La CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA ACUSA al MINISTERIO de SANIDAD de PROMOVER la PROMISCUIDAD con la CAMPAÑA sobre el PRESERVATIVO

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El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el padre Juan Antonio Martínez Camino, acusó ayer al Ministerio de Sanidad de promover la promiscuidad mediante la campaña que lanzada para potenciar el uso del preservativo como único medio para prevenir el sida cuyo lema es «Por ti, por todos, úsalo». Los países que han frenado la epidemia del sida dieron prioridad a la promoción de la abstinencia y la fidelidad

Redacción Análisis Digital- 30/11/2004

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el padre Juan Antonio Martínez Camino, acusó ayer al Ministerio de Sanidad de promover la promiscuidad mediante la campaña que lanzada para potenciar el uso del preservativo como único medio para prevenir el sida cuyo lema es «Por ti, por todos, úsalo». La campaña, que costará más de 1’4 millones de euros, está destinada a promover el uso del profiláctico entre la población, sobre todo la más joven, con objeto de «vivir la sexualidad de forma responsable». El portavoz añadió que «la Iglesia está a favor de la procreación responsable, del matrimonio estable, de la formación para el matrimonio y para la paternidad».

En una rueda de prensa en la que el padre Martínez Camino informó sobre los acuerdos de la 83 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, el portavoz aseguró que «decir que usando un preservativo se pueden tener relaciones como sean, es promover la promiscuidad; y esto no es promover la convivencia justa en las bases en las que la sociedad se organiza y en las que los ciudadanos adquieren su capacidad de contribuir a la vida social de una manera positiva». A ello añadió que considera «una irresponsabilidad» que Sanidad haya lanzado esa campaña, y abogó por el amor fiel e institucional del hombre y la mujer, porque así, aseguró, «no hay peligro para la salud». «El amor fiel promueve la dignidad de las personas y evita las enfermedades», recalcó.

El padre Martínez Camino, además, lanzó un mensaje a los adolescentes sobre la citada campaña: «Queridos jóvenes, decir que el preservativo os ofrece un sexo seguro no es cierto, es un mensaje incompleto. El preservativo, en todo caso, ofrece un sexo menos inseguro para quienes ya están en una situación en la que tienen que recurrir a estos métodos, porque ya no están en una situación de fidelidad, de normalidad, de regularidad y de responsabilidad».

El Ministerio de Sanidad anunció ayer que la campaña de concienciación social contra el sida que va a llevar a cabo, apuesta por la utilización del preservativo como la más importante herramienta de prevención de la enfermedad. La campaña, con un presupuesto de 1,41 millones de euros y que lleva por lema «Por ti, por todos, úsalo».


SIDA: Los países que han frenado la epidemia dieron prioridad a la promoción de la abstinencia y la fidelidad

Aceprensa – 28/07/2004

Ningún país ha parado la epidemia principalmente por medio de la promoción del preservativo. La reciente conferencia mundial sobre el sida celebrada en Bangkok (11 al 16 de julio) ha constatado el desarrollo de la epidemia y también ha revisado las estrategias seguidas en países donde se ha conseguido frenarla. El caso más patente es Uganda, donde la proporción de infectados ha pasado del 15% al 5% en la última década (ver servicio 171/03). En cambio, no hay casos de retroceso cuya estrategia se haya basado en los preservativos.

Este diagnóstico comienza a abrirse paso en artículos publicados en revistas científicas, algunos de los cuales son mencionados en un servicio de la agencia Zenit. En marzo pasado, dos expertos se preguntaban en la revista Studies in Family Planning si la promoción de preservativos estaba sirviendo para controlar la epidemia (Condom Promotion for AIDS Prevention in the Developing World: Is It Working?). Norman Hearst, de la Universidad de California, y Sanny Chenn, epidemióloga del Departamento de Sanidad de San Francisco, se referían a los países en desarrollo y constataban que en el África subsahariana «los índices de transmisión del VIH han seguido siendo altos a pesar de los altos índices de utilización de preservativos. No hay todavía un ejemplo claro de un país que haya parado una epidemia generalizada principalmente por medio de la promoción del preservativo».

Pero sí existen países donde la epidemia retrocede. Hearst y Chenn mencionan Uganda, donde la campaña contra el sida se ha centrado en fomentar la abstinencia para retrasar la actividad sexual de los adolescentes, y en respaldar la fidelidad a una única pareja. Sólo en tercer lugar insiste el programa ugandés en la utilización de condones, y los autores del artículo descartan que el retroceso de la epidemia se deba a esto: «La principal causa de la caída de la incidencia en Uganda ha sido una bajada sustancial en el número de compañeros sexuales casuales». Este dato se repite, según Hearst y Chenn, con las mujeres embarazadas en zonas de Zambia y Tanzania. En las conclusiones de su estudio, pedían que el uso de condones «se integre mejor con otras estrategias de prevención», que «se mida más rigurosamente el impacto de su promoción» y que ésta se aumente solo en «grupos de alto riesgo».

También un grupo de seis expertos capitaneado por James D. Shelton se atrevió a publicar el 10 de abril en el British Medical Journal un artículo (Partner reduction is crucial for balanced «ABC» approach to HIV prevention) en el que afirmaban que las mismas conclusiones son válidas para Tailandia, Camboya, Etiopía y la República Dominicana: «El cambio de conducta sexual es la clave para prevenir la expansión del VIH».

Shelton y sus colegas tienen la valentía de reconocer lo evidente: «Parece obvio, pero no habría ninguna pandemia global del sida si no hubiera relaciones sexuales de pareja múltiples». Con un lenguaje «políticamente correcto» proponen combatir la epidemia con una estrategia ABC, donde A sería abstinencia-retraso en las relaciones sexuales, B la fidelidad y C el uso de condones. Los autores piensan que la reducción de personas con las que se mantienen relaciones sexuales ha sido hasta ahora el factor descuidado de la lucha contra el sida.

En Estados Unidos se empieza a prestar más atención a este «pariente pobre», y así el Washington Times (3 de febrero) citaba una afirmación de la doctora Julie Gerberding, directora del Centro de Prevención de Enfermedades de EE.UU.: la mejor forma de evitar el papilomavirus humano –una enfermedad de transmisión sexual responsable del 90% de los cánceres cervicales en mujeres– «es tener un único compañero sexual no infectado».

Volviendo al sida, Helen Epstein, investigadora del Centro para la Salud y el Bienestar de la Universidad de Princeton, publicaba un artículo en New York Times Magazine (13 de junio), donde señalaba el «extraño silencio» que sobre la eficacia de la abstinencia y la fidelidad guardan «los documentos de planificación del gobierno, los informes de las agencias de Naciones Unidas, las campañas de concienciación sobre el sida y los programas educativos». Epstein pasó año y medio a partir de 1993 precisamente en Uganda, por entonces el país con mayor tasa de infección por VIH del mundo. Y fue testigo de la campaña de fidelidad matrimonial promovida por el gobierno ugandés desde 1986, de la reducción de las relaciones sexuales «casuales» en un 60% entre 1989 y 1995, y del consecuente descenso en la infección por VIH.


Los científicos a favor de la abstinencia sexual como método de prevención del SIDA

El periódico «Diario Médico» ha publicado un artículo en el que afirma que numerosos expertos sostienen que para frenar el contagio del VIH hay que insistir a la población en la importancia de la abstinencia y la fidelidad. «Diario Médico» hace referencia a un texto publicado en la revista británica «The Lancet», que presenta una serie de anñalisis sobre las prioridades y los esfuerzos globales para atajar la epidemia del sida por parte de numerosos especialistas de todo el mundo. El estudio de The Lancet está avalado por 150 expertos de 36 países que reclaman un cambio social en las conductas sociales de la población.

El estudio, elaborado y firmado por más de 150 autoridades mundiales y expertos en la enfermedad del SIDA, hecho público recientemente, asegura que «ha llegado el momento de aunar esfuerzos para prevenir la transmisión sexual del VIH», pues «la epidemia mundial por el VIH-sida se ha convertido en una crisis sanitaria y humanitaria descontrolada que requiere una intervención urgente, especialmente en regiones con alta prevalencia, como el Africa subsahariana, donde se dan la mayoría de nuevas infecciones».

Entre los expertos que avalan el estudio están el presidente Yoweri Museveni de Uganda, el enviado especial de Naciones Unidas para el VIH en Africa Stephen Lewis y representantes del Banco Mundial, del Fondo Global para la Malaria, la Tuberculosis y el Sida, de cinco agencias de Naciones Unidas y directivos de los programas de VIH en países tan afectados como Etiopía, India, Jamaica y Uganda, además de conocidas personalidades científicas, religiosas y de ONG contra el sida.

Los promotores de esta documento proponen la posibilidad de llevar a cabo lo que han denominado «Estrategia ABC», siglas inglesas de abstinence (abstinencia), be faithful (fidelidad) y condoms (preservativos). Una estrategia que puede desempeñar un papel importante en la reducción de «la prevalencia mundial del VIH, como ya ha ocurrido en Uganda». Además añaden que esta estrategia no es aleatoria y no debe aplicarse como si así lo fuera, por lo que el mensaje de la «Estrategia ABC» debe matizarse según los grupos de población a los que van dirigidos.

El documento dice, además que entre los jóvenes es prioritario promover la «abstinencia o el retraso en el inicio sexual en aquéllos que no hayan tenido aún relaciones, haciéndose hincapié en evitar los riesgos como la mejor forma de prevenir la infección y otras ETS, así como los embarazos no deseados». Los expertos consideran que deben organizarse programas preventivos «dentro y fuera del ámbito escolar y los padres han de asumir su responsabilidad en la transmisión de valores y expectativas relacionados con el comportamiento sexual de sus hijos». Con respecto a los adultos sexualmente activos, «la primera prioridad ha de ser la promoción de la fidelidad mutua con una pareja sana».

Ante el imparable avance de la infección y a pesar de los esfuerzos preventivos de los últimos años, los firmantes reclaman «la modificación o recomendación de comportamientos personales y normas sociales dirigidos a evitar o reducir las situaciones de riesgo». Además, exigen que los programas preventivos deben implantarse localmente, teniendo en cuenta el contexto cultural y social de la población donde se haga, y basados en la epidemiología de la infección. Deben considerar las vías más frecuentes de infección, concentradas en ciertos grupos de riesgo como las prostitutas o difundidas por toda la población en personas que tienen múltiples contactos sexuales.


El Vaticano se preocupa por la mujer, más afectada por el contagio del Sida

Fuente: Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud

Autor: Cardenal Javier Lozano Barragán

El mensaje del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud con ocasión de la Jornada Mundial del Sida del 1 de diciembre de 2004, dedicada esta vez por la ONU a las mujeres por su mayor vulnerabilidad para contraer el virus del VIH/Sida.

«En efecto, un estudio ha puesto en evidencia que las mujeres son contagiadas 2,5 veces más que los hombres», alerta el presidente del dicasterio, el cardenal Javier Lozano Barragán, en el texto que firma y que este miércoles distribuye íntegramente la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos a través de «Fides».

«Comparto la preocupación de la comunidad internacional frente al cuadro dramático de las consecuencias de la epidemia sobre la salud, las condiciones de vida, las perspectivas, el estado y la dignidad de las mujeres y de las jóvenes en muchas regiones del mundo», expresa el purpurado.

Y es que «desde siempre –recuerda– la Iglesia defiende con especial vigor a la mujer y su elevada dignidad y lucha para combatir las discriminaciones que, incluso hoy, permanecen en amplios sectores de nuestra sociedad, y solicita mayores esfuerzos para eliminar las desigualdades contra las mujeres», también en el ámbito de la salud.

No sólo «el impacto del VIH/Sida en las mujeres acrecienta la desigualdad e impide el progreso hacia la universalidad de los derechos», sino que «cuanto mayor es el progreso del contagio en las mujeres, que son el fundamento de las familias y de las comunidades, más aumenta el riesgo de un derrumbe social», alerta el cardenal Lozano Barragán.

Desde que surgió esta epidemia hacia los años ‘80, más de 22 millones de personas han muerto en el mundo por Sida y en la actualidad 42 millones de personas viven con el VIH/Sida, uno de los mayores retos sanitarios a nivel mundial.

Haciéndose eco de los datos de este año de las Naciones Unidas, el dicasterio recuerda que en 2003 murieron 2,9 millones de personas por Sida y 4,8 millones fueron infectadas por el VIH. El Sida es la causa principal de muerte entre los 15 y 49 años de edad.

Especialmente en África la epidemia del Sida se ha propagado en forma muy veloz provocando enfermedad, muerte, pobreza y dolor. Se prevé que hasta el año 2025 el Sida causará la muerte a 31 millones de personas en India y 18 millones en China.

Entre 2001 y 2003 el número global de niños que se quedaron huérfanos a causa del Sida aumentó de 11,5 a 15 millones, en su mayoría en África. Se calcula que hacia 2010 en África sub-Sahariana habrá 18,4 millones de huérfanos por el VIH/Sida. Sólo el año pasado la epidemia dejó huérfanos a 5,2 millones de niños.

En numerosas ocasiones Juan Pablo II ha mostrado su preocupación por la epidemia y ha lanzado llamamientos a autoridades y científicos por la erradicación de esta plaga y ha señalado la atención y servicio que merece quien la padece.

Igualmente el Papa –recuerda el cardenal Lozano-Barragán– «en su mensaje por la Jornada Mundial del Enfermo para el 2005 (nn. 3-4) subraya que el drama del Sida se presenta como una «patología del espíritu» y que para combatirla de manera responsable es preciso aumentar la prevención mediante la educación al valor sagrado de la vida y la formación a la práctica correcta de la sexualidad».

Junto a este punto, para luchar más eficazmente contra el VIH/Sida el purpurado propone nuevamente –ya lo hizo ante la ONU en 2001— eliminar toda forma de discriminación hacia quien padece esta afección, informar adecuadamente sobre la pandemia, favorecer una mayor participación de la sociedad civil en la lucha contra el Sida, dirigir mayor atención a los grupos sociales más vulnerables y ofrecer mayor atención al cuidado de los niños seropositivos y a la protección de los huérfanos causados por el Sida.

Indica también como pautas la necesidad de apoyar los planes globales mundiales para combatir el VIH/Sida, invitar a los gobiernos a crear condiciones adecuadas para combatir este flagelo, «solicitar a los países industrializados que, evitando toda forma de colonialismo, ayuden a los países que tienen necesidad en esta campaña contra el Sida» y «reducir al mínimo el precio de los medicamentos anti-retrovirales necesarios para curar a los enfermos de VIH/Sida».

«La Iglesia católica –recuerda el presidente del dicasterio para la Salud– siempre ha dado su aporte tanto para prevenir la transmisión del virus VIH como en la asistencia a los enfermos y a sus familias en el plano médico-asistencial, social, espiritual y pastoral».

Actualmente el 26,7% de los centros para el tratamiento del VIH/Sida en el mundo son católicos. Son numerosos los proyectos y programas de formación, prevención del Sida y de asistencia, curación y seguimiento pastoral del enfermo de VIH/Sida que las Iglesias locales, los institutos religiosos y las asociaciones laicales llevan adelante.