Niños presos en huelga de hambre en Europa

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El pasado 18 de agosto, unos 160 menores presos en el Centro de Detención de Pagani, en la isla griega Lesvos, comenzaron una huelga de hambre poco después de que tuvieran lugar numerosas redadas policiales de inmigrantes en las principales ciudades del país. Los menores mantuvieron cuatro días la huelga mientras organizaciones internacionales empezaban a lanzar la voz de alarma

La situación geográfica de Grecia la ha convertido en el principal puente para las personas procedentes de Europa del Este, Oriente Próximo y el Noreste de África que quieren llegar a la Unión Europea. Según fuentes policiales, de enero a agosto de 2008, fueron detenidas 69.845 inmigrantes, casi siete veces que en las mismas fechas en España. Grecia también se ha convertido en el foco negro de las denuncias internacionales sobre las violaciones de derechos humanos a las que son sometidas éstas personas una vez logran alcanzar sus costas. Incluidos los niños.


Hasta hace apenas unos días no habíamos tenido acceso a unas imágenes que mostrasen las condiciones de insalubridad y hacinamiento en las que cientos de personas malviven en los centros de internamiento griegos. Hoy tenemos acceso a ellas gracias a la Plataforma Noborders Camp-Lesvos, compuesta por organizaciones antirracistas europeas, que está dirigiendo una campaña desde la isla Lesvos contra «la política inhumana para los refugiados del gobierno griego, y un cambio fundamental en las políticas de inmigración europeas». En el vídeo pueden ver cómo conviven más de 160 niños y adultos en una celda de 200 m2, con las letrinas en el interior, con literas de tres y cuatro camas de altura y colchones tirados por el suelo. Hombres y niños desesperados.


La iniciativa de Noborders Camp Lesvos ha conseguido llamar la atención mundial sobre la situación de estas personas mediante la organización de un campamento en la misma isla del centro en el que están participando más de 150 personas de numerosas nacionalidades. Diariamente se congregan en la puerta del Centro, manteniendo el contacto con los presos e informando a través de una radio on-line, su web y el twitter. En uno de sus últimos comunicados relatan cómo «los menores están encerrados en la misma habitación, compartiendo un solo baño. Muchos se ven obligados a dormir en el suelo porque las camas son insuficientes. Algunos niños sólo tienen ocho o nueve años. Cincuenta de ellos llevan más de dos meses presos».


En 2008 llegaron a Grecia más de 1000 menores inmigrantes no acompañados, pero este país sólo cuenta con unas 300 plazas para el cuidado estatal de estos niños. Por lo que según Human Rights Watch «todo niño que entra en Grecia tiene muchas probabilidades de terminar en centros de detención o en las calles». De hecho, el informe de 111 páginas que elaboró esta organización el pasado año dedicado exclusivamente a este asunto se llamaba «Abandonados para sobrevivir» y denunciaba «las condiciones miserables de vida, la amplia violencia experimentada a manos de la policía y la guardia costera, la explotación en la agricultura y la construcción, y el riesgo que corren de acabar en manos de traficantes».


Según una de las entrevistas que recoge el informe de HRW, un joven afgano, que había estado retenido 34 días en este centro resumía así las condiciones de éste: «Me enfrenté a gran cantidad de dificultades ahí… todo estaba muy sucio. En una semana, sólo nos dejaron salir al patio durante 15 o 20 minutos. Nos enfermábamos cada día».


La Plataforma Noborders junto a grupos de solidaridad locales celebraron una manifestación delante del Centro que terminó con los gritos de «libertad, libertad» de los defensores de los derechos humanos y de los presos unidos.


El impacto de la manifestación, la denuncia de Human Rights Watch sobre la huelga de hambre de los menores presos y de ACNUR «alarmada por la detención de niños no documentados», provocó una reacción en el gobierno. El sábado llegó el rumor al campamento de los activistas de que las autoridades habían decidido poner en libertad a 450 personas -en su mayoría familias y niños-. La noticia ya había llegado al centro de internamiento, y cientos de hombres se pusieron en huelga de hambre para pedir su liberación también. Efectivamente, cuando llegaban al Centro miembros de la plataforma un centenar de inmigrantes eran trasladados en autobuses a otro centro desde donde serían liberados. Poco después, un grupo de manifestantes aprovechó la salida de un camión del recinto para entrar y permanecen durante horas en el patio del centro.


Desde entonces, no se han vuelto a poner en libertad a más inmigrantes, las manifestaciones ante el centro se han mantenido y la presión policial se ha endurecido.


ACNUR ha declarado su preocupación por las 850 personas que ocupan estas instalaciones cuando no tienen capacidad para más de 300. «Una habitación alberga a más de 150 mujeres y 50 bebés, muchos de ellos sufriendo enfermedades derivadas del estado de hacinamiento e insalubridad del centro» declaró la portavoz en Ginebra de la Comisión para los Refugiados de la ONU, Andrej Mahecic. ACNUR definió la situación como «parte de un sistema de asilo que requiere una reforma total, una recomendación que se le hizo al país el año pasado pero que no ha sido implementada».


De hecho, en 2008, casi la mitad de los 54.000 extranjeros indocumentados internados en centros fueron repatriados y en el primer semestre de 2009, de los 57.000 interceptados hasta ahora, la mitad ha sido repatriada a diversos países de Asia y África. Human Rights Watch también manifestó que «se le está dificultando a esa gente pedir asilo», cuando Grecia «acepta sólo el 0,05 por ciento de las solicitudes».


Esta no es la primera huelga de hambre que hacen los menores presos en Grecia. Hace un año, 100 niños inmigrantes detenidos en otra isla, Leros, se pusieron en huelga de hambre por las mismas razones. En aquella ocasión, como en esta, la policía trasladó a un centenar de niños a centros de alojamiento abiertos, ejerciendo una presión adicional sobre estas instalaciones, algunas de las cuales ya han excedido su capacidad.


Estas detenciones son ilegales puesto que Grecia ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, que obliga a «proporcionar protección y asistencia humanitaria a todos los niños sin un padre o cuidador, incluyendo los que buscan refugio, considerando primordialmente el mejor interés del niño». Y la detención debe utilizarse «sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda».



NOTA: A fecha 4 de noviembre de 2009, el centro de detención fue desalojado el pasado fin de semana (1 de noviembre 2009), después de que más de un centenar de niños se pusieran varias veces en huelga de hambre y tras meses de denuncias por parte de MSF, ACNUR y la plataforma Noborders Lesvos. Se desconoce que pasará con las novecientas personas, incluidos los menores, que han sido trasladados a otros centros de detención.