Los TESTIGOS de JEHOVÁ no son CRISTIANOS

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El padre Giuseppe De Rosa afirma que los testigos de Jehová «no son cristianos» porque han «falsificado la Sagrada Escritura», no tienen una vida «propiamente religiosa» y lo que es quizá peor, sufren de parte de la organización «una especie de plagio mental» que induce a romper toda relación humana con quien no forma parte de su organización… niegan dos dogmas sin los cuales que no existiría el cristianismo: la Trinidad y la divinidad de Jesús, hijo de Dios encarnado….


Con un artículo que será publicado en «La Civiltà Cattolica», el padre Giuseppe De Rosa afirma que los testigos de Jehová «no son cristianos» porque han «falsificado la Sagrada Escritura», no tienen una vida «propiamente religiosa» y lo que es quizá peor, sufren de parte de la organización «una especie de plagio mental» que induce a romper toda relación humana con quien no forma parte de su organización.

Para aseverar cada una de estas afirmaciones, la revista de los jesuitas ofrece una serie de pruebas. Por ejemplo, no se pueden definir cristianos porque niegan dos dogmas sin los cuales que no existiría el cristianismo: la Trinidad y la divinidad de Jesús, hijo de Dios encarnado.

A pesar de que los testigos de Jehová se definan como los «únicos verdaderos cristianos», para ellos «Jesús no es Dios sino que es la primera criatura de Dios y lo identifican con el arcángel Miguel».
Luego «tienen una Biblia propia que no es la hebreo-cristiana» y está traducida «de modo que confirme la doctrina jehovista», con la «falsificación en cosas esenciales, para hacerle decir cosas que no dice o para hacerle decir lo contrario de lo que dice».

En el jehovismo, además no hay «prácticas religiosas ni vida sacramental». El bautismo los Testigos de Jehová, afirma el padre De Rosa, «no es un sacramento, sino el signo dado a los otros de que se ha tomado la decisión de servir a Jehová. Y solamente una vez al año se hace una reunión multitudinaria para conmemorar la muerte de Jesús». La ceremonia comprende una oración solemne, un canto, un recuerdo de lo que realizó Jesús en la última cena y el «paso de los símbolos», es decir, el pan y el vino, que sin embargo no todos asumen, sino sólo quien siente que forma parte de los 144.000 «ungidos» destinados a estar con Jesús en el cielo, mientras que todos los demás testigos de Jehová vivirán en una especie de paraíso terrestre.

El hecho de que los cambios de la fecha del fin del mundo,1874, 1914, 1925, 1975, hasta una fecha «inminente no especificada» no hayan provocado una verdadera crisis en el jehovismo es explicable por el «continuo martilleo psicológico» al que son sometidos los adeptos. Esto provoca «la destrucción de lo que es más propiamente humano del hombre: su capacidad de pensar autónomamente, de razonar y de ejercer la capacidad crítica, su libertad». «Sin contar –argumenta «La Civiltà Cattolica»– que son sumamente censurables la concepción de Dios y aun el hecho de que el jehovismo induce a considerar extraños, y por tanto a evitar, a todos aquellos que no son testigos de Jehová».

Pregunta el padre De Rosa: «¿Cómo puede Dios –el verdadero Dios– querer que no se deba practicar una transfusión de sangre a un niño, que sin ella esta condenado a morir? ¿Un Dios que quiere una cosa semejante puede ser verdaderamente Dios?»

«Jehová –concluye el artículo– no es el Padre y el Amigo de todos los hombres. Reconoce como suyos sólo a los testigos de Jehová y sólo para ellos ha preparado la tierra paradisíaca. Para todos los otros hombres queda la destrucción y el exterminio». En suma, «un Dios exterminador de millones de hombres».

Zenit 30.VII.1999