Estar frente al sistema imperialista generador de hambre, paro y esclavitud infantil en serie, que mantiene en un verdadero infierno a millones de hermanos nuestros, exige tener la caridad política de emprender un Nuevo Orden Económico Internacional donde no haya: explotados, oprimidos, empobrecidos (mas del 83% de la humanidad), y donde no haya: explotadores, opresores y enriquecidos a costa de la sangre de millones de inocentes.
Miércoles, 07 de septiembre de 2005
Fuentes: Adital – Solidaridad.net
Por Sixto Eleuteria
Según datos de la legisladora Dora Nuñez, presidenta la Comisión de Trabajo e integrante del Grupo Parlamentario por la Infancia, al menos 1,9 millones de niños y adolescentes «trabajan» ( el entrecomillado es nuestro. Es una canallada llamar trabajo lo que es explotación y esclavitud) actualmente en Perú durante un promedio de 45 horas a la semana, señala un informe presentado en el Congreso peruano. Nuñez indicó que el promedio de horas semanales de «trabajo» de los menores es apenas menor en tres horas al de los adultos
El 70 por ciento de los menores explotados pertenecen a zonas rurales, y un 30 por ciento a las áreas urbanas. La legisladora presentó un proyecto de ley para modificar el Código del Niño y Adolescente y erradicar el «trabajo forzado» infantil. Pero en los últimos años, la esclavitud infantil ha aumentado.
Según datos, extremadamente conservadores, del UNICEF, 246 millones de niños e niñas son víctimas del trabajo infantil en todo el mundo. Pero los datos mas reales hablan ya de mas de 400 millones de niños esclavos. La región de Asia y el Pacífico alberga el mayor número de niños y niñas explotados en el grupo de edad de 5 a 14 años, 127,3 millones en total según UNICEF (19% de los niños y niñas que trabajan en la región); en África subsahariana hay alrededor de 48 millones de niños que trabajan. Casi uno de cada tres menores de 15 años (29%) es activo económicamente.
En América Latina y el Caribe hay aproximadamente 17,4 niños y niñas trabajadores (un 16% de los niños y niñas de la región trabajan); un 15% de los niños y niñas de Oriente Medio y África del Norte trabajan; aproximadamente entre 2,5 millones y 2,4 millones de niños y niñas trabajan en las economías desarrolladas y en transición respectivamente.
Cerca de 70% (171 millones) de los niños y niñas trabajan en condiciones peligrosas, que incluyen la minería, labores agrícolas con productos sometidos a químicos y pesticidas o el manejo de maquinaria peligrosa. Estos niños y niñas se encuentran en todas partes, pero son invisibles; trabajan como sirvientes domésticos en casas, están ocultos tras las paredes de talleres o se encuentran fuera de la vista del público en plantaciones.
Datos del UNICEF exponen que millones de niños y niñas trabajan bajo circunstancias terribles. Pueden ser víctimas de la trata (1,2 millones), víctimas de la servidumbre por deuda u otras formas de esclavitud (5,7 millones), víctimas de la prostitución y/o la pornografía (1,8 millones) o reclutados como niños soldados en los conflictos armados (300.000).
Para erradicar la esclavitud infantil, la organización UNICEF recomienda a los países: construir un entorno protector para la infancia; asegurar que todos los niños y las niñas tengan acceso a una educación obligatoria; cambiar las actitudes y las prácticas; poner en práctica leyes que prohíban el trabajo infantil; calcular cuantos niños están sometidos; retirar a los niños de las formas más graves de trabajo infantil; tener en cuenta los puntos de vista de los niños y niñas y aumentar la asistencia que asignan a los servicios sociales básicos.
Todo estas propuestas de UNICEF son papel mojado, paños calientes que no responden al problema y ocultan las causas reales del problema. Eliminar el hambre, la esclavitud infantil exige un cambio de estructuras políticas y económicas, exige demoler el sistema neocapitalista sostenidos por estas instituciones. Estar frente al sistema imperialista generador de hambre, paro y esclavitud infantil en serie, que mantiene en un verdadero infierno a millones de hermanos nuestros, exige tener la caridad política de emprender un Nuevo Orden Económico Internacional donde no haya: explotados, oprimidos, empobrecidos (mas del 83% de la humanidad), y donde no haya: explotadores, opresores y enriquecidos a costa de la sangre de millones de inocentes. La FAO, UNICEF , la OIT, el FMI… están precisamente al servicio de los vencedores y bajo su control, para evitar que se tomen medidas que ataquen las causas reales de los grandes problemas que tiene hoy planteadas la humanidad.