Para Juan Pablo II, los misioneros eran «pan partido para la vida del mundo», según escribió en el mensaje que preparó para la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), que la Iglesia celebrará el domingo 23 de octubre.
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 15 abril 2005 (ZENIT.org).- Para Juan Pablo II, los misioneros eran «pan partido para la vida del mundo», según escribió en el mensaje que preparó para la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), que la Iglesia celebrará el domingo 23 de octubre.
El mensaje, publicado este viernes por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, fue firmado por el Papa Karol Wojtyla el 22 de febrero de 2005.
En el año que convocó para la Eucaristía, y que concluirá precisamente en ese mes de octubre, el mensaje lleva por título: «Misión, pan partido para el mundo».
«También hoy Cristo manda a sus discípulos: «dadles vosotros de comer»», constataba el Papa en la misiva.
«En su nombre, los misioneros acuden a tantas partes del mundo para anunciar y ser testigos del Evangelio. Los misioneros hacen resonar, con su acción, las palabras del Redentor: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed»», escribía.
«Ellos mismo se hacen «pan partido» para los hermanos, llegando a veces hasta el sacrificio de la vida», añadía.
«¡Cuántos misioneros mártires en este tiempo nuestro! ¡Que su ejemplo arrastre muchos jóvenes en el camino de la heroica fidelidad a Cristo!», exclamaba.
En el año 2004, por ejemplo, la agencia misionera de la Santa Sede «Fides» registró la muerte de quince misioneros católicos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos.
«La Iglesia tiene necesidad de hombres y de mujeres que estén dispuestos a consagrarse totalmente a la gran causa del Evangelio», reconocía el Papa.
Por eso, propuso que la Jornada Misionera Mundial sea «una oportuna circunstancia para tomar conciencia de la urgente necesidad de participar en la misión evangelizadora».
En particular, pidió apoyar la labor de las Obras Misionales Pontificias «con una generosa cooperación espiritual y material».
Las Obras Misionales Pontificias son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia particular, surgidas con el objetivo de apoyar la actividad misionera de la Iglesia en las regiones no cristianas. Dependen de la Congregación romana para la Evangelización de los Pueblos.
La Santa Sede, con una decisión poco común, ha distribuido el mensaje del Papa en una traducción en chino.