PARABOLAS: DOS VASIJAS , EL CONVICTO LIBERADO

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Dos maravillosas parábolas para trabajar con niños y jóvenes. Te invitamos a que conozcas nuestro escuela autogestionaria: ´Iqbal Masih´ y a que colabores con nosotros compartiendo (entre otras cosas) cuentos, parábolas, frases ingeniosa, citas…etc




DOS VASIJAS


Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al cargador diciéndole: «Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías.»

Éste le dijo compasivamente: «cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino». Así lo hizo la tinaja. y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

Él entonces le dijo:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.


EL CONVICTO LIBERADO


Cada año, con motivo de las fiestas de aniversario de su coronación, el rey de un pequeño condado liberaba a un prisionero. Cuando cumplió 25 años como monarca, el mismo quiso ir a la prisión acompañado de su Primer Ministro y toda la corte para decidir cuál prisionero iba a liberar.

– Majestad, dijo el primero, «yo soy inocente pues un enemigo me acusó falsamente y por eso estoy en la cárcel».

– A mí, añadió otro, «me confundieron con un asesino pero yo jamás he matado a nadie».

– «El juez me condenó injustamente», dijo un tercero.

Y así, todos y cada uno manifestaba al rey porque razones merecían precisamente la gracia de ser liberados.

Había un hombre en un rincón que no se acercaba y que por el contrario permanecía callado y algo distraído. Entonces, el rey le preguntó: «Tu, ¿porque estás aquí?

– El hombre contestó: «Porque maté a un hombre majestad, yo soy un asesino».

– ¿Y porque lo mataste?, inquirió el monarca.

– Porque estaba muy violento en esos momentos, contestó el recluso.

– ¿Y porque te violentaste?, continuó el rey.

– Porque no tengo dominio sobre mi enojo

Pasó un momento de silencio mientras el rey decidía a quien liberaría. Entonces tomó el cetro y dijo al asesino que acaba de interrogar: «Tú sales de la cárcel».

Pero majestad, replicó el Primer Ministro, ¿acaso no parecen más justos cualquiera de los otros?

Precisamente por eso -respondió el rey- saco a este malvado de la cárcel para que no eche a perder a todos los demás que parecen tan buenos.

El único pecado que no puede ser perdonado es el que no reconocemos. Es necesario confesar que somos pecadores y no tan buenos como muchas veces tratamos de aparentar.