Un sacerdote eritreo residente en Roma recibió la llamada de auxilio • Murieron 61 personas en el naufragio. • La OTAN investiga si algún barco bajo su mando evitó prestar auxilio
"Durante 16 días 72 personas han
sido abandonadas a su suerte en medio del mar y de ellas 61 han muerto. Se trata
de un crimen. Se llama omisión de auxilio. Es un crimen que no puede quedar
impune sólo porque las víctimas sean inmigrantes africanos".
El sacerdote eritreo Moses
Zerai no puede ocultar su indignación ante lo sucedido con el cayuco a la
deriva que el pasado 25 de marzo partió de Trípoli con 74 personas a bordo, y de
las cuales 61 han fallecido. Entre otras cosas porque este cura afincado en
Roma, donde dirige una asociación de ayuda a inmigrantes, ha vivido esta
tragedia muy de cerca: al fin y al cabo, fue a él a quien los inmigrantes que
viajaban en ese cayuco llamaron cuando comenzaron a tener dificultades
pidiéndole ayuda. Fue él quien alertó a la Guardia Costera italiana y a la
base de la OTAN en Nápoles de que había un barco a la deriva. Y es él quien
ha oído por boca de los supervivientes de ese naufragio que un portaaviones que
se dio de bruces con la pequeña embarcación hizo caso omiso de las súplicas
de ayuda de sus ocupantes.
"Apenas tenían gasolina, tenían
muy poco agua y comida y el conductor de la barca no sabía seguir la ruta, ni
siquiera sabía leer las coordenadas del GPS". Según me han contado los propios
supervivientes, el 26 de marzo vieron a unos 300 o 400 metros de distancia un
portaaviones. Les hicieron señas a sus ocupantes, les enseñaron los bidones
de agua casi vacíos, le mostraron que había niños entre ellos. Sin embargo,
eludiendo clamorosamente la legislación internacional que obliga a prestar ayuda
a una embarcación que tiene problemas, ese portaaviones no les ayudó. Queremos
saber por qué y que rindan cuentas por lo que han hecho".
Niegan haberlos
visto
El diario 'The Guardian' ha
apuntado a que el portaaviones que no auxilió los inmigrantes sería el francés
Charles de Gaulle, añadiendo que en aquel momento se encontraba en esas aguas
bajo mando de la OTAN. La OTAN, sin
embargo, ha negado que el portaaviones en cuestión se encontrara bajo su mando.
Y los franceses, por su parte, niegan que el Charles de Gaulle se encontrara en
la zona de la tragedia. "Pero de lo que no hay duda es de que hay más de 60
muertos y que alguien ha cometido un delito de negación de auxilio", señala el
padre Moses.
Fue este sacerdote el que, al
recibir la llamada de los inmigrantes, alertó a la Guardia Costera italiana de
que había un cayuco a la deriva. "Me dijeron que no me preocupara, que habían
lanzado un SOS a todas las naves en la zona". Pero, al no tener noticias del
rescate del cayuco, el sacerdote decidió llamar a la base de la OTAN en Nápoles,
donde también le aseguraron que tomarían cartas en el asunto para auxiliar a los
ocupantes del cayuco. Sin embargo, la ayuda nunca llegó…
La Guardia Costera italiana ha
admitido haber recibido una llamada alertando de la situación desesperada de un
cayuco. "Avisamos a Malta de que la embarcación se estaba dirigiendo hacia su
zona de rescate y lanzamos la alarma a las embarcaciones que navegaban por
aquella área", ha asegurado un portavoz de la Guarda Costera italiana. Sin
embargo, las autoridades maltesas han negado cualquier implicación con el cayuco
a la deriva.