Pide expulsar de Bolivia a la Iglesia católica la jefa de los diputados de ese país

2010

Un obispo denuncia la droga y el Gobierno lo llama calumniador y "enemigo" de los campesinos. Los cocaleros piden expulsar al obispo de Cochabamba y Emiliana Aiza pide que se expulse a toda la Iglesia.

El arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, denunció públicamente que en las calles del país había niños y jóvenes vendiendo droga. El gobierno populista de Evo Morales reaccionó de forma airada. El viceministro de Movimientos Sociales, César Navarro, llamó «calumniador» al obispo Solari, y la líder de los diputados del partido oficial, el Movimiento al Socialismo (MAS), Emiliana Aiza, fue mucho más radical y pidió que la Iglesia Católica sea expulsada de Bolivia porque es, afirmó, «enemiga» de los campesinos y comercializa su fe.


Al partido de Morales y a sus organizaciones afines le ha molestado especialmente que el arzobispo denunciase que a los viajeros que van a la zona del Chapare, bastión político del mandatario, les «llegan chicos a ofrecer cocaína». Entre los que protestan están los sindicatos de productores de coca de esa región cochabambina: acusaron a la Iglesia de toda una retahíla de cargos: ser machista, derechista, reaccionaria y antidemocrática. Los cocaleros, un puntal del poder de Morales en la zona, pidieron expulsar al arzobispo (que es origen italiano). El viceministro de Régimen Interior, Felipe Cáceres, sugirió que el arzobispo hablaba movido por la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y declaró que era «falso» que en el Chapare «los niños están inmersos en el narcotráfico y la distribución de cocaína».


Cáritas y la policía confirman que el obispo tiene razón


Pero la Iglesia Católica ha cerrado filas en apoyo al arzobispo y también el jefe de Policía de Bolivia, el general Óscar Nina, ha confirmado las palabras de monseñor Solari. Según el máximo cargo policial del país, está «completamente demostrado» que algunas bandas de narcotraficantes utilizan a «adolescentes», porque «no escatiman ningún esfuerzo por lograr su objetivo», según declaraciones que publican medios locales. También el delegado pastoral de Cáritas en Cochabamba, Eugenio Coter, aseguró a Radio Erbol que hay datos de la Defensoría de la Niñez y de la Policía que respaldan la denuncia de que hay menores de edad involucrados en el narcotráfico.


El miércoles la Iglesia apoyó al obispo mediante un comunicado que leyó el obispo auxiliar de La Paz, Óscar Aparicio. «Las palabras de monseñor Solari no hieren a nadie, sino que más bien buscan defender la integridad y dignidad de las personas, especialmente de los jóvenes, expresando pena y dolor por aquellos que se ven inducidos a esa actividad ilícita»,