Tras el colapso de un edificio de varias plantas repleto de talleres textiles en Bangladesh que mató a 1.132 personas las grandes marcas del textil y las autoridades del país asiático, hacían un «llamamiento a no repetir la tragedia». Seis meses después del desastre la mayoría de los que lograron sobrevivir —unas 2.000 personas resultaron heridas— pero perdieron su trabajo siguen sin empleo y no han cobrado ninguna indemnización, según un informe de la campaña internacional Ropa Limpia. Primark, Benetton, El Corte Inglés, JC Penney o Le Bon Marché son algunas de las compañías que se surtían de las fábricas derrumbadas. Mango había hecho un pedido de prueba.