Sobre el kirchnerismo los hechos muestran en realidad un gobierno al servicio del neocolonialismo del siglo XXI, en beneficio del imperialismo del poder financiero internacional, y en particular de los negocios de la dinastía Rockefeller
En todos estos años, el kirchnerismo gobernante se ha reivindicado permanentemente como un gobierno «nacional, popular y democrático», y varias veces se ha reivindicado como el eje de una cierta orientación política centro-izquierdista.
En este sentido, imitando servilmente las actitudes de la social-democracia europea, el kirchnerismo verbaliza posturas de «izquierda» en lo cultural y en lo ideológico, pero mantiene inalterable el modelo de concentración de la riqueza y de extranjerización de nuestra economía que impulsara el Proceso cívico-militar de 1976, financiado y subsidiado a su vez por el gran capital financiero internacional.
Pero los hechos han desmentido en forma absoluta, y continúan haciéndolo, estas definiciones «nacionales y populares» del kirchnerismo, ya que lo muestran en realidad como un gobierno al servicio del neocolonialismo del siglo XXI, en beneficio del imperialismo del poder financiero internacional, y en particular de los negocios de la dinastía Rockefeller, una de cuyas caras visibles es el famoso Council of Americas, fundado por el mismo David R. para «impulsar el libre comercio y la iniciativa privada en las Américas», para beneficio de las multinacionales americanas nucleadas en torno suyo. En otras palabras, el gobierno kirchnerista, en su versión matrimonial, ha beneficiado con su gestión de gobierno a la dinastía Rockefeller y al poder económico-financiero-industrial que ésta representa y en cuyo nombre opera. La monarquía bicéfala santacruceña ha tenido la habilidad de llevar a cabo una política supuestamente «nacional, popular y democrática», con los principales recursos económicos en manos de empresas extranjeras transnacionales. Con toda esta «mise en scène», la gestión gubernamental del kirchnerismo ha convertido a nuestro país en una simple granja de la oligarquía angloamericana de la dinastía de Ohio.
Lejos de significar un alejamiento de esta política servil, el último viaje comercial a Rusia, para firmar un convenio con la petrolera privada Lukoil, de «nacionalidad rusa», constituye una consolidación de la política kirchnerista de sometimiento económico y político al imperialismo internacional del dinero en general, y al clan Rockefeller en particular.
Los que controlan la Argentina peronista
Una mirada panorámica sobre los beneficiarios de la gestión kirchnerista en el gobierno corrobora lo que hemos afirmado antes. ¿Quién controla el negocio aerocomercial en nuestro país? Aeropuertos 2000 (de la Corporación América). ¿Quiénes controlan el negocio de exportación granario? Básicamente, 3 empresas extranjeras: Cargill, Bunge, ADM (Archer, Daniels, Midland). ¿Quiénes son los principales productores de crudo? Todas empresas también extranjeras: British Petroleum (a través de PanAmerican Energy), Occidental Petroleum Corp (cuenca San Jorge), Repsol-YPF y Chevron-San Jorge. ¿Quién es el principal exportador de minerales? Barrick Gold, también extranjera. ¿Quién es una de las empresas más importantes en adquisición de tierras? IRSA Inversiones y Representaciones S.A. ¿Cuáles son algunos de los bancos más importantes que operan en Argentina? Banco Santander («español») y el Banco Macro.
¿Qué tienen en común todas estas empresas sin excepción? Que por sí mismas o por quienes son sus verdaderos dueños, todas ellas forman parte del Council of Americas (Consejo de las Américas), junto con otras empresas multinacionales y transnacionales, lo cual permite suponer que la mayor parte de la actividad económica mundial y, en consecuencia, de nuestro país, está en manos y bajo el control de la dinastía de Ohio.
Lo más triste y preocupante que también nuestro Banco de la Nación Argentina es miembro del Council of Americas, es decir, nuestro Banco estatal está sometido a la estrategia librecambista y liberal de las corporaciones transnacionales dominadas por la familia Rockefeller.
Los grupos que son «grupo» rusos
Con la última visita relámpago a Moscú de la Presidente argentina, pareciera que el matrimonio Kirchner hubiera cambiado el eje estratégico de su accionar, recostándose en el «adversario» geopolítico de Estados Unidos, para paliar el déficit energético que año tras año se hace presente en nuestro país, firmando un convenio con Lukoil, la mayor empresa petrolera privada rusa. Así ha sido presentado por prácticamente toda la prensa oral, escrita y televisiva del país.
Pero en realidad, lo ha que ha hecho el matrimonio gobernante es poner nuestra actividad y recursos energéticos en manos de una empresa que en realidad está controlada y dominada por empresas americanas y una holandesa, todas ellas socias del Council of Americas —y de la dinastía Rockefeller—. Lejos de ser una empresa auténticamente rusa, Lukoil es propiedad de empresas directamente vinculadas a los Rockefeller y a empresas socias de primer nivel, como el Internationale Nederlanden Groep (ING), de Holanda.
En síntesis: en forma directa o a través de interpósitas empresas o personas, la dinastía Rockefeller es «dueña» y controladora de la principal empresa petrolera privada rusa, con la cual el matrimonio Kirchner ha sellado un acuerdo como proveedor e inversor energético.
De este modo, se consolida el modelo granjeril instaurado en nuestra economía por el peronismo k, exclusivamente a favor de uno de los grandes enemigos históricos de nuestra Patria.