Un colombiano de 35 años se tiró el pasado 17 de enero al mar por los acantilados de la localidad cántabra de Castro Urdiales huyendo de la policía. Huyendo de ese cuerpo policial especializado creado por este Gobierno para la persecución, acoso y caza del inmigrante pobre, que ellos llaman despectivamente 'sin papeles'.
Dicen que tenía antecedentes, porque ya había sido detenido más veces por no tener documentación… Dicen que tenía una orden de expulsión de nuestro país…
Ocurrió a las siete de la tarde, cuando unos agentes de la Patrulla Fiscal Territorial de Laredo, que estaban prestando su servicio en Castro, pidieron la identificación a dos extranjeros. La víctima, ante la desesperación de no tener la documentación, «invitó» a los agentes a que le acompañaran a un lugar próximo donde había alguien que si le podía identificar…. Y comenzaron un viaje a pie por la senda del acantilado, un viaje breve porque se tiró al mar…
No, no se tiró. Le hemos empujado. Esta sociedad nuestra que consiente la explotación a los inmigrantes empobrecidos, que calla ante el sufrimiento de la persecución y acoso de estos hermanos nuestros, que hace la vista gorda ante los Centro de Internamientos para Extranjeros, auténticas cárceles; esta sociedad insolidaria a la que pertenezco, le ha tirado. Esto ha sido un crimen.