La otra cara de Fortaleza

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La ciudad donde juega la selección española la Copa Confederaciones 2013, es la cuarta ciudad en Brasil en número de favelas.

Fortaleza es ya la cuarta ciudad de Brasil en número de favelas, superada tan solo por São Paulo, Rio de Janeiro y Salvador (Bahía), donde los jóvenes están mendigando por las calles y en continuo riesgo de abuso y explotación sexual.

Un calle bien estrecha, apretada, sin pavimento y con las alcantarillas reventadas por todas las esquinas. Ese es un típico escenario del barrio Pirambú, el séptimo mayor “conglomerado subnormal urbano”, el eufemismo usado para nombrar a las conocidas favelas de Brasil, y que tiene 42.878 habitantes.

Fortaleza es la quinta ciudad del mundo con mayor población viviendo en ocupaciones sin ningún tipo de contrato. De los 2.448.920 de habitantes, 396.370 viven en favelas. O sea, el 16,18% de la población total, mayor que la media nacional de Brasil que es del 6%.

De los servicios analizados como energía eléctrica, recogida de basuras y alcantarillado, este último fue el que menos implantado se encuentra. El 48% (57.360) utiliza fosas sépticas ilegales, y muchas de esas casas no poseen baños ni retretes.

En el barrio de Pirambú se distingue el mal olor desde lejos. En muchos lugares encontramos barro mezclado con residuos, basuras amontonadas hace días… El desorden es inmenso, falta un proyecto urbano. La población ha tenido que buscar ocupaciones irregulares. La política de suelo de los gobiernos ha sido ineficaz y por ello continúan surgiendo favelas.

De la favela a la prostitución

La pobreza y la exclusión social propias de las favelas son elementos clave que guían la práctica de la explotación sexual. Mientras deberían estar jugando y estudiando, niños y adolescentes son utilizados para la prostitución.

En Fortaleza, hay al menos 74 puntos reconocidos de explotación sexual de niños y adolescentes en la ciudad.

Las consecuencias son graves. Los jóvenes quedan marcados de por vida y tienen dificultades para reintegrarse en la sociedad. La explotación está acompañada por la violencia y, antes de llegar a la calle, se les ha tratado mal, han sufrido violaciones de sus derechos y no son percibidos como víctimas.

La preocupación se acentúa con la llegada de la temporada alta del turismo, enero y febrero en Brasil, y las fiestas de fin de año. La Copa del Mundo que se celebrará en 2014 ha provocado también una acción más intensa por parte de organizaciones, movimientos y entidades públicas, debido a que algunos de los 74 puntos figuran en las regiones de mayor inversión. Donde más obras públicas se han realizado es donde más visible es hoy la prostitución de menores.

El informe también dice que la red criminal se ha extendido y descentralizado.

Una meta difícil de alcanzar e incierta es castigar a los culpables. De los 18 casos que fueron remitidos a los tribunales, ninguno tuvo respuesta hasta el momento. Además, el presupuesto es pequeño para la creciente demanda de atención.

De acuerdo con miembros de los movimientos y expertos en la materia, no sólo es el castigo que debe estar en la agenda de las acciones. La solución incluye la prevención y la movilización social.

Fuente: Agustinos Recoletos, «Hogar Santa Mónica» ( * Extracto)