MASACRAN a CAMPESINOS en un CAMPAMENTO de los SIN TIERRA en BRASIL

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Cinco agricultores asesinados y 20 heridos, 3 de ellos graves, es el saldo de una sangrienta masacre ocurrida el sábado en un campamento del Movimiento de los Sin Tierra (MST) en el interior de Brasil

Dieciocho pistoleros encapuchados irrumpieron a tiros el sábado en la hacienda Nova Alegria del municipio de Felisburgo (una área ocupada por cien familias del MST), en el estado de Minas Gerais. Abrieron fuego contra hombres, mujeres y niños, e incendió las casetas del campamento del Movimiento de los Sin Tierra [MST] denominado Tierra Prometida. Fueron asesinados cinco trabajadores agrícolas y otras 20 personas resultaron heridas, 3 de ellas de gravedad ( uno de ellos de 12 años) según nota conjunta del MST y la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Los atacantes también quemaron al menos 30 barracas donde dormían los campesinos, la escuela del campamentos y destruyeron cultivos. El incidente es el más violento en el largo enfrentamiento por terrenos cultivables desde que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el poder hace cerca de dos años.

Según informó la agencia estatal de noticias Brasil, el secretario de Derechos Humanos, Nilmário Miranda, aseguró que hay indicios de que un empresario habría ordenado la operación.

El terrateniente Adriano Shafico se atribuye la propiedad de la hacienda Nova Alegria, donde se encuentra el campamento del MST, derecho que es cuestionado por 200 familias del Movimiento que desde hace dos años ocupan el terreno.

Las agencias brasileñas de noticias destacaron que los agricultores lograron reconocer a algunos atacantes y los identificaron como pistoleros de la región.
Otro involucrado en la masacre es el primo del terrateniente, Calixto Chafik, un ex policía, quien además es señalado como propietario de la camioneta en la que se movilizaron los atacantes. Ambos se encuentran prófugos, indicó Miranda. Precisó que tres de los agresores ya fueron detenidos

Después de bloquear las carreteras en protesta contra la matanza que dejó cinco trabajadores rurales muertos y más de 20 heridos, los agricultores se preparan para volver a acampar en la hacienda Nova Alegria, en el municipio de Felisburgo, región del Valle de Jequitinhonha, en Minas Gerais, donde ocurrió la tragedia. Según informaciones de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), el campamento será levantado nuevamente con el apoyo del Comité de Solidaridad con las Familias de los Sin Tierra, formado por diversas organizaciones civiles.

Una reunión con representantes del Instituto de Colonización y Reforma Agraria (Incra) definió dos puntos principales de reivindicación. El primero es la culpabilidad para el Gobierno del Estado, la segunda es el castigo inmediato de los mandantes del crimen y de los pistoleros que realizaron la acción.

Los cinco muertos fueron enterrados en Felisburgo el pasado lunes 22 ante 2 mil personas, en particular campesinos sin tierra provenientes de otros municipios.

El ataque, que incluyó el incendio de varias barracas que habían construido rústicamente el centenar de familias del MST que ocupaban la hacienda, hizo que éstas salieran huyendo; pero los campesinos empezaron a regresar este lunes bajo protección policial.

LA VIOLENCIA ESTRUCTURAL

El último día 20, las 100 familias que ocupaban la hacienda desde el día 1º de mayo de 2002 fueron sorprendidas por ráfagas de balas disparadas por 18 pistoleros que, según denuncias, serían coordinados por el propietario del área. Vale resaltar que la acción sucedió un día después de que varios soldados fueron declarados inocentes en el enjuiciamiento de Eldorado de Carajás, ocurrido hace 6 años en Pará.

Aterrorizados con el hecho, los organismos civiles como la CPT y el MST enviaron un comunicado a otras organizaciones internacionales. La nueva masacre contra los trabajadores rurales sin techo tuvo repercusión, entre otras, en Amnistía Internacional.

Portavoces de la policía y del gobierno aseguraron que el ataque será aclarado y sus responsables detenidos. «La respuesta será ejemplar», expresó Miranda.

El coordinador nacional del MST, Joao Pedro Stédile, dijo a la agencia de prensa EFE que es inconcebible que sigan ocurriendo ese tipo de ataques.

«Acabamos de terminar el juicio de una masacre y vamos a entrar en otro. Ese es el retrato del retraso de los hacendados que buscan apoderarse de tierras por la fuerza», agregó.

Ante la Comisión Parlamentaria Investigadora (CPI) del Senado sobre cuestiones agrarias, el líder del MST, Stédile, ya afirmó que los conflictos continuarían mientras un 1% siga poseyendo 120 millones de hectáreas y 23 millones carezcan de tierras.

El presidente de la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Agricultura (Contag), Manuel dos Santos, atribuyó el crimen «al brazo armado del latifundio» y opinó que ese hecho representa un «desafío» para el gobierno, al que instó a acelerar la reforma agraria anunciada.

Dos Santos dijo en sus declaraciones a periodistas también antes de la apertura de la conferencia que el crimen de los cinco campesinos demuestra «la necesidad de seguir luchando por la democratización de la tierra y la justicia social en Brasil».

«Esas muertes muestran el brazo armado del latifundio, la violencia planeada y la intimidación a que quieren someter a los trabajadores, pero no lo van a conseguir. Eso es un desafía al propio Estado brasileño, que debe tener una posición firme para enfrentar esa situación y castigar a los autores intelectuales y materiales», puntualizó el dirigente campesino.

También atribuyó la matanza «a la ausencia de la reforma agraria», porque -dijo- «si ya tuviéramos reforma, ese tipo de acciones no ocurrirían».

Agregó que esos 23 millones «no son ciudadanos porque no tienen tierra, no tienen trabajo y son analfabetos», y apuntó que no es el MST, sino la Constitución la que ordena expropiar al latifundio improductivo.

«No nos conformamos con vivir en un país con tanta riqueza y existir tanta pobreza», remarcó y aclaró que el MST no es violento y tiene por objetivo combatir la desigualdad social y la pobreza, pues surgió hace 20 años ante la incapacidad de los gobiernos para atender las necesidades básicas de los trabajadores.

La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), vinculada a la Iglesia Católica, ofreció datos aún más reveladores: de 1985 al 2003 ocurrieron en el país 1.003 casos de asesinatos en el campo, con 1.349 víctimas, pero sólo 65 casos fueron juzgados, con la condena de 65 ejecutores de los crímenes y 15 que los ordenaron, lo cual conforma un cuadro de impunidad.

LA COMISION DE LA PASTORAL DE LA TIERRA EXIGE JUSTICIA

El MST es el más organizado y amplio movimiento social brasileño, que lucha por la entrega de tierras y medios para cultivarlas a los desposeídos de este país, que nunca experimentó una verdadera reforma agraria. La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), es una organización de la Iglesia Catolica fundada en plena dictadura para apoyar a la población rural que hoy encabeza la lucha contra el esclavismo y es la principal impulsora de la creación del Movimiento de los Sin Tierra (MST)

La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), vinculada a la Iglesia Católica, ofreció datos aún más reveladores: de 1985 al 2003 ocurrieron en el país 1.003 casos de asesinatos en el campo, con 1.349 víctimas, pero sólo 65 casos fueron juzgados, con la condena de 65 ejecutores de los crímenes y 15 que los ordenaron, lo cual conforma un cuadro de impunidad.

Una comisión de la Iglesia Católica sostuvo en abril pasado que durante el gobierno de Lula da Silva los conflictos de tierra se han incrementado a niveles nunca antes vistos.

La Comisión Pastoral de Tierra [CPT] aseguró que hubo más de 1.600 invasiones de tierras el año pasado en las que participó un millón de personas, lo que constituye un récord dentro del período de 18 años que abarca el estudio.

Marcilene Ferreira, de la Comisión Pastoral de la Tierra, explica que desde el 2002 los representantes del Gobierno del Estado de Minas Gerais reciben denuncias sobre las amenazas que venían sufriendo los trabajadores rurales no sólo del área de Jequitinhonha, sino de varias otras localizadas en el territorio minero.

Hasta el momento, según informaciones de la CPT, están detenidos cinco pistoleros. Los agricultores instalaron el campamento «Tierra Prometida» hace dos años en la hacienda Nueva Alegría, cuya área es pretendida por el hacendado Adriano Shafico, que vive en el estado de Bahía. Las autoridades de Bahía también están involucradas en la investigación del crimen.

Durante el primer año de gobierno de Lula, 73 personas perdieron la vida en disputas por tierras, el número más alto en una década.

El gobernante Partido de los Trabajadores era un aliado tradicional del MST. La Constitución brasileña garantiza la distribución de las tierras improductivas.

Sin embargo la promesa de Lula de asentar 400.000 familias campesinas en sus cuatro años de gestión ha tenido un lento avance, causando el enojo del MST, que dice que sólo fueron asentadas 21.000 familias desde que asumió el 1 de enero del 2003.