Franss es Jesús

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10 de junio. Víspera del Corpus Christi. Fiesta del Cuerpo de Cristo. «Éste es mi cuerpo», dice Jesús mientras parte el pan y se lo da a los apóstoles. Jesús es el pan que se parte. El pan que se entrega, el cuerpo que se entrega. Hasta la cruz

Ese día salta a los medios de comunicación: «una máquina corta el brazo a un inmigrante mientras hacía pan». ¿Una máquina? ¿O la explotación de 12 horas diarias sin contrato? «El empresario tira el brazo a la basura» ¿No había tirado la dignidad de ese trabajador a la basura antes? ¿Qué más da un brazo?


Jesús es el pan que se parte, el cuerpo que se entrega. Franss, el inmigrante, también hizo de su cuerpo pan. Cuántos trabajadores inmigrantes explotados hacen lo mismo cada día, aunque tengan su cuerpo entero.


Franss es Jesús.


¿Y nosotros los cristianos? Lo que hizo Jesús debemos hacerlo, para combatir lo que hicieron a Franss. Son muchos los Franss que tenemos a nuestro alrededor. Colaborar en la lucha por su emancipación es nuestro deber.