Un billón de euros al año por las rendijas fiscales

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Competencia investiga a tres países por las ayudas a Apple, Starbucks y Fiat. Las grandes empresas evitan la fiscalidad, con los paraísos fiscales en el telón de fondo.

Multinacionales como Apple o Starbucks apenas pagan impuestos en España, en Francia y en Alemania: en los países con impuestos de sociedades relativamente potentes. Se las arreglan para canalizar sus ingresos hacia un paraíso fiscal o incluso a algún país de la Unión que les permita pagar muy poco al fisco.

La Comisión Europea puso hace un año la proa contra la llamada “planificación fiscal agresiva” de las grandes multinacionales, uno de esos eufemismos dulcificantes que usa la alta política. Y el miércoles asestó su primer golpe: el vicepresidente y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, anunció que Bruselas ha puesto en marcha una investigación a fondo contra Irlanda, Holanda y Luxemburgo por posibles ayudas de Estado irregulares a Apple, Starbucks y Fiat, respectivamente.

Es solo la punta del iceberg. La Comisión investiga también al Reino Unido —por Gibraltar— y a Bélgica por el mismo lío, una cuestión aparentemente técnica, pero con un trasfondo político de gran calado: “En el contexto actual de restricciones presupuestarias, y con los ciudadanos haciendo grandes esfuerzos por las consecuencias de la crisis, es importante que las multinacionales paguen los impuestos que les corresponden”, destacó Almunia. La cosa no termina ahí: el brazo ejecutivo de la Unión trata de vencer las dificultades para meter mano a los socios europeos en los asuntos fiscales —competencia exclusiva de los Estados— para evitar los trajes a medida que Gobiernos de todo signo y en prácticamente todas las latitudes del continente hacen a las grandes empresas, según fuentes comunitarias. Bruselas calcula que, entre la elusión fiscal y el fraude, los Veintiocho pierden un billón anual de euros en impuestos. En otras palabras: hay más casos en el horizonte, y no solo circunscritos a los países con tratamientos fiscales más favorables, que han hecho de la competencia fiscal a la baja una herramienta para captar inversiones, como Irlanda.

Autor: Claudi Pérez