JUAN PABLO II EN DEFENSA DE LOS EMIGRANTES, CONTRA LA CULTURA DEL CONSUMISMO Y EL VACIO, Y EN DEFENSA DE LA VIDA …

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Juan Pablo II ha declarado: ´Es importante ser conscientes de las repercusiones que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicación sobre las personas, al exaltar el consumismo, la satisfacción inmediata de los deseos, la carrera a un bienestar material cada vez mayor», ´En la sociedad y en la cultura» donde «debemos mostrar respeto por la dignidad del hombre, del emigrante y del refugiado», afirmó el Papa. «En otras ocasiones he afirmado que las células estaminales con objetivos de experimentación o tratamiento no pueden proceder del tejidos de embriones humanos», recordó. «Todo tratamiento que reivindique la salvación de vidas humanas y que sin embargo se base en la destrucción de la vida humana en su estado embrional es lógica y moralmente contradictorio, como lo es la producción de embriones humanos con el propósito directo o indirecto de la experimentación o incluso su eventual destrucción», añadió. «Por el contrario, he alentado la investigación con el tejido adulto humano o con el tejido superfluo en el desarrollo normal del feto», pues en estos casos la investigación científica no implica la eliminación de vidas humanas. … refiriendose a las sectas: «Este sentido de falta de esperanza explicaría, en parte, el motivo por el cual muchas personas –tanto jóvenes como ancianos– sienten el atractivo de sectas fundamentalistas, que les ofrecen un fervor emocional pasajero y la seguridad de riqueza y de éxitos mundanos», constató.
JUAN PABLO II PIDE RESPETO POR LA DIGNIDAD DEL EMIGRANTE Y DEL REFUGIADO

Al recibir al V Congreso Mundial de la Pastoral de este sector

CIUDAD DEL VATICANO, 20 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II lanzó este jueves un llamamiento a promover «la dignidad del hombre, del emigrante y del refugiado» urgiendo a los Estados a que se adhieran a la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los Trabajadores Emigrantes y sus Familias.

Así lo hizo ante los participantes del V Congreso Mundial para la Pastoral de los Emigrantes y Refugiados, recibidos en audiencia en el marco del encuentro que celebran esta semana en Roma bajo el lema «Recomenzar desde Cristo. Para una pastoral renovada de los emigrantes y refugiados».

El Instituto Patrístico «Augustinianum» es la sede de esta cita que, promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes –presidido por el cardenal Stephen Fumio Hamao— ha reunido a más de 300 expertos en la pastoral y atención a los emigrantes, así como a delegados de otras Iglesias y comunidades cristianas de 99 países.

Actualmente, existen en el mundo 175 millones de emigrantes y 40 millones de refugiados en el extranjero y desplazados en su propio país.

«La labor de promover el bienestar de los numerosos hombres y mujeres que por diversas razones no viven en sus tierras representa un vasto campo para la nueva evangelización, a la que está llamada toda la Iglesia», reconoció el Santo Padre ante los presentes.

También les recordó que una renovación pastoral no significa «inventar un «nuevo programa». El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento» (Novo Millennio Ineunte, 29).

«Ésta es nuestra proclamación común de Cristo –subrayó–, que debe «llegar a las personas, modelar las comunidades e incidir profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura»» (ibid.).

De ahí que sea «precisamente en la sociedad y en la cultura» donde «debemos mostrar respeto por la dignidad del hombre, del emigrante y del refugiado», afirmó el Papa.

«Al respecto, una vez más apremio a los Estados a que se adhieran a la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los Trabajadores Emigrantes y sus Familias, en vigor desde el 1 de julio de 2003», dijo.

De igual forma, Juan Pablo II solicitó a los Estados «respetar los Tratados Internacionales relativos a los refugiados».

«Dicha protección de la persona humana debe estar garantizada en toda sociedad civil y debe ser adoptada por todos los cristianos», concluyó.

EL CONSUMISMO AGUDIZA LA «PREOCUPANTE» DIFUSIÓN DE LA DEPRESIÓN; DICE EL PAPA

Al intervenir en un congreso convocado en el vaticano sobre la enfermedad

(ZENIT.org).- La difusión de la depresión constituye hoy un fenómeno «preocupante», que en parte es inducido por la sociedad, asegura Juan Pablo II.

A quienes se encuentran afligidos por este enfermedad, el Papa les propone profundizar en su vida espiritual para descubrir el amor de Dios; a sus seres queridos les recomienda mucha ternura para que se sientan acogidos y amados.

El pontífice afrontó los desafíos que plantea la depresión a la Iglesia y a la sociedad al recibir este viernes en el Aula Pablo VI del Vaticano a los participantes en la XVIII Conferencia Internacional sobre esta enfermedad, promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

El encuentro congrega a seiscientos expertos médicos, laicos comprometidos y hombres de Iglesia para afrontar la situación de 340 millones de personas en todo el mundo que padecen depresión, enfermedad que en el peor de los casos puede llevar al suicidio –con la pérdida de un millón de vidas al año–.

«La difusión de los estados depresivos es preocupante», comienza constatando el Papa en el discurso que les entregó.

«Se manifiestan fragilidades humanas, psicológicas y espirituales, que al menos en parte son inducidas por la sociedad», añadió.

«Es importante ser conscientes de las repercusiones que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicación sobre las personas, al exaltar el consumismo, la satisfacción inmediata de los deseos, la carrera a un bienestar material cada vez mayor», afirmó.

Ante esta situación, propuso, «es necesario proponer nuevos caminos para que cada uno pueda construir la propia personalidad, cultivando la vida espiritual, fundamento de una existencia madura».

De hecho, afirmó, «la depresión es siempre una prueba espiritual». A las personas que dejan de percibir el sentido de la vida, el obispo de Roma les recomendó la meditación de los Salmos –«en los que el autor sagrado expresa en oración sus alegrías y angustias»–, el rezo del Rosario –para ver a Cristo con los ojos de María– y la participación en la Eucaristía –«manantial de paz interior»–.

El Papa recuerda a los enfermos de depresión que «en su amor infinito, Dios está siempre cerca de los que sufren». En este sentido, añadió: «La enfermedad depresiva puede ser un camino para descubrir otros aspectos de uno mismo y nuevas formas de encuentro con Dios».

Por último, a quienes atienden a las personas afligidas por la depresión, el Papa les pide «hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y de vida en la que se sientan acogidos, comprendidos, sostenidos, en una palabra, dignos de amar y de ser amados».

JUAN PABLO II: NO SE PUEDEN SALVAR VIDAS HUMANAS DESTRUYENDO OTRAS VIDAS HUMANAS

Advierte al recibir a la Academia Pontificia de las Ciencias

ZENIT.org.- Juan Pablo II denunció este lunes la contradicción moral que implica el querer salvar vidas humanas de enfermedades eliminando vidas humanas en sus primeras fases de existencia en aras de la investigación.

El pontífice reafirmó la posición de la Iglesia en materia de experimentación con células estaminales al recibir en audiencia a miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias, que en este año cumple cuatrocientos años de vida, entre quienes se encontraban algunos Premios Nobel.

Los científicos se encuentran reunidos en estos días en el Vaticano para afrontar las implicaciones científicas y bioéticas de «La tecnología sobre las células estaminales y otras terapias innovadoras».

Al afrontar el tema en el discurso que el Papa les entregó en inglés consideró que «la investigación en este campo ha aumentado de manera comprensible en importancia en los recientes años a causa de la esperanza que ofrece para la curación de enfermedades que afectan a muchas personas».

«En otras ocasiones he afirmado que las células estaminales con objetivos de experimentación o tratamiento no pueden proceder del tejidos de embriones humanos», recordó.

«Por el contrario, he alentado la investigación con el tejido adulto humano o con el tejido superfluo en el desarrollo normal del feto», pues en estos casos la investigación científica no implica la eliminación de vidas humanas.

«Todo tratamiento que reivindique la salvación de vidas humanas y que sin embargo se base en la destrucción de la vida humana en su estado embrional es lógica y moralmente contradictorio, como lo es la producción de embriones humanos con el propósito directo o indirecto de la experimentación o incluso su eventual destrucción», añadió.

LAS SECTAS Y LA DESESPERANZA ACTUALES LLAMAN A LA «NUEVA EVANGELIZACIÓN»

Según explica el Papa a un grupo de obispos de la India

CIUDAD DEL VATICANO, (ZENIT).- La expansión de sectas fundamentalistas y de la desesperanza que caracteriza a la sociedad contemporánea implican para la Iglesia un llamamiento a la «nueva evangelización», considera Juan Pablo II.

Según el Santo Padre, este fenómeno típico de «sociedades modernas», se debe al hecho de que «buena parte de la población se encuentra en situaciones desesperadas que le llevan a buscar soluciones rápidas y fáciles a problemas complicados».

«Este sentido de falta de esperanza explicaría, en parte, el motivo por el cual muchas personas –tanto jóvenes como ancianos– sienten el atractivo de sectas fundamentalistas, que les ofrecen un fervor emocional pasajero y la seguridad de riqueza y de éxitos mundanos», constató al encontrarse este lunes con el último grupo de obispos católicos de la India en visita «ad limina apostolorum» a Roma.

Según explicó el obispo de Roma en el discurso que les entregó en inglés, la respuesta de la Iglesia a estas demandas debe ser la «nueva evangelización».

«El éxito depende de la capacidad para mostrar a la gente el vacío de estas promesas, demostrándoles que Cristo y su Cuerpo comparten sus sufrimientos», añadió.

«La Iglesia ha recibido la misión única de servir al Reino y de extender por el mundo los «valores del Evangelio» que son expresión del Reino y que ayudan a la gente a aceptar el plan de Dios», subrayó.