Entrevista a Jean-François Gayraud, comisario del Ministerio del Interior francés en delitos económicos.
Fuente: La Vanguardia 25/09/08
Que conste que aquí hablo sólo en mi nombre.
Queda claro.
He estudiado los procedimientos y las personas implicados en el fraude de las hipotecas subprime.
A todos nos preocupa.
Y temo que se ha repetido el esquema de la gran estafa de Savings&Loans –cajas de ahorros de EE.UU.– de los 80. Las subprime son el último entramado mafioso que han acabado pagando los contribuyentes de EE.UU.
Y todos los ciudadanos de Occidente.
Como recordará, Ronald Reagan liberalizó y desregularizó la operativa de las cajas…
Un hito en la historia económica.
… Pues bien, aquella liberalización dio alas y abrió las puertas a las bandas mafiosas norteamericanas, que comenzaron a colocar a sus hombres en el entramado político-financiero de las cajas, que, hasta la liberalización de Reagan, sólo habían interesado a pequeños y somnolientos burócratas financieros.
Las cajas eran el negocio 5-4-3: prestar al 5%; remunerar al 4%, y a las 3… ¡al golf!
Hasta que la mafia americana puso sus ojos en ellas y en la posibilidad de quedarse con ingentes cantidades de dinero con una maquinación mucho menos sofisticada que los análisis financieros que estamos leyendo.
Pero hubo un villano: Charles Keating.
No estaba solo: recuerde que McCain, el candidato a la presidencia, fue uno de los Keating’s five: los cinco senadores que brindaron su complicidad al mafioso y le blindaron políticamente.
¿Cómo funcionaba aquel esquema?
¡De forma casi idéntica a las subprime! Un grupo de delincuentes de guante blanco se infiltra en una institución financiera gracias a ciertos contactos políticos…
Ya pasa.
… Una vez dominan los resortes de la concesión de créditos y la administración de riesgo, el resto es fácil de imaginar: se autoconceden créditos de forma masiva e indiscriminada y sin ninguna garantía real, usando a otros miembros de su mafia.
Y la bola morosa crece y crece…
La trama aprovecha la liberalización de los nuevos instrumentos financieros de difusión de riesgo y la bola rueda empujada por todos: constructores, agentes inmobiliarios, quienes conceden los préstamos, quienes los aprueban, quienes los empaquetan en productos financieros y quienes los sacan al mercado secundario de deuda, y quienes, desde las agencias de calificación de riesgo, los califican de fiables…
¿Todos conchabados?
Basta con unas cuantas complicidades, algunas complacencias y otras omisiones de responsabilidad. Al final, la bola es tan grande que ya no puede haber responsables ni delincuentes: el agujero penal se los tragaría a todos, así que más vale no abrirlo.
¿Se nombra una comisión y a taparlo con dinero público?
Recuerde que, cuando el agujero de las cajas se convirtió en inabarcable, Reagan también nombró a una comisión especial, como ahora Bush, para reponer con dinero público el descubierto de la estafa mafiosa.
Y los too big to fail (demasiado grandes para quebrar) ni siquiera cierran.
También están quienes han comprado esas deudas empaquetadas y quienes se han pillado los dedos desde el extranjero: ahora han descubierto que son las víctimas de un delito que ni siquiera todavía se atreven a denominar como tal…
¿Y la trama mafiosa se queda el botín?
Un banco puede equivocarse una vez al conceder un crédito, tal vez un cinco, un diez por ciento de las veces en que aprueba un riesgo hipotecario… Pero ¿miles de veces?, ¿miles de veces hasta ocasionar pérdidas de miles de millones? ¿De verdad puede creerse alguien que no se percibía la insolvencia de los prestatarios?
Cuesta creer que haya alguien tan inútil tantas veces seguidas…
Sólo añadiré que el propio Alan Greenspan se refiere en sus memorias al timo de los Savings & Loans como crook operations…
Asunto de chorizos: muy elocuente.
Y yo creo –insisto en que aquí hablo sólo a título personal– que el de las subprime tampoco es un asunto de malos gestores, sino de buenos chorizos…
Buenísimos: nadie habla de robo.
Recuerde que otro delincuente convicto de los 80, Richard Milken, iba a invertir sus ganancias… ¡a negocios de Las Vegas!
¿La mafia americana se ha sofisticado hasta el punto de controlar Wall Street?
Yo sólo apunto las escandalosas similitudes entre la trama de las subprime y la de Savings&Loans: entrar en el sistema financiero con complicidades políticas y saquearlo desde dentro. Políticos y mafiosos de alto nivel se lucran, y el agujero se deja para el erario público. Por eso se habla de “implosión” de la banca de inversión.
¿No es usted un poco paranoico?
Llevo muchos años investigando el crimen organizado y sus derivaciones financieras y económicas. Mi trabajo me granjea muy pocas felicitaciones. Ya no las espero.
¿Dónde estará todo ese dinero ahora?
Existen paraísos fiscales, desde luego.
¿Por qué no los investigan a fondo?
La experiencia me enseña que es imposible fiscalizar esos paraísos.
¿Por qué?
El problema es que también desempeñan un papel útil a las instituciones legales.
* Jean-François Gayraud es doctor en Derecho, es además el único comisario divisionario de los servicios de información, del Ministerio del Interior francés, con permiso para publicar.