Europa no impide que sus empresas importen “minerales conflictivos”

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Ahora mismo no hay manera de saber qué están haciendo las empresas europeas para evitar la financiación de los conflictos bélicos o los abusos de los derechos humanos.

La Unión Europea está fracasando en la tarea de acabar con el comercio de los “minerales conflictivos”. La llegada a Europa de minerales, por valor de miles de millones de euros, se produce sin que exista constancia de que sus compras no sirven para financiar a grupos armados o alientan violaciones de los derechos humanos, dice una nueva investigación de Global Witness y de Amnistía Internacional.

La difusión del estudio se produce cuando el Parlamento Europeo está a punto de discutir el borrador de una ley que debería abordar la cuestión, según PANA.

“Ahora mismo no hay manera de saber qué están haciendo las empresas europeas para evitar la financiación de los conflictos bélicos o los abusos de los derechos humanos”, dijo Michael Gibb, de Global Witness.

“La Comisión Europea ha propuesto una legislación para abordar el problema, pero el proyecto de ley actual no va muy lejos; apenas sugiere a las compañías que tengan un control voluntario y que declaren la procedencia de los minerales. Los estudios demuestran que las compañías sencillamente no comprueban sus cadenas de suministro a menos que estén obligadas. Diciéndolo de manera cruda, la legislación no va a reducir significativamente el comercio de minerales procedentes de los conflictos”, aseguró Gibb.

Los minerales, que acaban en productos tales como teléfonos móviles, ordenadores portátiles, coches o bombillas, pueden servir para pagar a grupos armados o fuerzas de seguridad que explotan e infligen violencia a las comunidades locales. En la República Democrática de Congo o en la República Centroafricana, el comercio ha alimentado conflictos sangrientos responsables del desplazamiento de millones de personas.

La Unión Europea representó casi una cuarta parte del comercio mundial de estaño, tungsteno, tántalo, oro y otros metales el año pasado. En ese mismo periodo, la UE ha importado 240 millones de teléfonos móviles y más de 100 millones de portátiles, todos los cuales contienen alguno de estos minerales. Actualmente las empresas no están obligadas a garantizar la adecuada procedencia de los productos.

“Tenemos buenas razones para pensar que las empresas europeas se están beneficiando de un comercio de minerales que está llenando los bolsillos de grupos armados abusivos en países ricos en recursos como Congo y Colombia”, dijo Audrey Gaughran, de Amnistía Internacional.

Estados Unidos y una docena de países centroafricanos han tomado algunas medidas para que las empresas investiguen las cadenas de suministro de sus proveedores, pero no la Unión Europea, que corre el riesgo de convertirse en un importante centro comercial para los minerales conflictivos.

Fuente: Mundo Negro