EEUU NO DESCARTA ACCIONES MILITARES contra las INSTALACIONES NUCLEARES IRANÍES…

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Según Cheney, si Israel cree que Irán «tiene capacidad nuclear», y dado que la «destrucción» del Estado judío es política oficial de Teherán, el gobierno de Ariel Sharon podría «decidir actuar primero y dejar que el resto del mundo se preocupe después por limpiar el caos diplomático».


IPS Noticias
03-02-2005

Cuando Israel envió sus aviones F-16 a bombardear el reactor nuclear iraquí de Osirak hace 24 años, los pilotos tenían un solo blanco al que apuntar. En el caso del Irán actual, la situación sería muy diferente.

Si Estados Unidos o Israel tomaran una decisión parecida para neutralizar la capacidad nuclear iraní, deberían localizar numerosas instalaciones diseminadas por todo el territorio del país, y ninguna de ellas es un gran reactor claramente identificable.

Pero el vicepresidente estadounidense Dick Cheney no descartó la semana pasada una acción militar contra instalaciones nucleares iraníes… a cargo de Israel.

Según Cheney, si Israel cree que Irán «tiene capacidad nuclear», y dado que la «destrucción» del Estado judío es política oficial de Teherán, el gobierno de Ariel Sharon podría «decidir actuar primero y dejar que el resto del mundo se preocupe después por limpiar el caos diplomático».

Políticos israelíes, aun preocupados ante la perspectiva de un Irán nuclear, se muestran menos inclinados a esa posibilidad. Si Israel actúa solo, «permanecerá solo», dijo el viceprimer ministro Shimon Peres.

«Todos conocen nuestro potencial, pero también debemos conocer nuestros límites. Mientras exista la posibilidad de que el mundo luche contra la opción nuclear iraní, dejemos que el mundo se organice», sostuvo Peres, tradicional adversario del derechista Sharon.

Con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) considerando la situación de Irán, la retórica se ha vuelto cada vez más aguda.

Líderes israelíes han mostrado durante mucho tiempo su preocupación por lo que consideran un peligro para toda la región, y confían en que Estados Unidos impida a Irán desarrollar su bomba atómica.

El jefe de la AIEA, Mohammed ElBaradei, dijo el domingo al diario The Washington Post que no ve «cómo una solución militar podría resolver el problema iraní». «Desde mi punto de vista –agregó–, Irán se ocultará en caso de que haya desarrollado casi su autosuficiencia tecnológica «, explicó.

De atacarse las instalaciones nucleares iraquíes, «podría retrasarse» la fabricación de armas nucleares, pero el país «reconstruirán» la infraestructura «con el objetivo de tener un arma», manifestó ElBaradei.

El jefe de la inteligencia israelí, general Aharón Ze´evi, estimó que Irán podría producir uranio enriquecido en un plazo de seis meses y fabricar armas nucleares en dos años.

Irán no puede enriquecer uranio, pero «está a apenas medio año de alcanzar ese objetivo si Occidente no lo detiene», advirtió Ze´evi.

Funcionarios israelíes también acusan a Teherán de intentar engañar a la comunidad internacional, y que tratará de eludir la amenaza de sanciones persiguiendo en secreto su objetivo de alcanzar la capacidad de fabricar armas nucleares.

ElBaradei admitió que Irán «engañó» en el pasado a la comunidad internacional en torno de su programa nuclear, pero aseguró que ahora está «cooperando».

La AIEA determinó en noviembre que Teherán cumple con un acuerdo que la obliga a interrumpir su programa de enriquecimiento de uranio. Por su parte, el régimen islámico insiste en que su programa persigue como finalidad exclusiva la producción de electricidad.

La Unión Europea (UE) llamó a Teherán a abandonar completamente su programa para demostrar que no tiene el objetivo de producir armas nucleares, y esgrime un acuerdo comercial como incentivo.

El canciller (jefe de gobierno) alemán Gerhardt Schroeder, quien intenta presionar a Irán en conjunto con sus pares europeos, dijo la semana pasada en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, Suiza, que se requerían medios «diplomáticos y políticos», no la fuerza.

Mientras, Estados Unidos ha asumido una política de mano dura. A comienzos de enero, el presidente George W. Bush amenazó con una posible acción militar contra Irán.

El mandatario dijo confiar en que el asunto se podría resolver por la vía diplomática, pero advirtió que no retiraría «ninguna opción de la mesa».

Funcionarios israelíes interpretaron la advertencia de Cheney como un mensaje a los gobiernos europeos, con la intención de que asumieran una posición más dura hacia Irán.

El mensaje fue: «Si ustedes no toman un papel más relevante en la implementación de sanciones y no intentan detener vigorosamente el programa nuclear iraní, no seremos responsables de lo que haga Israel», según un alto funcionario del gobierno de Sharon.

Ze´evi advirtió que «los iraníes pueden alcanzar Portugal con sus armas nucleares», pero «eso no preocupa a los europeos». «Ellos me dijeron que durante el régimen soviético también vivieron bajo la amenaza nuclear, y yo intenté explicarles que con Irán la historia es distinta», agregó.

Observadores en Israel consideran que la amenaza nuclear iraní no afecta tanto a este país sino a otros de Medio Oriente. En ese sentido, mencionan informes según los cuales Israel cuenta con capacidad de respuesta con armas nucleares instalados en submarinos.

Países árabes acusan a Israel de ser el único país de la región que, discretamente, posee armas nucleares. El gobierno radicado en Jerusalén no lo confirma ni lo niega, una política que ha sido denominada «ambigüedad nuclear».

De acuerdo con estas versiones, el Estado judío posee entre 100 y 200 cabezas nucleares.

La capacidad nuclear secreta de Israel fue revelada hace casi 20 años por Mordechai Vanunu, un técnico de la central nuclear de Dimona, en el sur de este país. Vanunu fue liberado el año pasado, luego de pasar 18 años preso por traición, luego de informar sobre el asunto al diario británico The Sunday Times.

El técnico fue secuestrado en Roma por agentes israelíes y conducido a su país, donde fue sometido a juicio.

Las posibilidades de acción de Israel son escasas, según el experto Shmuel Bar, del académico Centro Interdisciplinario Herzliya. «Si actuamos unilateralmente, seremos acusados, los iraníes reaccionarán y no tendremos el respaldo de estados Unidos», dijo Bar a IPS.

Israel no debe convertir la capacidad nuclear iraní en un problema israelí, porque «es, fundamentalmente, un problema estadounidense», en especial por la influencia de Teherán en Iraq, alertó.

La acción unilateral que prevé el experto es «un embargo petrolero a Irán, con la Sexta Flota bloqueando el paso» del crudo iraní por el Golfo.

Expertos consideran que la opción militar es inviable, porque Irán diseminó sus instalaciones nucleares por todo el territorio nacional. No las concentró en un solo lugar, como había hecho Iraq. El régimen islámico también habría construido instalaciones falsas.

Una sola operación aérea sería, por lo tanto, insuficiente para detener el programa nuclear iraní. Y, lo que es peor, Israel sabe que Teherán respondería, tal vez con misiles de largo alcance.

Eso explica por qué algunos funcionarios estadounidenses prefieren hoy la opción del «cambio de régimen» a la acción militar.

Pero Shmuel Bar no descarta esa posibilidad. «Bush es un presidente ideológico y no podrá presentarse a una segunda reelección», dijo.