Buscando una explicación al vendaval de leyes contra la vida, la familia o la religión en los primeros meses de gobierno de ZP no podemos perder de vista la evidente falta de programa e identidad de su partido.
Revista Id y Evangelizad
Noviembre de 2004
Buscando una explicación al vendaval de leyes contra la vida, la familia o la religión en los primeros meses de gobierno de ZP no podemos perder de vista la evidente falta de programa e identidad de su partido.
Falta de un programa propio, porque el grueso de su concepción es la misma que defendía el PP: la Europa del euro, como primera potencia económica de ese tinglado al servicio de las transnacionales que es el Imperialismo. Y si hay alguna duda de que es lo mismo, basta ver al vicepresidente Solbes haciendo lo que puede por mantener la ortodoxia en esa banasta de grillos que es el gobierno Zapatero, y ver lo confiados que están los grandes Bancos con los socialistas; tan contentos que Botín ya está tomando posiciones y comprando bancos por Europa.
Y, sobre todo, falta de identidad porque ninguna de las letras de sus siglas son verdad. No es socialista, pues el socialismo es solidaridad con todos los desfavorecidos, y lo único que les vemos defender son los intereses particulares de grupos de presión que exhiben su diferencias como fuente de derechos sobre los demás, ya sea los homosexuales, o los nacionalistas, o las regiones ricas en agua,… .
Tampoco es obrero, y hace décadas que dejó de serlo; ¿qué dirían de las ministras de hoy las militantes socialistas que en las Casas del Pueblo hacían desfiles de ropa hecha por ellas mismas a un coste inferior a 1,5 ptas?. Y le da vergüenza ser español, habla de estado y no de España, como le gusta a los nacionalistas, y está dispuesto a ceder a todos los caprichos de las regiones más ricas rompiendo la solidaridad.
Esta falta de identidad se manifiesta a cada paso en las decisiones y rectificaciones a las que nos van acostumbrando. Cuando hablan de lo social no saben más que repartir limosnas del presupuesto del Estado, nos se les ve muy dispuesto a bajarse ellos el sueldo. En cualquier tema que tocan hacen todo menos socialismo. Si se plantean la familia piensan en divorcios rápidos, al fin y al cabo para ellos el matrimonio no es más que un contrato poco menos que mercantil que es necesario flexibilizar. ¿Es eso socialismo? Evidentemente no, es el dogma neoliberal puro y duro, individualismo disolvente contra la familia que es la primera escuela de solidaridad. Si se plantean la inmigración ilegal hablan de dar papeles a los que ya están trabajando, es decir, de facilitar la contratación y evitar las multas a los empresarios y aumentar la muerte en las pateras para los empobrecidos. ¿O es que la patera es un medio digno para buscar trabajo? Y si piensan en los enfermos, los minusválidos, los niños con deficiencias,… su propuesta va en la línea de la eutanasia y el aborto; la misma impiedad de Hitler aderezada en los medios de comunicación y el cine con la propaganda emotivo-sentimental de Goebbels.
Es sabido que cuando un grupo no tiene identidad se mantiene unido buscando un enemigo externo. Y ya que no saben bien qué son, pues cuando actúan demuestran ser limosneros, o liberales, o capitalistas, o nazis,… se ven en la necesidad de buscar una etiqueta que los justifique, y esta la encuentran en el sectarismo anticatólico. Sus medidas estrella son aquellas que atacan a la familia, a la vida, a la clase de religión,… incluso las que parecen simpatizar con el Islam; todo vale en el afán de parecer progresistas. Su único objetivo claro es eso que llaman laicidad, y consiste en configurar desde el poder estatal el modo de ser de la sociedad. Y eso es lo más grave, ya que ese afán de forjar las conciencias y la subjetividad de las sociedades desde los resortes del poder es lo propio de las ideologías totalitarias. Mientras en la democracia los gobernantes son gestores al servicio de lo que la sociedad marque en las urnas, los totalitarismos se han caracterizado por imponer una determinada confesión ideológica, laica o religiosa, según su signo. Y, resulta, que tras cuarenta años de la beatería de Franco queriendo hacer a los españoles católicos por decreto, ahora va a tocar ser laicos porque lo diga ZP.
Es lo que le queda al PSOE para aparentar progresismo, pues mandando tropas a Afganistán se ha visto evidente su voluntad de seguir siendo comparsa militar de las aventuras coloniales de los EE. UU. (REPSOL no les iba a permitir otra cosa), y ya no vale el falso pacifismo de la pegatina del NO a la Guerra.
La inmoralidad, el capricho, el individualismo, el nacionalismo… son los principios reales de quienes nos gobiernan. Este era el estilo de Herodes y el realismo político de los doctores que lo asesoraban. Este es el camino elegido por ZP y que le viene bien al imperialismo, que aprovecha estos recambios para procurarse las leyes que el PP no se atreve a promulgar, pero respeta y fomenta cuando gobierna (no olvidamos sus 80.000 abortos al año Sr. Rajoy).
Esto nos espera de este gobierno, traición al socialismo por traicionar a los débiles; y además ponerse ahora a desenterrar de sus tumbas a los socialistas que sí lucharon y dieron su vida como mártires de la causa obrera. Desenterrar el hacha de guerra del anticlericalismo, enfrentar a los españoles avivando los odios de antaño, parece ser lo que nos espera para tapar el vacío y la desvergüenza de quienes nos gobiernan.