Filipinas: Zonas francas de explotación

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Artículos electrónicos como el teléfono portátil, el lector MP3 o la consola de videojuegos que utilizamos cotidianamente, son ensamblados en alguna de las zonas francas de exportación de Filipinas. Durante los períodos de producción intensiva, la semana laboral normal de 60 horas se prolonga sistemáticamente a 72 horas, a pesar de las protestas de los trabajadores.

Laurent Duvilier

El Mundo Sindical, noviembre del 2005.

25 de noviembre del 2005

Las horas extraordinarias obligatorias, la falta de pago de los aportes sociales y la precariedad de las condiciones de trabajo son moneda corriente en las zonas francas de exportación (ZFE). Los empleadores de las ZFE infringen sistemáticamente las normas internacionales y la legislación nacional.

¿Pensó alguna vez cómo sería su vida sin su teléfono portátil, sin Internet, sin su lector MP3 o sin su consola de videojuegos? ¡Imposible en esta era digital! En tal caso, le puede estar muy agradecido a los trabajadores filipinos. Es muy posible que sin saberlo haya comprado algún producto fabricado total o parcialmente en Filipinas. Es efecto, es muy probable que una parte de los componentes que intervienen en la fabricación de los artículos electrónicos que utiliza cotidianamente haya sido ensamblada en alguna de las zonas francas de exportación denominadas «zona económica especial» (ZES) o ecozona, de las cuales actualmente hay un centenar en ese país del sudeste asiático.

 

Un millón de empleos nuevos

 

La Autoridad de las Zonas Económicas de Filipinas (Philippine Economic Zone Authority -PEZA) afirma que desde marzo de 2005, el auge de las zonas francas de exportación (ZFE) públicas o privadas generó, directa o indirectamente, la creación de más de un millón de empleos. Durante los primeros cinco meses de 2005, el valor de las exportaciones de la ZFE ascendía a 12.241 millones de dólares, lo que representaba una disminución del 3% con respecto al mismo período del año precedente. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (NSO), tan sólo el sector de la electrónica y de los semiconductores representó más del 67 por ciento del total de las inversiones realizadas en la ZFE en 2004. A partir de marzo de 2005, la PEZA prevé para el año en curso un alza de 25% en los aportes de inversiones, sobre un total de 46.138 millones de pesos de inversiones aprobadas por ese organismo en 2004. Durante los últimos años, las ecozonas parecen haber contribuido notoriamente a atraer nuevos inversores a Filipinas y a promover la creación de empleos, principalmente en las provincias. Eso no quita que la calidad del empleo generado en esas ZFE deja muchísimo que desear. Examinemos más detalladamente la situación en lo concerniente a las condiciones de trabajo.

Según un estudio de la central sindical nacional TUCP y del Solidarity Center, cerca del 40% de las empresas examinadas en las ZFE han infringido el código laboral de Filipinas, haciendo efectuar a su personal horas extraordinarias obligatorias y no pagando o pagándolas menos de lo indicado. Prácticamente todas las empresas (96%) infringen las normas de salud y seguridad en el trabajo en lo relativo a calor, ruido o presencia de dispositivos de seguridad en los lugares de trabajo. En las ecozonas, una de cada tres empresas elude sus obligaciones legales en materia de aportes a seguros médicos y seguridad social para sus empleados. Un informe que el TUCP publicó en septiembre de 2005 (comprendiendo un examen de 100 nuevas empresas) revela una falta de adelantos concretos en materia de salud y seguridad en los lugares de trabajo. De las empresas de la confección que deducen de los salarios de sus empleados los aportes para seguridad social, solamente la mitad deposita realmente esos aportes en la Caja Nacional de Seguridad Social. Esto quiere decir que los trabajadores aportan cotidianamente dinero para un servicio de seguro médico que nunca podrán utilizar. Un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos (Country Report on Human Rights Practices, 2004) confirma que cada vez más empresas, sobre todo en el sector de la ZFE, utilizan mano de obra contratada para poder eludir el pago de aportes sociales, que son obligatorios en el caso de los trabajadores permanentes. Siempre según el Departamento de Estado de los Estados Unidos: «El acoso sexual parecería estar generalizado en los lugares de trabajo, aunque es raro que se lo denuncie debido al temor de las víctimas de perder el empleo.» En la ZFE, donde las mujeres constituyen alrededor del 75% de la mano de obra total, los dirigentes sindicales denuncian con frecuencia casos documentados específicos de discriminación en el empleo y en los ascensos en razón del sexo.

 

Horas extraordinarias obligatorias

 

La imposición de horas extraordinarias no remuneradas como corresponde es una tendencia que se observa principalmente -aunque no exclusivamenteen las empresas de la confección, afectadas por la supresión del sistema de cupos.

En Winstral Infotech Corporation, que se denominaba anteriormente Aber Information Philippines, 2500 empleados fabrican computadoras de mesa y computadoras portátiles Acer e IBM, destinadas a ser exportadas a América del Norte y Europa. Durante los períodos de producción intensiva, la semana laboral normal de 60 horas se prolonga sistemáticamente a 72 horas, a pesar de las protestas de los trabajadores. Desde que se formó un sindicato, en la empresa Winstral han aumentado mucho las horas extraordinarias obligatorias para responder a entregas urgentes de pedido, también se ha restringido más el derecho de los trabajadores de ir al baño y se han intensificado las cesantías forzosas. Según un informe publicado en julio de 2003, la patronal de una empresa coreana de confección hacía que sus empleados tomaran anfetaminas -medicamento que los médicos habitualmente no prescriben-, para mantenerlos despiertos durante la noche cuando tenían pedidos urgentes. Los trabajadores que tomaron esas pastillas sufrieron diversos efectos secundarios, como insomnio, ansiedad y diarrrea. Los organismos gubernamentales, alertados por una carta anónima que les hizo llegar la central TUCP, reaccionaron inmediatamente reforzando la aplicación de las reglas de ese ámbito. ¿Cuántos casos similares de explotación atribuibles a prácticas desleales de las patronales siguen sin embargo sin denunciarse y, en consecuencia, impunes?

 

Una aplicación aleatoria de la legislación

 

A pesar de que Filipinas refrendó los ocho convenios de la OIT sobre los derechos de los trabajadores, tiene enormes dificultades para que la práctica se ajuste a las normas fundamentales del trabajo. ¿Cómo puede ser que continúen impunemente cometiéndose tales abusos de los derechos de los trabajadores? ¿Por qué el Departamento de Trabajo y Empleo (DOLE) no se ocupa de hacer aplicar el código laboral como debiera? El Departamento de Estado estadounidense considera que las inspecciones del trabajo que realiza el DOLE son «ineficaces».

Los funcionarios del DOLE reconocen que las faltas de recursos humanos y logísticos dificultan la efectiva aplicación de la ley. ¿Cómo podría un reducido equipo de 260 inspectores – 208 de los cuales realizan misiones en el terreno- supervisar el respeto de los derechos de los 35,7 millones de trabajadores filipinos? ¿Refleja esta evidente limitación una falta de compromiso de parte del gobierno para con sus obligaciones internacionales?

Como para tranquilizar al DOLE por su indolencia, Tom Crouch, director de la oficina filipina del Banco Asiático de Desarrollo, hace abstracción de los abusos que se cometen contra los derechos de los trabajadores cuando alaba las zonas económicas especiales diciendo de ellas que son: «…ejemplos de buenas prácticas que se pueden emular; las ZES demuestran que es posible hacer las cosas correctamente obteniendo resultados equiparables». (The Investment Slide – Can the Philippines Catch Up?) Resultados, efectivamente, pero ¿para quién? ¿quién se beneficia con las ZFE? El Sr. Crouch no dijo ni una sola palabra sobre las quejas de violaciones flagrantes de las normas internacionales mínimas del trabajo englobadas en los convenios fundamentales y en la legislación filipina.