APORTACIONES DEL APOSTOLADO OBRERO AL VATICANO II

2257

Häring reconoce que sus obras sobre No-violencia deben mucho a la militancia de un obrero cristiano: J. Goss . Juan Pablo II narra en Don y Misterio su experiencia de seminarista obrero en la Solvai, y como Cardijn y la JOC le hicieron comprender la importancia de la cercanía al mundo del trabajo para la Iglesia, vivenciar la amistad y solidaridad obrera, compartir la experiencia de los sacerdotes obreros y la Misión de Francia, compartir el apostolado con los laicos,… . Estos y otros obispos y teólogos van a hacer la Gaudium et Spes. Lo mismo pasa en los demás documentos conciliares que reflejan décadas de experiencia. Es una aportación antes que teórica profundamente vivencial, como la misma cultura obrera. ..
Entre los numerosos movimientos que prepararon el Vaticano II (Ecuménico, Litúrgico, Teológico,… ) suele suele olvidarse El Apostolado Obrero Así lo afirman bastantes de los que van a protagonizar el cambio conciliar. El P.Congar. Escribe sobre la JOC que vivió en 1933 en Tournai y Lille: «Era un juventud entusiasta, consciente de llevar hasta los medios obreros la causa del testimonio evangélico. Esta consciencia entraba en una simbiosis con la teología del Cuerpo Místico (…) lo que desembocaba en una espiritualidad de encarnación. Su vida de trabajo consistía en una encarnación continuada» . El P.Chenu narra como a los dominicos de Saulchoir y esta experiencia los remueva y les hace redescubrir sus raíces mendicantes; afirmar que atiende a los militantes porque «en esos encuentros yo soy el que más he aprendido».

Häring reconoce que sus obras sobre No-violencia deben mucho a la militancia de un obrero cristiano: J. Goss . Juan Pablo II narra en Don y Misterio su experiencia de seminarista obrero en la Solvai, y como Cardijn y la JOC le hicieron comprender la importancia de la cercanía al mundo del trabajo para la Iglesia, vivenciar la amistad y solidaridad obrera, compartir la experiencia de los sacerdotes obreros y la Misión de Francia, compartir el apostolado con los laicos,… . Estos y otros obispos y teólogos van a hacer la Gaudium et Spes. Lo mismo pasa en los demás documentos conciliares que reflejan décadas de experiencia. Es una aportación antes que teórica profundamente vivencial, como la misma cultura obrera.

En España los sacerdotes y obispos formados en el Apostolado Obrero y en los Grupos de Jesús Obrero de los seminarios durante los años cincuenta y sesenta hacen posible la Asamblea Conjunta, la acogida del Concilio, la separación entre Iglesia y franquismo. Sin el apostolado obrero no es posible la sensibilidad con que pudieron acoger un Concilio que pilla a años luz a la mayoría de la iglesia Española.

Espiritualidad de Encarnación.

Es la aportación más genuina del apostolado obrero. Frente al cristianismo evasivo con miedo a la modernidad asumir el mundo del trabajo como colaboración en la obra del creador y la lucha por la justicia como continuación de la obra redentora de Cristo. Chenu recordaba que supone asumir la sociedad moderna con una fuerte socialización, analizarla, trazar planes para transformarla codo a codo con los hombres de buena voluntad. Con la conciencia de estar extendiendo el Cuerpo de Cristo que en la encarnación a asumido todo lo humano. Y con la conciencia de ser como laicos Cuerpo de Cristo, miembros vivos de la Iglesia con la misión bautismal de consagrar el mundo.

Iglesia misionera.

Los militantes obreros son conscientes de estar en su ambiente para evangelizar: llevar a Cristo a sus ambientes y traer a sus compañeros a la fe. Una tarea que sólo puede hacerse desde dentro de la misma clase obrera: Los obreros evangelizadores de los obreros. De este espíritu y coordinado por el consiliario de la JOC francesa P. Godin surge en 1943 el libro Francia país de misión que supone la ruptura con la idea de Cristiandad. En 1944 se pone en marcha la Misión de París. En ella, los mismos sacerdotes redescubren la identidad apostólica y misionera de su ministerio y surgen los sacerdotes obreros. Estas experiencias van a descubrir a la Iglesia que es esencialmente es misionera. Hoy es común definirla como comunión y misión.

En España esta experiencia es particularmente importante en los años cuarenta. La HOAC ha de tender puentes de diálogo con una clase obrera derrotada y humillada «en nombre de Dios» en una cruenta Guerra Civil. Las conversiones de militantes ateos son numerosas y van a dar un tono de radicalismo evangélico a la misma organización. El dialogo entre Iglesia y Movimiento obrero tiende los puentes que evitan otra guerra civil.

La vocación laical.

Originada inicialmente para defender los intereses eclesiásticos en los parlamentos liberales. Formulado después como prolongación del Apostolado Jerárquico en la Acción Católica. La misión de los seglares en cuanto que tales en los campos social, político, económico y cultural va a cobrar cada vez mayor importancia. Va a ser en el mundo obrero donde mayor dinamismo tomo la Acción Católico arrastrando a la especialización en los otros sectores. De esta experiencia la Iglesia va a desarrollar la nueva Teología del Laicado. La conciencia de la vocación bautismal y por tanto de un espiritualidad de permanente conversión. La Teología de la Iglesia pueblo de Dios. Nuevamente la vida enseña a los teólogos.

La Transformación del mundo.

La aportación del Movimiento Obrero a la historia va a ser la solidaridad como lucha asociada por la justicia. No ya dar de lo que sobra al pobre en forma de beneficencia, sino que este mismo se organice para buscar una situación más justa que erradique las causas de su miseria. Con ella se van a unir caridad y justicia, y hoy es evidente para la Iglesia que la caridad no es completa si no es caridad política, acción organizada contra las causas de la injusticia (AA 8).

Metodología de la DSI.

De la cultura practica y vivencial de los obreros había aprendido Cardijn un método de formación: Ver, Juzgar y Actuar. La formación de la JOC lo popularizó y extendió por todo el mundo. La HOAC española lo perfeccionaría más tarde como método de formación sistemática para crear un mentalidad común cristiana en la organización como el Plan Cíclico y el Método de Encuesta. Pronto influyen en el conjunto de la Iglesia: ya en la Quadragésimo Anno de Pío XI se ve mayor sensibilidad para analizar los problemas sociales de una forma más inductiva. Juan XXIII propondrá en Mater et Magistra este método como análisis de la realidad y discernimiento evangélico para elaborar la DSI.

El apostolado asociado.

Desde la experiencia de Círculos, Sindicatos confesionales,… y varios fracasos, la Iglesia llega a encontrar en el Movimiento Apostólico el medio válido para que los laicos vivan la comunión y la misión con los medios propios de su vocación. Para la formación en intensidad, el cultivo de la espiritualidad y la revisión permanente de la acción en el mundo. Este supera la territorialidad de la parroquia que por su carácter general no puede evangelizar las necesidades de cada ambiente. Y por su forma de organización no tiene los medios adecuados para una formación en intensidad, ni las plataformas para penetrar un mundo secularizado. Detrás de esta experiencia descubrimos las formas de organización nacidas en el M.O. y la solidaridad obrera y la amistad en la lucha como vínculo de unión de las mismas antes que cualquier soporte organizativo.

La extensión de la vocación matrimonial.

Consecuencia de lo anterior es la extensión de los campos de la misión del matrimonio cristiano y de la familia en la sociedad. Su ser Iglesia doméstica se extiende más allá de la educación de los hijos al ser célula viva en la transformación de la sociedad abierta a os problemas de la solidaridad (FC 48). El modelo de familia en el que se vive coherentemente la vocación laical y la caridad política no puede ser ya la familia burguesa cerrada sobre sí misma. La Iglesia insiste cada vez más en que la misma familias se asocien. En que protagonicen la vida social y política. ¿No es para esto imprescindible aprender de las familias obreras militantes y de las familias obreras cristianas de las que ya hay décadas de experiencia?

Iglesia de los pobres.

Al encarnarse en los pobres y ser protagonizada por ellos la Iglesia se descubre a sí misma como Iglesia de los Pobres, D. Eugenio Merino llega a hablar de ella como «la verdadera Casa del Pueblo». Esta propuesta del card. Lercano al Concilio parte, según Chenu, de la experiencia misionera en el mundo obrero. Juan Pablo II la recoge en Laborem Exercens y no duda en afirmar que de la experiencia solidaria del Movimiento Obrero ha surgido para toda la Iglesia la Teología de la Liberación y que prolongar las luchas del M.O. en los proletarios de hoy que son los empobrecidos del Sur es la misión de la Iglesia como Iglesia de los pobres. (LE 8).