El Congo y el polvorín de sus riquezas

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Las autoridades de la República Democrática del Congo han llevado a cabo una represión sistemática de quienes se oponen a la pretensión del presidente Joseph Kabila de continuar en el poder después de su segundo mandato, que es el plazo máximo que permite la Constitución. Los intereses en las grandes riquezas de este país de 800.000 km2 flotan en el ambiente

Las legislativas y municipales del pasado año tampoco se celebraron. Se presentó un proyecto de ley que quería vincular la celebración de elecciones a una renovación del censo. La protesta, con miles de personas en la calle, paralizó la iniciativa. Fue en enero 2015 y se consideró el primer intento del Gobierno de perpetuar a Kabila en la presidencia. Resultado: violentos disturbios, cuarenta muertos y trescientas personas detenidas.

La tensión y la represión crecen ahora junto a las críticas. “Un día te manifiestas pero al siguiente tienes que volver a trabajar, aquí no podemos permitirnos dos días sin ganar ni un franco”, dice una trabajadora de Goma, tras una de las jornadas de protesta contra Kabila. La presión se cierne sobre la joya de los Grandes Lagos.

Congo tiene 800.000 km2 de tierra cultivable, 1.100 tipos de minerales y metales preciosos – entre ellos el rey de nuestra era, el coltán, la esencia de las nuevas tecnologías- y un río, el majestuoso y caudaloso Congo, con una potencial hidroeléctrico que podría alumbrar toda África austral, aunque solo el 7% de los congoleses tienen acceso a electricidad.

La economía congoleña creció entre 2010 y 2015 un 7,7% de media, pero bajo el paraguas de las cifras macro, que reposan en la industria extractiva, burbujea una economía informal, agrícola y de minería artesanal castigada por el desorden y el abuso institucional.

“Hace un par de años, había que pagar hasta 46 tasas para llevar un saco de maíz del pueblo de producción a la ciudad, ¡dentro del mismo Congo!” cuenta Valériane Ndema, joven emprendedora congoleña. Con la presión de los campesinos han logrado que se reduzcan a 25 ahora.
Pese a los grandes contratos mineros y las inversiones extranjeras, dos tercios del país sigue viviendo en la pobreza, según el Banco Mundial.

“Los casos de represión son muchos y muy inquietantes”. El abogado George Kapiamba, defensor de muchos de los prisioneros políticos, escucha los detalles de la captura de Honoré. “Este año hemos registrado 124 encarcelamientos políticos, que no incluyen los centenares de arrestos como los de Honoré, los que desparecen unas horas, unos días o unas semanas”. En su punto de mira, dos hombres, dos nombres: el director de la ANR (la Agencia Nacional de Información), Kalev Mutond, y el jefe de la Policía en Kinshasa, el general Kanyama – desde junio bajo sanciones de Estados Unidos-.

Kabila, como sus vecinos, quiere mantenerse al mando. Tanto el presidente del otro Congo-Brazzaville, Sassou Nguesso, como el ruandés Paul Kagame y el burundés Pierre Nkurunziza han modificado la Constitución para poder acomodarla a su presidencia. El principal rival presidencial, condenado. Disidentes detenidos, encarcelados o desparecidos…

Fuente: El País y Amnistía Internacional