La GUERRA del CORPORATIVISMO FINANCIERO MUNDIAL

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En el trasfondo de toda guerra hay poderosas razones que responden al celebre aforismo de Clausewitz: «la guerra es la continuación de la política por otros medios». Pero una sola guerra es justa y necesaria: la guerra a la miseria y a la ignorancia. «la verdadera guerra terrorista, la que libran las distintas facciones del corporativismo financiero global, ya está en marcha…



En el trasfondo de toda guerra hay poderosas razones que responden al celebre aforismo de Clausewitz: «la guerra es la continuación de la política por otros medios». Pero una sola guerra es justa y necesaria: la guerra a la miseria y a la ignorancia.

Cuando el mundo cayó en la Depresión de los años treinta, hubo dos países que la abordaron de una manera sorprendentemente parecida: Estados Unidos y Alemania. Los dos líderes de estas grandes naciones industriales – el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt con su programa de activación económica del «New Deal» y el canciller alemán Adolf Hitler con su ministro de economía Hjalmar Schacht – comprendieron rápidamente que aquella crisis que golpeaba a sus países sólo podría resolverse de una manera: a través de la guerra.

Resulta clave comprender afirma el analista argentino Adrian Salbuchi, que la Segunda Guerra Mundial fue la gran salvación para los Estados Unidos, ya que le permitió en apenas cuatro años resolver sus problemas económicos, financieros y – sobre todo – geopolíticos. Tras la Segunda Guerra Mundial, EEUU se convierte en la potencia hegemónica del campo occidental y logra imponer su moneda, el dólar (mediante el patrón dólar-oro), como divisa hegemónica. Hoy Estados Unidos se halla ante una encrucijada similar a la que enfrentó en los años treinta, pero los detentores del poder real han encontrado una salida al «colapso controlado de la «burbuja financiera» que tanto les preocupa.

UNA OPORTUNIDAD SIN PRECEDENTES EN EUROASIA

El escritor y analista Víctor Ego Ducrot, se preguntaba ante los atentados del 11 de setiembre, sin incurrir a teorías conspirativas: «¿por qué no ponderar la posibilidad de que estos hechos se inscriban en un marco mucho más complejo que el que se pretende presentar, signado por disputas en torno del dominio de áreas estratégicas en materia energética y, muy especialmente, por un nuevo tipo de guerra entre las distintas facciones del corporativismo financiero global, todos fenómenos de compleja comprensión? » Y concluye diciendo: «la verdadera guerra terrorista, la que libran las distintas facciones del corporativismo financiero global, ya está en marcha».

Por otra parte, el ideólogo de la Comisión Trilateral, Zbigniew Brzezinski, ex asesor del Consejo de Seguridad Nacional de James Carter, entiende que existe una oportunidad sin precedentes para capitalizar el «momento de transformación» creado por la caída de la Unión Soviética y los atentados del 11 de septiembre, y debe realizarse en Eurasia. Así lo afirma el analista político Heinz Dieterich, dado que el poder que domine Eurasia, dominará el continente más grande del globo y su «eje axial geopolítico», junto con alrededor del 60 por ciento del Producto Mundial, 75 por ciento de la energía mundial y 75 por ciento de la población mundial. Es por eso, que Eurasia es «la tabla de ajedrez, sobre la cual se continúa jugando la lucha por la primacía global». Y todos estos países están notablemente próximos a las gigantescas reservas petrolíferas del Mar Caspio que aguardan ser extraídas y refinadas por la Exxon Mobil de Rockefeller (presidente y fundador de la Comisión Trilateral) y Zapata Oil de la familia Bush utilizando equipos petrolíferos de Halliburton del vicepresidente Richard Cheney… Resulta muy ilustrativo leer esto mientras se mira un mapa de esa región.

George W. Bush y Colin Powell, presidente y secretario de Estado respectivamente, coincidían plenamente con la lógica de la oportunidad de oro «para reconfigurar las relaciones mundiales», como recuerda Bob Woodward del Washington Post en una columna sobre una reunión del gabinete, tres días después del 11 de septiembre. Esta reconfiguración del Orden Mundial está diseñado al servicio de las corporaciones transnacionales.

El presidente Bush y su círculo íntimo de poder – Cheney, Rumsfeld, Rice, Wolfowitz y Perle- pertencientes al CFR (Consejo de Relaciones Exteriores) y algunos entre ellos a la Comisión Trilateral o al Club de Bilderberg, además de ligados a fortísimos intereses económicos petrolíferos, habían decidido ya hace meses, atacar Irak y aplicar el principio de guerra preventiva bajo la acusación de que el ex dictador Sadam Husein, otrora aliado, cobijaba terroristas y su régimen poseían armas biológicas de destrucción masiva.

UN SISTEMA FINANCIERO GLOBALIZADO BASADO EN LA ESPECULACIÓN

El CFR (Council on Foreign Relations) pretende administrar la actual grave crisis financiera a través de lo que denomina el «colapso controlado del sistema financiero planetario». Y ello puede entenderse, si tomamos conocimiento de los siguientes datos macroeconómicos: Diariamente, el sistema financiero globalizado mueve más de 2.200.000.000.000 de dólares (esta cifra diaria es ocho veces mayor que el PBI anual de la Argentina y casi un 25% del PBI anual de Estados Unidos). Es decir, la economía «simbólica» o virtual equivale anualmente a un flujo permanente que jamás se detiene, de 400 billones de dólares. Sin embargo, si sumamos los productos brutos internos (PBI) anuales de todos los países del mundo más la economía negra (incluyendo el crimen organizado, narcotráfico y la venta de armas que, al fin y al cabo, aunque no nos guste son parte de la «economía real»), vemos que apenas alcanzan los 40 billones de dólares. Una cifra diez veces menor. Refiriéndose a este gigantesco flujo diario de capitales y dinero virtual, Peter Drucker, gurú del management, en su obra «La Sociedad Poscapitalista»,dice que solo un 5% de este monto se corresponde con la «economía real» del trabajo y la producción, mientras que el 95% restante se refiere a la «economía simbólica» de la especulación y el parasitismo.

Estas cifras señalan algo que los políticos, analistas, banqueros y los grandes monopolios mediáticos procuran disimular y ocultar por todos los medios posibles, y que es el hecho de que existen aproximadamente diez veces más activos financieros que bienes y producción. Y esto no puede mantenerse por mucho tiempo más. Hoy, entonces, vivimos en pleno «colapso controlado» y sentimos como el sistema financiero planetario cruje por doquier: lo vemos en la caída en picada del índice de las acciones de empresas tecnológicas en la Bolsa de Nueva York dónde el índice NASDAQ perdió 3 billones de dólares en el 2000 (según «The Economist» de Londres, en el 2000 todas las bolsas del planeta perdieron en su conjunto más de U$S 7 billones, un monto equivalente al 70% del PBI de los Estados Unidos).

También lo venimos viendo en las crisis recurrentes – y sospechosamente parecidas entre sí – de Méjico (1994), Tailandia (1997), Malasia (1997), Indonesia (1997), Corea del Sur (1997) Ucrania (1998), Rusia (1998), Brasil (1999), Turquía (2000) y Argentina (2000/2001) y recientemente. La crisis generada con la explosión de la burbuja bursátil, los escándalos contables de las grandes empresas norteamericanas como Enron, WorldCom, Tyco, etc…Pareciera que todos debemos contribuir con nuestra libra de carne al «colapso controlado» financiero planetario.

LA GUERRA EURO-DÓLAR CON IRAK AL FONDO

En este sentido, pensamos que es imprescindible introducir las consideraciones monetario-financieras en esta guerra y, en concreto, la rivalidad dólar-euro, para poder captar en todas sus dimensiones este fortísimo cambio en el escenario financiero internacional.

El euro se está transformando ya (y lo puede hacer aún más a medio plazo) en una seria amenaza para la hegemonía del dólar a escala mundial. Estamos ante un pulso decisivo, y muy significativo, entre el dólar y el euro

En mayo de 2001 Javier Solana, «ministro de exteriores» de la UE, visitó Moscú para la «cumbre técnica» Rusia-UE. El principal resultado de la cumbre es la creación de un «grupo mixto» para el estudio de la posibilidad de que el comercio bilateral se haga en euros en lugar de en dólares. Resulta que el 40% del intercambio comercial ruso es con la UE (Estados Unidos 8%) y el grueso de ese intercambio es gas y petróleo. Rusia ya vende la tercera parte de los carburantes consumidos en Europa y la proporción aumentará un 10% en los próximos años.

«Faltan ocho meses para que la moneda europea esté en los bolsillos de la gente», explicaba Solana radiante, y cuando eso ocurra, «tendremos sorpresas positivas». Solana cita «cambios en el mundo del petróleo», que van a hacer posible el paso ruso al euro y el abandono del dólar. Conviene recordar que Rusia tiene los mayores yacimientos de petróleo del mundo y que el petróleo se compra y se vende en el mundo en dólares, pero la mitad de las exportaciones de gas ruso ya se realizan en euros y algo parecido pasa con la madera. «Irak ya se ha pasado al euro y Argelia y Libia, lo harán en el futuro», explica Solana. (Vease Vanguardia, 18/05/2001: «Rusia acuerda con la Unión Europea estudiar el uso del euro en sus relaciones económicas»).

Efectivamente, Irak se pasó al euro en noviembre del 2000. Fue un mal negocio porque entonces el euro estaba a 80 céntimos de dólar y el cambio supuso pérdidas millonarias, pero venía dictado por consideraciones políticas. Radio Liberty, el antiguo instrumento de la CIA para el bloque soviético, explicó así la noticia aquel día: «El paso de Bagdad del dólar al euro para el comercio de su petróleo es un intento de castigar la línea dura de Washington en el asunto de las sanciones y animar a los europeos a desafiarla».

Estas opiniones de expertos rusos sobre las consecuencias de la introducción del euro en la correlación de fuerzas global en enero de 2002 son clarificadoras:

«Es más que probable que Estados Unidos hará uso de los numerosos medios de que dispone, incluidos los extraeconómicos, para impedir un paso masivo de la utilización del dólar a favor del euro», dice Olga Butorina, del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias.

Actualmente, según el economista y banquero Jorge Stecher, las cosas han evolucionado tan rápidamente que: «el dolar representa un 57 % del total de las reservas exteriores de los bancos centrales de todo el mundo y el euro ha pasado al 29 %. Los bancos centrales de Rusia, China y Taiwan ya han dicho que están aunmentando el peso del euro en la composición de sus reservas y otros lo están haciendo sin decirlo ( EL PAIS, 9/04/2003)

El «debilitamiento de la eurozona», sin reparar en medios, va a ser una de las líneas maestras de la política americana, e, incluso, «la condición estratégica para la supervivencia de Estados Unidos como líder geopolítico mundial», pronostica Mijail Deliaguin, director del Instituto de problemas de la globalización de Moscú. (Véase «Euro», Diario de Moscú, 24/01/2002). La guerra forma parte de esa respuesta y por eso era inadmisible para la
Unión Europea apoyarla.

LA ESTRATEGIA DEL SISTEMA IMPERIALISTA NECESITA UN CLIMA BELICO

Luego, esta burbuja del sistema financiero especulativo que mas pronto que tarde estallará, necesita este clima bélico, continuación de la guerra comercial de EEUU y Europa por otros medios. Esta guerra dolar-euro que será decisiva en este comienzo de milenio ha tenido su primera batalla en una zona estratégica para el control de euroasia. Pero no olvidemos que también se esta dando en el continente africano e iberoamericano.

Luego, la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, o las más de 73 guerras actuales, tienen lugar, no para luchar contra el terrorismo o simplemente conquistar los campos petrolíferos u otros intereses económicos. Forman parte de una estrategia a largo plazo de los grupos de inversión petroquímicos/armamentísticos/farmaceúticos para crear un estado psicológico de miedo con el fín de mantener su control mundial en un planeta mayoritariamente de hambrientos y bajo una economía especulativa que puede hacer caer colosos. Esta alianza y enfrentamiento de transnacionales que saquean al Tercer Mundo, necesitan este clima bélico para una salida de su enorme potencial armamentístico, asegurarse el control de recursos energéticos o estratégicos y la expansión de enfermedades para seguir obteniendo pingües beneficios. Para ello se han asegurado el control de los gobiernos que previamente han financiado de forma muy generosa en sus campañas electorales y ahora empiezan a obtener contratos multimillonarios que evitan el derrumbe de la burbuja financiera. En esta guerra financiera de una moneda hegemónica hay muchos intereses puestos que responden más que al concepto imperialista de expansión y dominación.

Termino recordando un principio hoy vigente en la solidaridad con los pobres de la tierra. Los principales enemigos del pueblo, decían los obreros españoles asistentes a la primera internacional, son la miseria y la ignorancia; y exclamaban: ¡Guerra a la miseria y a la ignorancia! Frente a la ignorancia, escuelas, periódicos, libros; frente a la miseria, asociación.

Por Francisco Rey Alamillo
Ingeniero Informático y educador
Responsable de la web:

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