El TIMO del TOCOMOCHO, Los FONDOS de PENSIONES del BBV y los DELITOS de CUELLO BLANCO

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Entre las noticias judiciales del lunes 22 de marzo, figuraba una, fechada en Barcelona, según la cual el fiscal pide 7 años de cárcel para un acusado de estafar con el timo de tocomocho la cantidad de 26.570 euros. ¿Se acuerdan del caso BBV? La que nos ocupa es una las piezas que lo conforman, y en ella la cantidad distraída fue de aproximadamente 20 millones de euros. O sea, más de 3.300 millones de antiguas pesetas. O sea, 740 veces el timo del tocomocho. No obstante lo cual, a Ybarra se le piden 4 años de cárcel, por 7 para el del tocomocho.



Por Jesús Cacho
Fuente: El confifencial.com

Entre las noticias judiciales del lunes 22 de marzo, figuraba una, fechada en Barcelona, según la cual el fiscal pide 7 años de cárcel para un acusado de estafar con el timo de tocomocho la cantidad de 26.570 euros. Algo menos de 4,5 millones de las antiguas pesetas. El procesado está también acusado de pertenecer a una banda integrada por al menos tres personas. La petición del acusador público se concreta en cinco años de cárcel por estafa continuada y dos años por un delito de asociación ilícita. Los hechos ocurrieron entre mayo de 2000 y marzo de 2001, y durante ese periodo la banda estafó, al menos, a diez personas.

Al día siguiente, martes, es decir, ayer mismo, las agencias daban cuenta de otra noticia según la cual el fiscal Anticorrupción adscrito al caso BBV, David Martínez Madero, solicita en el escrito de acusación relativo a los fondos del American Life Insurance Co. (Alico) un total de 4 años de prisión para el ex presidente del BBVA Emilio de Ybarra y Churruca, por un delito de apropiación indebida, y penas menores para los ex consejeros Urrutia Elejalde, Concejo Álvarez, Bastida Ibargüen y Molinuevo Orúe.

¿Se acuerdan del caso BBV? La que nos ocupa es una las piezas que lo conforman, y en ella la cantidad distraída fue de aproximadamente 20 millones de euros. O sea, más de 3.300 millones de antiguas pesetas. O sea, 740 veces el timo del tocomocho. No obstante lo cual, a Ybarra se le piden 4 años de cárcel, por 7 para el del tocomocho.

Basta comparar uno con otro caso para deducir que, en España, la justicia funciona de maravilla. Mejor imposible. En el bien entendido, naturalmente, que de lo que se trate sea de acabar con el tocomocho, delito vil donde los haya. Al final, nuestros acusadores públicos van a exterminar esta modalidad delictiva de tan honda raigambre patria que, a este paso, habrá que declarar timo protegido.

En cambio, no estoy muy seguro de que esa misma severa justicia inquiete lo más mínimo a los white collar criminals. La fiscalía llamada anticorrupción parece un tanto enclenque comparada con la otra, la normal, la no anticorrupción. Debe de ser cosa de las deserciones. En efecto, uno de los antiguos miembros de la primera, ahora excedente, se ha convertido en defensor de Corcóstegui, preceptor de 108 millones de euros de los accionistas del SCH. En su defensa hay que decir que Fungairiño y los Abogados del Estado, todos ellos en activo, también defienden a Botín, Corcóstegui y Amusátegui, en el mismo caso de las dádivas generosas. Y a Botín y otros consejeros del Santander, en el de las cesiones de crédito.

Claro que, a lo mejor, es un problema de tipología. De modo que en la próxima reforma del Código Penal sería cosa de estudiar un cambio de nombre, llamar, por ejemplo, tocomocho a lo acontecido en el BBV y en el Santander (entre otros conocidos casos) y calificar de timo Alico a los robos de trileros, tironeros y demás especies de delitos de cuello azul.

Pobres españoles. Volvemos, si es que alguna vez nos fuimos, al infausto derecho penal de autor, según el cual los poderosos no delinquen. Variaciones ingentes de cantidad, decía Hegel, determinan variaciones de cualidad. Con una filosofía menos ampulosa pero más popular, Machado, en su Juan de Mairena, decía algo así como: «Agamenón: la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. El porquero: no estoy de acuerdo». Me apunto a la tesis del porquero.

Por Jesús Cacho : 24/03/2004
jcacho@elconfidencial.com