Rodríguez Zapatero ha presumido recientemente de ser un presidente que hace mucho por los pobres. En cambio, el presidente de Cáritas Española afirmaba en los mismos días que el 58% de las personas que acuden a su organización en búsqueda de ayuda han acudido antes a sus Ayuntamientos, sin éxito.
Muchas veces, son los propios organismos públicos quienes los envían a la organización católica, a la espera de que los funcionarios de turno tramiten los expedientes de rigor durante tres o más meses.
Los últimos datos de la recaudación fiscal en nuestro país son una nueva bofetada a los pobres y una prueba más de la preocupación del presidente por «mejorar» su situación. La recaudación de hacienda por impuestos indirectos, los que pagan los pobres, ha crecido un 99%. Según el Ministerio de Economía y Hacienda. En efecto, una vez transcurridos los nueve primeros meses del año, la recaudación del Estado por impuestos indirectos, con 40.132 millones de euros.
Los ingresos por IVA son los que han mostrado un mayor dinamismo en 2010,
con una tasa de crecimiento del 57,1% respecto al ejercicio anterior,
impulsada por la subida de tipos impositivos y la evolución del gasto final sujeto al impuesto.
Si a esto le sumamos la persistente bajada de salarios, la desaparición de impuestos como el del patrimonio y la rebaja del de sociedades, la manifiesta negativa a investigar el masivo fraude fiscal que los ricos practican impunemente, concluimos que a los pobres les irá mucho mejor sin Zapatero.