Sabatina James, perseguida

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Cristiana perseguida desde su conversión, lucha por la fe y la libertad

La historia de Sabatina James me ha recordado los sucesos acaecidos en la prisión de Argel en el año de 1622. Por la conversión de una princesa musulmana al cristianismo varios religiosos trinitarios y un laico, que hacían sus redenciones en la prisión,  son encarcelados como represalia: Bernardo de Monrroy, Juan del Águila, Juan de Palacios y el laico enfermero Pedro de Torres Miranda, los trinitarios tenían montado un hospital dentro de la misma cárcel de Argel con capacidad para doce personas, atendían aquí a los cristianos cautivos. Estos encarcelamientos dieron muchos quebraderos de cabeza a la diplomacia española y europea del momento, que intentaron bajo la presión de la Orden Trinitaria, sacarlos de las mazmorras. Uno a uno fueron muriendo todos allí sin llegar el ansiado rescate que ellos mismos realizaban. Su proceso de canonización sigue aún abierto, han pasado varios siglos de estos hechos, pero vemos que la mentalidad de algunos no ha cambiado.


Sabatina James (Dhedar. Paquistán 1982) no puede confesar su nombre de pila por motivos de seguridad, ha cambiado de nombre y pasaporte frecuentemente para poder viajar a Afganistán y su Pakistán natal. Vive bajo constante vigilancia policial y con el miedo de la amenaza de muerte de su propia familia y la ´lista de muerte talibán´ desde que escribió el libro ´Del islam al cristianismo: mi historia´.


El libro donde Sabatina James cuenta su vida y cómo escapó de un matrimonio forzado a los trece años se ha convertido en un best seller. Su conversión al cristianismo le ha dado la fe suficiente para poner en marcha su propia fundación en defensa de los derechos de las mujeres casadas en contra de su voluntad.


-¿Cómo comenzó toda su historia y su lucha?


-Escribí un libro titulado ´Del islam al cristianismo: mi historia´, que resultó ser un best seller en Alemania. Tuvo mucho éxito, mucha gente lo leyó y mostró interés en lo que podía contar. 


-¿Cuál ha sido la razón fundamental para abandonar el islamismo y convertirse al cristianismo?


-Cuándo leí la Biblia me di cuenta del valor que tenía la mujer para Jesús y cómo protegía a la mujer que tuvo relaciones sexuales antes del matrimonio. Realmente no se puede comparar esto con el Corán, ya que en éste se cita textualmente que el hombre tiene derecho a pegar a la mujer si no es obediente. Jesús honra a la mujer, toda la idea de la Biblia es la de amar a tus enemigos, incluso a los que nos insultan y nos persiguen. Esto me llegó al corazón y decidí unirme al cristianismo. 


-¿Se considera una especie de disidente religiosa?


-No. No estoy aquí para juzgar a nadie. Todo el mundo puede creer lo que quiera, simplemente he estudiado la Biblia, es algo que me ha cambiado y me ha hecho muy feliz. Por este motivo hablo de ello en mi libro. Quise conocer la verdadera traducción de la Biblia y estoy estudiando hebreo para tratar de entender más en profundidad, como lo hice con los textos del Corán.


-Usted ha vivido en primera persona la opresión femenina en el mundo musulmán. ¿Qué piensa de la forma de entender la vida y de la sharia, la ley religiosa?


-La diferencia fundamental es que en esa cultura no está mal visto si un hombre pega a su mujer porque no le obedece, algo que no pasa en otras religiones, como la budista, la cristiana, hindú, etcétera. El 99 por ciento de los homicidios por violencia doméstica son propiciados por hombres de religión musulmana. En Alemania dirijo una organización para ayudar a las mujeres casadas contra su voluntad llamada Sabatina E.V. Todas las que nos contactan son mujeres musulmanas.


En Islamabad, una de las ciudades más importantes de Pakistán, 4.000 mujeres han sido quemadas vivas en los últimos años. El otro día escuché que mataron a cinco mujeres simplemente por querer casarse con el hombre al que amaban. Nadie hace nada contra esto. La sharia lo acepta, ya que desde pequeños nos enseñan que se puede matar a una mujer si tiene relaciones sexuales antes del matrimonio. El honor de la familia es más importante. Mi madre me dijo: ´Tu no eres más importante que el honor de esta familia´.


-¿Se convirtió al cristianismo para escapar de su matrimonio no deseado y de las ataduras religiosas o por convicción?


-Si quisiera escapar no creería en Dios, pero amo la Biblia, puede preguntarme cualquier cosa acerca de la religión cristiana porque lo estudio cada día. Es lo único que me da fuerzas. Muchas mujeres se refugian en el alcohol o las drogas para sobrevivir cuando se marchan de casa, pero yo no hago eso. Dios me da la fuerza para sobrevivir, y vivir echando de menos, incluso, a mi familia.


 -Usted ha usado el burka en Pakistán. ¿Cómo se siente una mujer dentro de un burka?


—He llevado burka en Pakistán y la sensación era horrible. Imagine a cuarenta grados de temperatura y tener que llevar el… traje oficial y taparte la cara. Es como estar en una prisión. Además huele muy mal, hueles como un cerdo. No es el mismo burka que llevan en Afganistán, yo llevaba uno diferente, podía ver a través de la rejilla transparente, pero tienes la misma sensación de opresión.


¿Qué le ha impulsado a escribir su libro?


-El peor error que cometen las mujeres en el mundo musulmán es sentirse avergonzadas de lo que les ocurre y, lo que es peor, se avergüenzan de hablar de ello. Yo creo que Dios me ha elegido para que escribiera este libro y contar lo que he vivido. Mi libro es una historia sobre la libertad y los derechos humanos. La gente no se atreve a hablar de las mujeres que han muerto porque tienen miedo al islam. Consideran que si criticas una religión eres un racista, pero nadie me puede llamar racista.


-En su libro cuenta cómo escapa de la muerte continuamente y en la actualidad vive en Alemania con vigilancia policial. ¿Cómo se vive con la idea de saber que su vida corre peligro constante y está amenazada por la ´lista de la muerte talibán´?


-Vivo bajo protección policial permanente en Alemania y es muy difícil convivir con ello. Por seguridad no quieren que haga ninguna entrevista o que salga en la televisión para denunciar lo que ocurre, dicen que soy una pesadilla para los equipos de seguridad porque hago todo lo contrario. Pero no me voy a callar, alguien tiene que contar la verdad. Los talibán me han amenazado de muerte cuando vuelva a Pakistán, yo le pregunto a Dios y en la Biblia se dice que no hay que tener miedo. Pese a las amenazas de muerte y las recomendaciones policiales de no viajar, fui a Pakistán y aquí estoy. El policía que me escolta me dijo que viajaba bajo mi absoluta responsabilidad. Era un hombre que no creía en Dios, pero seguro que después de mi regreso, sí que cree… [se ríe]


-Usted se casó en su adolescencia con un primo en contra de su voluntad. ¿Se volvería casar?


-Sí, claro, me encantaría. Espero encontrar la persona que me haga pensar en ello.


-Usted es una mujer atractiva que vive ahora en el mundo occidental. ¿Qué diferencias ve entre dos mundos tan encontrados?


-Mucha gente me ve muy conservadora. Se asustan cuando digo, por ejemplo, que no quiero relaciones sexuales antes del matrimonio, no lo entienden. Para mí la libertad consiste en no tener que llevar el velo, en poder hacer lo que deseo e ir donde quiera sin que mi hermano me siga a todas partes, poder elegir al hombre que quiera y poder tomar mis propias decisiones. No soy una mujer que beba alcohol, tome drogas o salga de marcha. Estoy adaptada a un mundo nuevo, sin más.


-Ya que habla de relaciones sexuales, permítame que le pregunte qué diferencias encuentra en cuanto al sexo entre las costumbres musulmanes y occidentales…


-Considero que nadie puede o debe forzarte a nada, la Biblia lo dice, no es tan importante tener sexo antes del matrimonio, es algo en lo que creo y por lo que he optado, porque creo en Dios. Hay muchos hombres ahí fuera, habrá alguno al que le gustara eso de mí ¿no? [ríe]


 -Ya que estamos soñando… ¿Ha visto cumplidos sus sueños?


-Siempre he querido ayudar a mujeres que han estado en la misma situación que yo. Tengo mi propia organización. Así que este sueño se ha cumplido. Estoy cambiando la vida de mucha gente y me hace muy feliz. Estas mujeres confían en mí porque saben que he vivido lo mismo que ellas y conozco su cultura, muchas veces no se abren a mujeres de otras organizaciones porque son blancas. Conmigo se pueden sincerar y abrir su corazón, no me tienen que dar tantas explicaciones. Si una chica va a la policía y les dice: Mi padre me quiere matar porque me convierto a otra religión y le contestan como a mí, vuelve a ser musulmana de nuevo. No se trata de creer o no, se trata de derechos humanos.