La prisión de hombres de Pademba, en la capital de Sierra Leona, fue construida hace 84 años para 220 reclusos, pero en la actualidad alberga a más de 1.900. En ella hay menores que llegan por vivir en la calle o robar un móvil, sin antecedentes, sin juicio y sin que sus familias lo sepan. Comparten celda con adultos y sufren todo tipo de abusos. Chennor y John son dos exreclusos que sufrieron en ella todo tipo de humillaciones cuando eran menores de edad: una comida al día, sin agua, violencia física, verbal y sexual… Sobrevivieron a Pademba y salvaron su vida gracias a la ayuda de los misioneros salesianos. La Prisión de Pademba es sólo un ejemplo. Cada año más de un millón de menores en el mundo son privados de libertad, y para muchos somos su única esperanza.