Las denuncias de detenciones arbitrarias y desapariciones de activistas políticos, defensores de derechos humanos y sus familiares se han solapado las últimas semanas con el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela por las maniobras militares en el Caribe. Este lunes, la Misión Independiente de Determinación de los Hechos de Naciones Unidas ha revelado en un informe nuevos patrones de represión contra opositores después de las elecciones presidenciales y durante este complicado 2025.

En las cárceles venezolanas, reportan las ONG, hay todavía 823 personas presas por motivos políticos. Unas 100 son mujeres. Del total, 89 tienen ciudadanía de otro país. Al menos 70 están gravemente enfermos. Pese a que el Gobierno ha decretado decenas de excarcelaciones, este lunes en Ginebra se ha advertido que la persecución contra opositores no ha parado. Así ha vuelto al tablero la situación de los derechos humanos en Venezuela, luego de semanas de debate sobre la supuesta vinculación del Gobierno de Venezuela con el narcotráfico, en medio de la creciente presión militar de Donald Trump con el ataque de lanchas en el Caribe a la que el Gobierno de Nicolás Maduro ha respondido con la militarización del país y el entrenamiento de civiles en el uso de armas de combate.
Toda una estrategia interna de Maduro para hacer un control más férreo sobre una población azotada por graves problemas económicos. Con un claro enemigo exterior el dictador ejerce más presión sobre las posibles disidencias.
Fuente: ONU, El País y CNN


