otro gobierno… porque la Iglesia tiene que estar con Cristo, con su evangelio y con el pueblo», puntualizó.

Advierte que siempre que tiene contacto con algún gobernante, siempre les recuerda la importancia de hacer el ejercicio de escuchar y de ver que por algo se les están diciendo las cosas, «siempre digo escuchar, no atacar… pero bueno, creo que esos son gajes del oficio».

MÁS FUERZA

El pastor de la Iglesia Católica en Ciudad Guayana cree que los ataques contra la Iglesia no han hecho mella en el fervor del pueblo venezolano, que por el contrario se ha aferrado a la religión en búsqueda de paz, tranquilidad.

Recuerda el fervor que se sintió en la diócesis de Ciudad Guayana con la llegada de la imagen de la Virgen de Coromoto. «La visita de la imagen de Coromoto a nuestra diócesis fue espectacular… y yo no me esperaba la participación tan activa de la población hasta en caseríos y pueblos muy pequeños, salió la gente a pedirle con fervor y afecto a la virgen que ayudara al pueblo venezolano en sus necesidades».

Advierte que este fervor
creciente por la Virgen María se sintió con igual fuerza en todos los rincones del país donde estuvo de visita la imagen de Nuestra Señora de Coromoto e igualmente durante la feria de la Virgen de Chiquinquirá, donde la gente colmó todos los espacios para «pedirle a Dios por intercesión de la Virgen María».

«Venezuela tiene muchas posibilidades de salir adelante, pero todos tenemos que hacer el esfuerzo», recalcó.

LA VOLUNTAD DEL PUEBLO

El Obispo de Ciudad Guayana considera que en este momento los venezolanos estamos viviendo una situación difícil, pero advierte que siempre tenemos que respetarnos. «Si el Consejo Nacional Electoral que es el organismo y el árbitro dice que las firmas que se recolectaron no son válidas, todos tenemos que acatar esa decisión. Y si dice que las firmas que se recogieron son válidas, todos tenemos que acatar eso, porque sino no podemos vivir en una sociedad donde hay instituciones que fungen de árbitro en medio de este clima de discusión entre dos bandos».

«Yo personalmente creo, que ninguno de los dos sectores en conflicto puede decir nada. Cuando el árbitro se pronuncie y diga que no hubo firmas… está bien, pero si el árbitro se pronuncia y dice que hubo firmas y va el referéndum… esa es la voluntad popular, y vamos a aceptarla. Si el pueblo lo quiere hay que aceptarlo y no hay discusión».

– ¿Y si algunos de los dos sectores dice que no acepta los resultados?

– Mal hecho. Cualquiera de las dos partes que diga eso está mal hecho, y más aún si el CNE ha llamado a observadores internacionales para dar garantía y seriedad del proceso que se ha llevado a cabo… vamos a acatarlo.

«VAMOS A RESPETARNOS»

Para el obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, Mariano Parra Sandoval, lo que sucedió con la imagen de la Rosa Mística en la Plaza Altamira tiene una lectura clara y es que fue una falta de respeto al pueblo venezolano que mayormente es católico.

«Para mí fue un grupito muy mínimo de personas, y yo respeto a las personas que no crean en la Iglesia Católica y que no crean en Dios… pero vamos a respetarnos. Y no creo que esas personas que hicieron eso representen al pueblo venezolano, ni siquiera a los partidarios del gobierno actual, porque entre ellos hay muchos católicos fervientes que tienen una gran devoción por la Virgen y que estoy seguro que también les indignó lo que hizo ese grupito minoritario, y por eso creo que lo mejor es no hacer caso».

Fue enfático al señalar que se opone rotundamente «a que el culto católico y la sagrada escritura y la persona de Dios, Jesús y la Santísima Virgen sean manipulados para cualquier tendencia política… no me importa la tendencia que sea. Así como no acepto que se manipule con la imagen de la Virgen María, bajo la advocación de la Rosa Mística para avalar a un grupo de personas, tampoco acepto que se manipule la sagrada escritura y se manipule el nombre de Cristo… porque el gobierno pretende lanzar una misión cristo… me opongo totalmente a eso y le pido al gobierno que no le ponga ese nombre, porque me indigna completamente».

De igual forma le pidió a la oposición, que no utilice la imagen de la Virgen María para sus fines políticos. «La imagen de la Virgen María y la persona del Señor aumentan nuestra fe, pero no pueden ser manipulados por ninguno de los dos bandos».