La GENERALITAT de CATALUÑA YA HA ACORDADO SUPRIMIR la CLASE de RELIGIÓN CONFESIONAL

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La decisión, que se tomó en una reciente reunión ordinaria del Gobierno catalán y no se ha hecho pública, afecta a todos los centros, los públicos y los concertados. Incluye la implantación de una materia única de cultura religiosa igual para todo el mundo, para todos los colegios, con un profesorado designado desde el Departamento de Educación. Los padres, por tanto, no tendrán la opción de elegir libremente si quieren que sus hijos estudien una asignatura de religión acorde con sus creencias o una alternativa no confesional.



Por Ignasi Miranda
ForumLibertas
09-02-2005

La Generalitat de Cataluña acordó, en una reciente reunión del Consell Executiu, suprimir la clase de religión confesional en todos los centros, los públicos y los concertados. La decisión, que no se hizo pública y que ha sido conocida por ForumLibertas.com, incluye la implantación de una materia única de cultura religiosa igual para todo el mundo, para todos los colegios, con un profesorado designado desde el Departamento de Educación. Los padres, por tanto, no tendrán la opción de elegir libremente si quieren que sus hijos estudien una asignatura de religión acorde con sus creencias o una alternativa no confesional. A cambio de la medida, el ejecutivo autonómico ofrece, como elemento de presión, asumir el coste de los maestros y profesores de religión como interinos.

Una vez acordada la medida, que fue promovida por el primer consejero, Josep Bargalló, y por la directora general de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll, el Gobierno catalán tiene previsto presentársela a los obispos de las diócesis catalanas para que la Iglesia acepte su aplicación, que es vista desde el propio ejecutivo como muy difícil precisamente porque es inconstitucional. Además, la administración autonómica no es competente en una materia regulada a través de los Acuerdos Internacionales entre la Santa Sede y el Estado Español de 1979. Una aprobación total o parcial de la jerarquía católica sería el argumento perfecto para la Generalitat a la hora de justificar su reforma. Así se plantearía el asunto, desde la administración catalana, como algo pactado.

Pero en este tema, al entrar de lleno en una materia en la que los interlocutores válidos son la Santa Sede y el Gobierno español, no pueden intervenir ni los obispos catalanes ni tampoco la Conferencia Episcopal Española, que es simplemente un organismo de coordinación. Una posible modificación requeriría la intervención directa del máximo organismo representativo de la Iglesia católica universal, que es el Vaticano, además de la propia administración estatal.

Intenciones conocidas

El planteamiento, de todas formas, ya había sido anunciado varias veces tanto por el primer consejero de la Generalitat como por la directora general de Asuntos Religiosos. Bargalló, por ejemplo, se ha declarado en reiteradas ocasiones partidario de «eliminar la asignatura de religión católica» al entender que «transmite ideología», y ha llegado a decir que uno de sus principales retos es «cancelar los acuerdos con la Santa Sede para luchar por la laicidad en la escuela pública».

Los acuerdos de Gobierno tripartito para la Generalitat prevén «situar la enseñanza de la religión en el ámbito familiar y de la comunidad religiosa, ofreciendo la enseñanza de la cultura religiosa en las etapas de educación obligatoria; y en consecuencia, proponer la modificación de la normativa actual». En relación con esta intención del nuevo ejecutivo formado por Partido Socialista de Cataluña (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa-Verds (IC-V-EUA), la directora general de Asuntos Religiosos recordó, en una conferencia pronunciada el pasado 14 de enero, que la intención de su Gobierno es «sustituir la actual asignatura de religión confesional por una asignatura no confesional de cultura religiosa que presentase con respeto el hecho religioso plural y su influencia en el arte y en la cultura, que también aclarase conceptos como agnosticismo, ateísmo, laicidad, etc.».

Decisión tomada sin valorar sus consecuencias

La importancia de esta noticia no está en que sea inesperada o sorprendente, porque tanto Bargalló como Coll ya habían hecho públicas las intenciones del Gobierno catalán, sino en el hecho de que la liquidación de la materia de religión confesional, en centros públicos y concertados, ya haya sido acordada en Consejo Ejecutivo. Montserrat Coll, directora general de Asuntos Religiosos, también había reconocido públicamente que la propuesta tenía como principal obstáculo los acuerdos Iglesia-Estado.

Se abre, pues, un período de incertidumbre. La Generalitat ha acordado suprimir la asignatura de religión confesional en todos los colegios, públicos y concertados, mientras sigue en vigor un Concordato de la Iglesia con el Estado que reconoce, como pilar fundamental, que la administración garantice esa materia para los padres que lo soliciten. La libertad de enseñanza está seriamente amenazada con esta medida aprobada en Cataluña.