El Papa visita el memorial del primer genocidio del siglo XX

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Al menos 600.000 fueron masacrados, 400.000 murieron durante la deportación y más de 200.000 fueron forzados a convertirse al Islam. Son los fríos números del primer genocidio del siglo XX, el de los armenios, que comenzó en la actual Turquía en abril de 1915.

Será una de las cuestiones que Francisco abordará durante su importante viaje a Armenia, pero no será la primera vez que hable de este genocidio silenciado. Armenia

Francisco hace un año, al cumplirse el centenario del genocidio se pronunciaba así:

«La humanidad conoció en el siglo pasado tres grandes tragedias inauditas: la primera, que generalmente es considerada como «el primer genocidio del siglo XX», afligió a vuestro pueblo armenio –primera nación cristiana–, junto a los sirios católicos y ortodoxos, los asirios, los caldeos y los griegos”.

El Papa se detendrá el sábado 25 de junio en el Museo del Genocidio Armenio en Ereván, el lugar que recuerda a quienes en 1915 fueron asesinados, deportados o tuvieron que escapar de Turquía.

Este país niega que se tratara de un genocidio y alega que no se trató de un ataque planeado. Sin embargo, muchos piensan lo contrario. Como este sacerdote que ha investigado el genocidio de armenios en el Archivo Secreto Vaticano.

Georges H. Ruyssen. Experto en el Genocidio de los Armenios: «El Genocidio fue planeado, como todos los genocidios. Lo planearon quienes entonces estaban en el gobierno en Estambul durante la Primera Guerra Mundial”.

El sacerdote Georges Ruyssen ha dedicado ocho años a recopilar y estudiar los documentos del Vaticano sobre el Genocidio de los Armenios. Asegura que durante aquellos años el Papa Benedicto XV alzó la voz y denunció el genocidio con dos cartas oficiales de protesta al sultán otomano. Dice que fue el único líder religioso y jefe de Estado que se opuso oficialmente.

Ruyssen: «Ninguna otra nación cristiana, repito, ninguna otra nación cristiana ha sentido en su propia carne lo que significa el peso de ser casi aniquilado a causa de su fe. Ninguna otra nación cristiana lo ha padecido en su propia carne”.

La herida de este Genocidio tiene ya más de 100 años, pero sigue abierta. Además, por desgracia, en algunos lugares siguen siendo perseguidas personas por no compartir la misma fe.

Fuente: Rome Repots