Jugando a los dados con la inflación

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El gobierno ha insistido hasta la saciedad que en nuestra economía no ha de estar vinculada a la inflación los salarios o la negociación de convenios colectivos; sin embargo ahora garantizamos a los inversores que las posibles subidas de inflación se compensarán con unos dividendos indexados…El sacrificio de los trabajadores se vuelca en favorecer el beneficio de los inversores internacionales…

Se ha vendido a bombo y platillo en estos días que se ha colocado deuda en abundancia; el pasado día 13 de mayo el tesoro colocó 5.000 millones en bonos ligados a la inflación con una demanda de 20.300 millones.

Esta vinculación de la deuda pública con el IPC sorprende cuando hace poco más de cinco meses que entró en vigor la ley de desindexación, por la que el Gobierno quería que muchos productos dejasen de actualizarse con la tasa anual de inflación para evitar los llamados efectos de segunda ronda.

La estrategia de diversificación de deuda del Tesoro, y de su base de inversores, incluía el lanzamiento de deuda vinculada con la inflación. Estos planes coincidían con un contexto marcado por los temores deflacionistas.

El pasado mes de marzo Italia constató el éxito de demanda de estos bonos. La mayor economía periférica emitió, por primera vez en tres años, deuda vinculada con el IPC.

Italia optó por lanzar deuda a diez años, con vencimiento en septiembre de 2024, y recibió un aluvión de peticiones por estos títulos. La demanda se elevó por encima de los 10.000 millones de euros.

España ha seguido ahora los pasos de Italia, con más éxito si cabe. Los bonos tienen también un plazo de diez años, con vencimiento el 30 de noviembre de 2024, y estarán ligados al Índice de Precios al Consumo armonizado, publicado mensualmente por Eurostat.

Existe un cambio de discurso, con la colocación de la deuda vinculada a la inflación, el gobierno parece sentirse ahora fuerte ahora colocando deuda, asumiendo riesgo de una subida de inflación a 10 años vista, aunque estemos ahora en una economía casi en deflación.

También nos sentíamos fuertes cuando hipotecábamos el futuro de los españoles en los años de «vino y rosas», y aquí tenemos los resultados.

Autor: Luis Antúnez