La guerra del agua es un ejemplo más de la guerra del hambre, de la guerra de los fuertes contra los débiles. El agua es uno de los negocios más rentables a medio y largo plazo y las multinacionales controlan ya una gran parte del agua potable del mundo. El agua es un derecho humano, no una necesidad como ha declarado recientemente la Organización Mundial del Comercio. El problema del agua es un problema político y para remediarlo hacen falta respuestas políticas concretas.