Eutanasia o el negocio de la muerte

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El sistema de salud en Holanda, considerado como uno de los mejores de Europa, hace tiempo que está siendo cuestionado tanto por una buena parte de sus usuarios como de algunos expertos. Uno de los motivos es, que actualmente el 90% está en manos de cuatro compañías aseguradoras, que priman a los médicos por gastar poco.

Así, en Holanda, donde la eutanasia es de ‘banda ancha’ hasta el punto de proponer ampliarla incluso a las personas que estén cansadas de vivir, las aseguradoras controlan el sistema sanitario. En el trasfondo de esta situación, las dudas que genera el incremento del 73% de las eutanasias en los últimos diez años.

Durante el año pasado, la única clínica de Holanda dedicada en exclusiva a la práctica de la eutanasia recibió 2.000 solicitudes, casi el triple de las obtenidas en 2012, cuando abrió sus puertas. “Actualmente contamos con 52 equipos formados por un médico y una enfermera que se desplazan al lugar del paciente. Con la creciente demanda, en un año necesitaremos el doble de personal, un centenar de equipos” aseguró Annerieke Dekker, portavoz de la Clínica para Morir (Levenseindekliniek en neerlandés), ubicada en La Haya.

Esta organización privada asiste a pacientes cuyos médicos de cabecera no desean o no pueden practicar la eutanasia alegando falta de tiempo o motivos éticos. En su mayoría se trata de personas con demencia o algún tipo de enfermedad psiquiátrica, casos todo ellos complejos pues en muchas ocasiones la voluntad expresa del paciente no está clara.

El Gobierno de Holanda pretende expandir la asistencia al suicidio para incluir a aquellas personas que sientan que su vida llegó a su fin y deseen morir, incluso si no están enfermos, han informado los ministros de Sanidad y Justicia en una carta al Parlamento holandés.

La federación de médicos holandesa KNMG cree que la propuesta del Gobierno del país para ampliar el llamado «derecho a la muerte asistida», que permitiría que las personas mayores la soliciten aunque no estuvieran enfermas, «no es deseable», dijo  un portavoz, Eric van Wijlick.

En lugar de una nueva ley de eutanasia, los médicos solicitan que se exploren los motivos que llevan a estas personas a solicitar terminar con su vida. «Quizás necesiten ayuda psicológica o espiritual. Hay más soluciones posibles», aseguró Van Wijlick.

“la vida humana goza siempre de valor, independientemente de su calidad”, se ha apostado por una sanidad que cuide y alivie a los pacientes, en un ambiente de apoyo psicológico también a los familiares que los cuidan

En España, el pasado 26 de Enero, en el Congreso de los Diputados se ha celebrado un Seminario Internacionalen favor de los cuidados paliativos frente a la eutanasia. En dicho , se han expuesto diferentes ponencias de asociaciones que trabajan sobre esta problemática. Allí, se han podido escuchar cosas como que “la vida humana goza siempre de valor, independientemente de su calidad”, se ha apostado por una sanidad que cuide y alivie a los pacientes, en un ambiente de apoyo psicológico también a los familiares que los cuidan.

El papa Francisco vinculó recientemente el aumento “en muchos países” de las peticiones de eutanasia con un concepto de la vida que valora su “eficacia” y “productividad”, y no su “dignidad”.

A juicio del pontífice, la secularización “ha causado en muchos países un crecimiento de las peticiones de eutanasia como afirmación ideológica de la voluntad de poder del hombre sobre la vida”.

“Está claro que ahí donde la vida no vale por su dignidad, sino por su eficacia y por su productividad, todo eso se convierte en posible. En este escenario hay que insistir en que la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural, posee una dignidad que la hace intangible”, agregó el papa.

Cuando a un enfermo que tiene dolor, que sufre, se le ofrece quitarle el dolor y los síntomas gravosos, no pide morir. En aquellos países donde se legaliza la eutanasia no se desarrollan los cuidados paliativos. Cuando nos hablen pues de eutanasia exijamos que se desarrollen los cuidados paliativos, sin que exista ninguna confusión entre los cuidados que merece cualquier persona que está cercana a morir, y lo que sería provocarle la muerte por no ofrecerle esos cuidados básicos.

Aida Fuentes.