Retomamos por su actualidad esta entrevista a Heleno Saña, militante libertario y catalán universal. (Heleno Saña es profesor en Alemania)
Te defines como universalista y vives en culturas diferentes. ¿Te sientes alemán, español, catalán? ¿Qué opinas del independentismo y del nacionalismo catalán?
En efecto, mi posición central con respecto al problema de las etnias y nacionalidades es el universalismo. Sigo en este punto las enseñanzas de los estoicos, que fueron los primeros en llamarse kosmopolites y rechazar todo tipo de clasificaciones jerárquicas entre los hombres y los pueblos. El nacionalismo y el racismo inherente a él han sido dos de los fenómenos más funestos de la historia universal y de la Europa moderna. El movimiento obrero surgido en el siglo XIX no se denominaba por azar internacionalista, de la misma manera que la CNT integró en sus siglas el concepto de «nacional». De joven ya me molestaba que determinados catalanes utilizasen despectivamente el término de «charnegos» para definir a los españoles de Andalucía y otras regiones.
En Alemania tuve pronto ocasión de vivir en carne viva los aires de superioridad del alemán medio y su creencia de que pertenece a la Herrenrasse o «raza de los señores». Esta experiencia agudizó mi sensibilidad universalista y fue el motivo de que años más tarde escribiera en lengua alemana libros ferozmente anti-nacionalistas y anti-racistas como «La nación acomplejada», «El IV Imperio» o «Los alemanes, entre el lagrimeo y la megalomanía».
No creo que el verdadero papel de Cataluña sea el de alejarse del resto de España y formar rancho aparte, sino el de abrirse hacia ella y contribuir en la medida de sus fuerzas a la reconstrucción general de un país azotado hoy por toda clase de aporías, injusticias y dramas sin fin, y ello empezando por la ufana Cataluña, ejemplo paradigmático de la corrupción y la incompetencia, como demuestra el lamentable estado de la sanidad catalana.
Fuente: Revista Catalunya Papers 6/02/2012