Ecuador o el control político de las bandas

710

La crisis de seguridad que sufre Ecuador se ha agravado especialmente en los últimos tres años. En 2023 batió su récord histórico de homicidios con 7.878, de los que solo se resolvieron 584. Los principales «negocios» de estas bandas son el narcotráfico, la trata de personas, la extorsión y la minería ilegal.

Como decíamos el país ha pasado a ser un importante centro regional de almacenamiento, procesamiento y distribución de droga, lo que ha fortalecido a las más de 20 bandas criminales que operan en él. Estas bandas, que tienen en las cárceles sus principales centros de mando y operaciones, están vinculadas a los grandes carteles de la droga de México y Colombia.

Algunas de las más conocidas son los Choneros, los Lobos, los Lagartos o los Tiguerones, y protagonizan episodios de extrema violencia, ya sea en conflictos internos o contra el gobierno, las instituciones o la sociedad en Ecuador.

En agosto de 2023, el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue asesinado por sicarios a sueldo, en un crimen que aún no se ha logrado esclarecer pero que muchos analistas vinculan con el auge de estas bandas.

Estos crímenes son para ponerle condiciones al poder político y demostrar que desde hace algún tiempo, en buena medida, las bandas son quienes tienen el control en el país.

Cárceles bajo el modelo brasileño. Del narcotráfico a la política.

Las cárceles controlan todo el negocio delictivo del país. En eso Ecuador se parece mucho más a Brasil que a México o Colombia. Grupos como el Primer Comando de la Capital (PCC) o el Comando Vermelho nacen dentro de las cárceles brasileñas. Las cárceles son el centro de gravedad porque es el origen de estas bandas.

En Ecuador pasa lo inverso que en Colombia, donde hubo organizaciones armadas con motivaciones políticas que entran a la industria del narcotráfico. En Ecuador tienes grupos armados completamente criminales que poco a poco empiezan a hablar un lenguaje político: “nosotros mantenemos la paz” o “es por nosotros que no hay asesinatos”

Así mismo las bandas locales, buscaron más espacio en el negocio del narcotráfico y otras economías criminales como el lavado de activos y el tráfico de armas. Por esta razón, y con el apoyo -principalmente- de los cárteles mexicanos, empezaron una guerra plena de violencia.

Por otra parte se desmantela el Estado que da servicios como educación o salud y crece el Estado que castiga.

Uno de los problemas que tiene en este momento Ecuador es que el poder político civil no tiene control sobre la policía.

«Creo que el Estado ecuatoriano, la descomposición del sistema de partidos y la polarización entre correístas y anticorreístas son los grandes responsables de generar ese vacío» afirma Jorge Núñez. (Cofundador del centro Kaleidos en la Universidad de Cuenca, que en 2021 realizó un diagnóstico de las cárceles ecuatorianas, y codirector del Observatorio de Prisiones de Ecuador.)

Mafias que trabajan para otras mafias internacionales

El Departamento de Estado de EE.UU. calculó en 2019 que un tercio de la cocaína de Colombia pasa por Ecuador antes de dirigirse a Norteamérica y Europa.

En los últimos años el protagonismo de este país fronterizo con Colombia y Perú (ambos importantes productores) en el mercado internacional de esta droga se ha reforzado.

Ese cambio de paradigma se nota en la mayor cantidad de narcóticos decomisados, en el cada vez más habitual descubrimiento de laboratorios y, sobre todo, en el aumento exponencial de la violencia.

Las cada vez más fuertes bandas criminales, entre ellas los Lobos, los Choneros o los Tiguerones, tienen fuertes vínculos con los carteles del narcotráfico.

Los grupos criminales ecuatorianos tradicionalmente operan de manera fragmentada, actuando fundamentalmente como subcontratistas de organizaciones criminales extranjeras, según define el portal especializado InsightCrime.

Fuente BBC Mundo y eldía.com