Paro juvenil

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En España los jóvenes son sistemáticamente maltratados. De lo único que verdaderamente se ha preocupado la clase política es de su adoctrinamiento

Más de la mitad de los jóvenes españoles están en paro. Y estas espantosas estadísticas no se disparan aun más porque un gran número de jóvenes ha dejado de buscar trabajo y cada vez más desalentados no se cuentan como desempleados. Otros, los de mayor cualificación emigran en búsqueda de un trabajo fuera de nuestras fronteras.

La trampa del boom inmobiliario fomentó el abandono de los estudios para ponerse a trabajar en empleos con poca proyección. Con el estallido de la burbuja, aquellos trabajos desaparecieron dejando a una parte importante de la población sin empleo y sin formación para aspirar a otro tipo de puestos.

El binomio juventud/desempleo en nuestro país puede provocar un daño social incalculable. Cuando transcurre mucho tiempo antes de conseguir el primer empleo, esto influye de forma decisiva en la etapa adulta y familiar para el resto de la vida. La mayoría de jóvenes desempleados serán unos adultos trabajadores pobres.

El único plan de empleo juvenil del Gobierno consiste en institucionalizar un contrato basura (con un período de prueba obligatorio y de despido libre y gratuito de hasta un año) hasta que la tasa de desempleo se sitúe por debajo del 15% ya que, al parecer, ese es un porcentaje de paro que le parece aceptable

En España los jóvenes son sistemáticamente maltratados. De lo único que verdaderamente se ha preocupado la clase política es de su adoctrinamiento. Ningún partido parlamentario tiene una estrategia para alcanzar el pleno empleo en condiciones dignas. Cuando se publican los lamentables resultados del sistema educativo español los partidos callan. Nadie quiere un sistema educativo que enseñe a pensar con cabeza propia.

«Somos la obra en construcción» cantaban los jóvenes socialistas de principios del siglo XX. Hoy tendrán que volver a descubrir que nadie les va a regalar nada y menos el trabajo. Si sus mayores, sus maestros, los sindicatos, etc., les han traicionado, no hay otra salida para la juventud que descubrir un ideal militante que sea capaz de revertir la situación en la que otros les hemos metido. Construirse ellos construyendo un mundo sin opresión.