Los datos son desalentadores. La libertad religiosa se encuentra en claro retroceso en el mundo. Son las conclusiones que ofrece el Informe Libertad Religiosa en el Mundo 2018 que ha elaborado la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
«En los últimos dos años hemos evidenciado un deterioro de la libertad religiosa. Hay un desprecio mayor por este derecho fundamental a nivel mundial» ha reconocido Javier Menéndez Ros, director de ACN España, que también ha asegurado en la presentación que «la libertad religiosa es un barómetro del resto de derechos. Cuando falta la libertad religiosa en un país, es indicador de que están faltando otras libertades».
El Informe también explica que en los peores países para vivir la fe la situación ha empeorado en los dos últimos años. Los países en los que más ha empeorado la persecución es en China y en la India.
En China, pesa mucho la aprobación en 2017 de una normativa muy restrictiva con el hecho religioso que, bajo el pretexto de frenar el extremismo religioso, contempla una lucha contra todo aquello que no esté bajo el control del Partido Comunista. Aunque se abre un halo de esperanza tras el acuerdo firmado entre la Santa Sede y el Gobierno chino.
En el caso de la India, el auge de movimientos nacionalistas que pretenden unificar el país en torno a una cultura y una religión está acabando con la libertad religiosa en el país.
Sí vive una ligera mejoría Irak, donde la derrota del Daesh ha permitido volver a numerosos cristianos a sus hogares en la Llanura de Nínive. También Siria vive un momento esperanzador, con el cese de la guerra en la mayoría del país, aunque la situación en ambos países sigue siendo complicada…
Aunque una cosa que preocupa bastante es la proliferación de grupos yihadistas (financiados por grandes potencias económicas del golfo entre otras) en el cinturón del centro de África. Una serie de países que están viendo alterado el frágil equilibrio que mantiene sus sociedades.
Documental sobre los católicos en China
«En China en este momento hay una severa discriminación sobre los cristianos», ha afirmado en El Espejo (COPE) el periodista Fernando de Haro, quien ha añadido que el cristianismo se está extendiendo, con 100.000.000 de cristianos en este momento y 50.000 bautizos en el último año, en el país asiático.
«Esa sociedad comunista, tan consumista y tan copetitiva está buscando respuestas de sentido. Y el cristianismo sobre todo entre los jóvenes se extiende», ha señalado el director del documental que recoge el testimonios de jóvenes chinos, entre otros.
Fernando de Haro ha contado en El Espejo que existe una situación de presión por parte del Estado chino: «No una prepresión cruenta como en la epoca de Mao pero sí hay una restricción por parte de las autoridades comunistas de la libertad religiosa; como por ejemplo en ciudades como Hebei en las que el gobierno destruye iglesias y quita las cruces de los edificios».
Se ha referido también al afán de controlar. «Se graban todas las celebraciones y el partido controla el día a día de los seminarios -ha dicho-. Por no hablar de la ley de «chinización de la religión» aprobada el pasado mes de febrero».
F. de Haro sostiene que actualmente no es correcto hablar de dos iglesias y que «lo sorprendente es que ante esta situación de control y con la pretensión de crear una iglesia nacional China, esto no se haya producido».
«El gobierno comunista quiere hacer ver que hay dos iglesias pero no es cierto. Toda la iglesia en China es fiel a Roma -ha explicado Fernando de H.-. Es cierto que hay dos tipo de comunidades. La mayoritaria u oficial y la minoritaria o subterranea. Una tiene la función de servicio y de atender a los sacramentos y luego está lo que Pietro Parolin llama ‘la Iglesia profética’, que está sobre todo en el ámbito rural».
En relación al reciente acuerdo alcanzado con el Vaticano ha subrayado que en esta situación de falta de libertad, que no ha conseguido romper la Iglesia, este acuerdo puede servir para ampliar el estrecho margen de libertad que el Partido Comunista da a los católicos en China.
«Es necesario no olvidar el legado del martirio del pasado, pero también es necesario poder mirar al futuro. Los que han estado en clandestinidad que no miren con recelo a los que han vivido la fe en abierto. El futuro no es enzarzarse en la lucha política con el poder, sino seguir transmitiendo la belleza de la fe. Porque China es un país sediento de acompañamiento humano, de caridad y de significado».
Fuente: COPE.es