Lech Walesa pide a los católicos que sean activos y tengan siempre argumentos para medirse con los contrarios

2198

Gran parte del mérito en la victoria sobre el comunismo la ha otorgado a Juan Pablo II, al que se refirió como un regalo del cielo, ya que "sus palabras pusieron en marcha la lucha" y lo explicó contando su experiencia.

Redacción – 20/11/2005

El ex presidente de la República de Polonia y Premio Nobel de la Paz 1983, Lech Walesa, pidió a los católicos, durante su intervención en el VII Congreso Católicos y Vida Pública, que sean «activos». «Tenemos que tener argumentos para dialogar y compartir nuestros valores. Os pido no menospreciar las discusiones para demostrar nuestras razones», dijo. En una conferencia magistral, Walesa apeló a los valores y la solidaridad para la construcción de una Europa y un mundo de paz.

«¿Por qué estamos construyendo una Europa sin valores?» es una de las reflexiones que hizo el ex presidente de Polonia y premio Nobel de la Paz. Durante toda su intervención Walesa hizo referencias a la historia de su país y la repercusión que tuvo en todo el mundo. La caída del comunismo representa para Walesa la oportunidad de construir Europa y el mundo a partir de una «tabla rasa». Gran parte del mérito en la victoria sobre el comunismo la ha otorgado a Juan Pablo II, al que se refirió como un regalo del cielo, ya que «sus palabras pusieron en marcha la lucha» y lo explicó contando su experiencia.

«Durante 20 años conseguí reunir a diez personas en Polonia para luchar contra el comunismo. En ese estado de impotencia y falta de fe, está llegando a su final el segundo milenio de la cristiandad y que hay otros poderes que pueden cambiar todas esas cosas. Un polaco es elegido Papa, un año después de su elección va a Polonia. Todo el mundo miraba a Polonia y se preguntaban que pasaba para que en un país comunista casi todo el mundo participara en las reuniones con el Santo Padre, incluso los ateos y la policía política». Las palabras del Juan Pablo II «No temáis, podéis cambiar la faz de la tierra» hizo despertar a la gente y que se dejara guiar. «Después de su visita durante un año conseguí reunir a diez millones de personas», dijo Walesa.

La situación en que vive hoy el mundo y Europa, afirmó el Nobel de la Paz, «no sólo ha cambiado de siglo y de milenio, sino que también a pasado de la época de divisiones, luchas de la época de la tierra; estamos pasando a la época del intelecto, de la información y la globalización». En cuanto a la construcción de Europa en un mundo globalizado estableció dos posibles rutas «una que solo habla de libertades del ser humano, organizaciones, y económicas, dejando las de Dios y libertad para el uso privado». Sin embargo Lech Walesa ha abogado por otra concepción: «deberíamos empezar por entendernos y construir a partir de ese sistema. Construir al hombre de conciencia: premiar lo bueno y castigar lo malo hasta la 5ª generación» afirmó con humor.

Advirtió que si no se hacía una construcción de Europa sobre valores sólidos «se va a crear una oligarquía que no va a escuchar a la gente, ni ceder el poder. La democracia del parlamento europeo será todo comisiones peores que la solución a nuestros problemas».

El paso de un pensamiento nacional y continental a otro global en algunos asuntos, lo consideró indispensable ya que está «debido al desarrollo de la técnica». Eso lleva a que deban establecerse «las cuestiones que para nuestra supervivencia tienen que ser globalizadas, si no ayudamos a globalizar la ecología no llegaremos al final de este siglo». Así también en cuanto a seguridad dijo que «un país descontrolado como Corea del Norte o Bielorrusia con productos químicos y tanta técnica nos hará volar por los aires».

Para Walesa, las estructuras que tiene Europa ya no son válidas para la situación actual. «La UE tiene que ser una economía comunitaria y para ello hay que igualar los niveles de desarrollo de todos sus miembros. Dios no nos guía a todos por igual ni países ni individuos pero tenemos que planificar un buen desarrollo de EU teniendo en cuenta esas diferencias».

«Durante el siglo XX se pensaba que el hombre fue muchas veces como un lobo para el hombre y aplicaba leyes de lobos. Se terminó esa época de tierra y en esta de intelecto el hombre tiene que ser amigo de otro hombre y ser solidario. De esta manera podremos sobrevivir y ayudarnos unos a otros», añadió.

El Nobel de la Paz explicó también que para mantener el nivel de bienestar de la Unión Europea todos deben tener trabajo para que unos países no tengan más carga de impuestos para mantener a los menos desarrollados. Por eso estableció que la «solidaridad es la base de relaciones entre los hombres». La visión del continente y la global es el pensamiento principal después de solucionar los problemas que surgen de decidir qué sistema económico y político se va a construir, incluso qué comportamiento democrático y qué estructuras conformarán la UE.

Por otra parte, Walesa consideró que las estructuras creadas en el siglo XX no cumplen hoy sus propósitos, ya que al quedar Estados Unidos como única súper potencia se establecen diferencias con la ONU. La primera «tiene capacidad operativa pero suele defender sus intereses, mientras que la ONU tiene muchas funciones pero no es operativa». Por eso animó a los asistentes a influir en el cambio de las estructuras y los programas y cambiar la democracia que funciona contando por unidades, ya que en la época de la globalización esa forma de actuar puede llevar a situaciones complicadas en el caso de que países como China entren a formar parte de estructuras europeas e internacionales.

En un foro entregado a sus palabras, Walesa pidió a todos los creyentes «más actividad, más participación, no hay que menospreciar las discusiones porque si no, lo harán otros a su manera. Tenemos que ser activos y tener argumentos para medirse con los contrarios. Si vemos que Dios existe y tenemos en cuenta los valores, entonces podremos conseguirlo».