En 50 AÑOS, el CASTELLANO SUPERARÁ al IDIOMA INGLÉS

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En un estudio publicado en la revista Science: Pronostican que habrá un auge del mandarín y del árabe. El porcentaje que hablará la lengua de Shakespeare bajará del 9 % al 5 % de la población mundial. Lo atribuyen a razones demográficas. Crecerán las voces nativas del sur de Asia . En un estudio encargado por la Unesco se anuncia que al finalizar el siglo XXI se habrán extinguido la mitad de las 6.700 lenguas vivas que existen. En todo caso, ese idioma hablado por 400 millones de personas es actualmente la cuarta lengua del mundo en cantidad de usuarios, detrás del chino (1.200), el inglés (478) y el hindi (437). ´En apenas medio siglo, el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias´, sostuvo Álex Grijelmo en su libro Defensa apasionada del español.



Fuentes: Periodista Digital, AFP, El Tiempo.com

El porcentaje de la población mundial que emplea el inglés como primer idioma está en franco declive. Ya ha sido superado por el chino y dentro de 50 años también lo será por el árabe, lenguas de origen indio y el castellano, pronosticó el investigador británico Daid Graddol.

La fuerza de la eñe.

En un estudio publicado en la revista Science, el científico analizó la incidencia de los cambios demográficos y las nuevas tecnologías en la evolución de las principales lenguas de la humanidad, de lo que se desprende la consolidación del mandarín, como la más hablada en el mundo.

En perspectiva, el autor estima que en el decenio de 2050 el castellano, que ha registrado un crecimiento sostenido desde 1950, será hablado por alrededor del 6 % de la población mundial, un porcentaje mayor que el inglés, que caerá desde casi el 9 % que tiene actualmente hasta poco más del 5 %, de acuerdo con el estudio.

El crecimiento del castellano, sin embargo, será superado por el árabe, el hindi y el urdu, idiomas que se hablan en la India y que se expanden por el sur de Asia, al igual que las lenguas bengalí, tamil y malayo.

Graddol atribuye el futuro mapa lingüístico mundial a los cambios rápidos de las tendencias demográficas, la nueva tecnología y las comunicaciones internacionales.

«Vivimos un momento extraordinario de la historia lingüística. Tras siglos de evolución, el sistema de los idiomas del mundo ha llegado a un punto de crisis y se reestructura rápidamente», señaló el investigador.

Graddol es lingüista de la empresa en The English Company, con sede en Londres, y ha publicado obras en el British Council, organismo dependiente del gobierno británico encargado de difundir la cultura de su país en el extranjero.

La evolución

El investigador británico lleva años estudiando la evolución de los lenguajes en el mundo. Para su trabajo se basó, principalmente, en estadísticas de las Naciones Unidas y de la Comisión Europea, además de datos que ha recogido en obras suyas anteriores.

En 1995, dijo el autor, el inglés era el segundo idioma más hablado del mundo después del chino.

Al referirse a las nuevas tendencias, Graddol sostuvo que muchos países tienen ya una población multilingüe. Y citó datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, que el año pasado dijo que casi un 20% de los norteamericanos habla en su casa un idioma diferente del inglés, y la mayoría de ellos habla castellano, seguido por el chino.

El experto destacó que el castellano ha crecido como segundo idioma en EE. UU., debido al desplazamiento demográfico, en un país donde los hispanos se han convertido en la primera minoría. Por otra parte, indicó que la idea promovida en los siglos XIX y XX, acerca de que el inglés era el idioma que iba a hablar todo el mundo, «está pasada de moda».

Esa noción, dijo, todavía prevalece en Europa, donde la tendencia al bilingüismo está muy latente y tiene al inglés como idioma básico.

Desde hace tiempo, el inglés es una lengua de aprendizaje obligatorio en el continente europeo, donde es utilizada con fluidez por el 80 % de los habitantes de Suecia, Dinamarca y Holanda. Graddol consideró que el aprendizaje del inglés es un gran negocio en Italia, Grecia, Portugal y España, el país europeo con menor proporción de habitantes que lo dominan.

En muchas partes de Asia, las empresas miran «más allá del inglés» y han incluido el mandarín como uno de los idiomas de aprendizaje obligatorio. Agregó que allí la tendencia al bilingüismo se ha superado y que se avanza hacia el multilingüismo.

Al respecto, el autor pronosticó que mientras continúa la extinción de muchas lenguas también el mundo verá nacer otras de carácter híbrido que ayudarán a mantener la diversidad global. Indicó que, de la misma forma en que han surgido diferentes formas de inglés en el mundo, las grandes ciudades seguirán siendo escenarios en los que se mezclen los idiomas y se aceleren sus cambios.

El lingüista David Graddol indicó que el inglés seguirá siendo crucial en la formación del nuevo orden lingüístico y que su mayor impacto estará en la creación de nuevas generaciones de personas bilingües y multilingües en todo el mundo. Según el investigador, la mayoría hablará más de un idioma y cambiará de uno a otro en las tareas más rutinarias.


EL IDIOMA ESPAÑOL, SOBREVIVIENTE EN UNA FEROZ BATALLA POR LA SUPERVIVENCIA

En un estudio encargado por la Unesco se anuncia que al finalizar el siglo XXI se habrán extinguido la mitad de las 6.700 lenguas vivas que existen.

Cada mes que transcurre, aunque parezca mentira, mueren dos idiomas. El español hablado por cientos de millones de personas figura entre la media docena de lenguas cuya supervivencia parece asegurada, aunque sufra los embates del inglés, la globalización o el empobrecimiento del lenguaje.

Al finalizar el siglo XXI, se habrán extinguido la mitad de las 6.700 lenguas vivas que existen actualmente en el mundo, según un pronóstico formulado en el 2002 por Stephen A. Wurmo en un estudio encargado por Unesco.

Parece difícil imaginar que ese triste destino pueda acechar al español, un idioma que permite a 400 millones de personas atravesar 23 países sobre una superficie de 11 millones de km2 sin cambiar de lengua. Pero nadie ignora que, a pesar de su homogeneidad, ese código de comunicación vive bajo la persistente amenaza de la diversidad, las nuevas tecnologías de la información, el empobrecimiento cultural y la competencia del inglés.

Algunos lingüistas optimistas creen que la actual encrucijada es apenas una crisis de pubertad después de diez siglos de existencia. Los más escépticos, sin embargo, exhiben estadísticas y ejemplos para probar que los peligros no son imaginarios: sólo en un período reciente de 15 años -de 1970 a 1985- desaparecieron 1.800 lenguas y actualmente, otras 2.000 dejaron de transmitirse. Según la Unesco, el patrimonio lingüístico de la humanidad está en peligro.

Con cada idioma que muere, se extingue una civilización

La muerte de un idioma no es un episodio trivial: «Un idioma no muere solo, pues con cada lengua desaparece una cultura y se pierden ricas fuentes de información sobre los pueblos. Se trata de un fenómeno semejante, en cierto modo, a la extinción de especies», según el informe de Peter Ladefoged para la Asociación Norteamericana para el Progreso de la Ciencia.

Insensible a ese tipo de razonamientos, el vicepresidente de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), Gregorio Salvador, no se apiadó frente a la posible extinción de idiomas. «Las lenguas que se pierden, bien perdidas están porque ya no las habla nadie», sostuvo. «Si bien algunas lenguas desaparecen, otras se fragmentan, con lo cual la cifra se mantiene en 4.000 ó 5.000 idiomas en todo el mundo», agregó.

«Lo ideal sería un mundo en el que hubiera 15 ó 20 lenguas», sentenció.

La lucha por la supervivencia es un fenómeno natural de la historia. Cuando los conquistadores impusieron su lengua en América, provocaron la extinción de 110 grupos idiomáticos y dialectos sólo en México, y otro centenar de lenguas en el resto del continente.

Incluso el propio español nació hace unos diez siglos sobre las cenizas del latín. «Las palabras que hoy pronunciamos son sobrevivientes de catástrofes históricas donde el latín pereció», explica la lingüista argentina Yvonne Bordelois.

Luego, el idioma se enriqueció con el aporte de 1.250 palabras de origen árabe y otras tantas que provienen del godo, el provenzal, el catalán, el éuskera, el francés y -más recientemente- el inglés. Después de haber sido codificado por primera vez por Elio Antonio de Nebrija en 1492, sufrió pocas transformaciones. Ahora, con un patrimonio de 83.500 términos de base, sin contar prefijos ni derivados, se lo puede considerar un idioma estabilizado. La mejor demostración es que desde 1815 mantiene inalteradas sus normas ortográficas esenciales.

El estado de salud del español

A pesar de su larga existencia aún no se puede definir con claridad su propia denominación: hay quienes prefieren llamarlo «español», «castellano» e incluso «hispanoamericano».

En todo caso, ese idioma hablado por 400 millones de personas es actualmente la cuarta lengua del mundo en cantidad de usuarios, detrás del chino (1.200), el inglés (478) y el hindi (437).

Se encuentra en buena salud e incluso parece progresar: por crecimiento demográfico, se estima que a mediados de siglo habrá 500 millones de hispanohablantes, de los cuales más del 10 por ciento residirán en Estados Unidos. Ese país, sobre una población latina de 39 millones, 22 millones hablan su lengua materna. Esas cifras se duplicarán probablemente en el 2050. Muchos de los latinos de Estados Unidos nacen en un hogar hispanohablante, pero otros llegan con el idioma en su maleta de inmigrante y se esfuerzan por conservar ese único patrimonio.

«Una mancha lingüística en expansión, una lengua de migración y mestizaje», dijo el mexicano Carlos Fuentes al describir ese fenómeno.

Esa comunidad unida por la lengua -que equivale a un país tan grande como Argentina- cuenta con cinco grandes diarios, unos 500 periódicos, 250 revistas, tres cadenas de televisión y numerosos canales por cable, más dos cadenas musicales especializadas en música latina y millones de discos que brotan de los transistores en todas las grandes ciudades.

Al mismo tiempo, en Estados Unidos -como también ocurre en Brasil-, el español refuerza sus posiciones de segunda lengua. En Europa, en cambio, pierde terreno frente al inglés, el francés y el alemán.

A simple vista, ese panorama global, parece promisorio. En Madrid, en el edificio con entrada de estilo dórico donde tiene su sede la Real Academia Española de la Lengua (RAE) se respira una atmósfera de optimismo: «El español vive un momento de expansión y esplendor», aseguró a la AFP el académico Gregorio Salvador.

Como ejemplo cita «la cantidad de premios Nobel de literatura en lengua española que se han producido en los últimos decenios» y las cifras millonarias que alcanza la difusión de escritores de lengua castellana, tanto en España como América Latina.

El inglés avanza con los soldados, el dólar y la tecnología

La homogeneidad, la expansión por efecto demográfico y la calidad de la creación literaria son tres argumentos que no parecen convencer a otros lingüistas que se alarman por la dimensión de las grandes amenazas que acechan al idioma.

El primer peligro es la ofensiva del inglés, cuya capacidad de penetración cambió radicalmente en las últimas décadas, impulsada particularmente por Internet.

«En apenas medio siglo, el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias», sostuvo Álex Grijelmo en su libro Defensa apasionada del español.

La invasión de anglicismos no asusta a todos los especialistas. El propio Grijelmo reconoce que el inglés comenzó a penetrar con fuerza la lengua castellana recién a mediados del siglo XX. Antes el idioma había sufrido una ofensiva similar de parte del francés y -en menor medida- de otros orígenes.

«Hace un siglo los neologismos de todas las lenguas se construían con palabras del latín y el griego. En aquel entonces también los cambios tecnológicos provenían de países que no hablaban en castellano: Inglaterra, Francia o Alemania», explicó Juan Grompone, miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay.

Luis Jaime Cisneros Vizquerra, director de la Academia Peruana de la Lengua, tiene una visión más realista: «Hasta el segundo tercio del siglo 20 en el idioma español del Río de la Plata había una gran cantidad de neologismos de origen francés, relacionados a la influencia de esa cultura. Pero hay que reconocer que en esa época nuestros padres iban a Europa, y los de ahora van a Miami. En Europa se encontraban con Dante y Shakespeare, y en Miami con el ratón Mickey».