Un niño español está de media más horas delante del televisor que en la escuela. Los menores de entre 4 y 12 años dedican 990 horas anuales a ver la televisión frente a las 960 que se destinan al colegio y los estudios. Es la conclusión más llamativa del libro blanco sobre La educación en el entorno audiovisual, que ayer presentó el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC)…
Un niño español está de media más horas delante del televisor que en la escuela. Los menores de entre 4 y 12 años dedican 990 horas anuales a ver la televisión frente a las 960 que se destinan al colegio y los estudios. Es la conclusión más llamativa del libro blanco sobre La educación en el entorno audiovisual, que ayer presentó el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). El CAC alerta de que desciende la programación destinada a los menores y que el momento del día en que más niños ven la televisión es entre las 21 a las 24 horas, fuera del horario protegido. «Lo que hace la escuela durante el día lo deshace la televisión durante la noche», comentó ayer José Manuel Pérez Tornero, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y responsable del informe.
Si a las 19 horas semanales dedicadas a la televisión se le suman los minutos destinados a los videojuegos y el ordenador, un menor pasa de media 30 horas semanales frente a la pantalla. El consumo audiovisual infantil se realiza mayoritariamente fuera de cualquier control adulto y no se contemplan espacios dedicados precisamente a este tipo de público (Operación Triunfo, Ana y los siete y Gran Hermano son los espacios preferidos por los niños).
Entre un 43% y un 50% de los alumnos de ESO dispone de una televisión en su habitación, «especialmente para liberar al uso adulto el televisor de la sala de estar», señala el informe. Resalta también que a menor nivel económico, mayor tiempo se dedica a la televisión, ya que hay menos alternativas de ocio. «Si la escuela enseña el valor del esfuerzo y la constancia, la televisión potencia una visión del mundo en que cualquier deseo parece estar al alcance de la mano», añade el libro blanco elaborado tras un centenar de entrevistas con representantes de padres, educadores, pedagogos, psicólogos y productores audiovisuales.
Analfabetos audiovisuales
«El problema no es cuánto se mira, sino qué y cómo se mira», señaló Victoria Camps, vicepresidenta del CAC. Camps apostó ayer por la responsabilidad compartida entre padres, profesores y cadenas de televisión para hacer frente al excesivo y mal uso de los medios que hacen los niños. El CAC promueve así que la escuela eduque a los menores para que tengan «una mirada crítica» frente a la pequeña pantalla y no crear «analfabetos audiovisuales». Apela a los padres «para que controlen la dieta televisiva de sus hijos igual que controlan la alimentaria», en palabras de Camps.
El consejo audiovisual tira también de las orejas a los operadores, especialmente a las televisiones públicas, y les insta a producir más espacios infantiles de producción propia que promuevan los mismos valores que se aprenden en la escuela. Entre sus propuestas destaca la creación de canales infantiles y educativos en abierto, la redacción de la carta ciudadana de derechos ante los medios y códigos de autorregulación sobre contenidos de riesgo