Los cristianos nigerianos, que han perdido a decenas de seres queridos en ataques motivados por la religión, han sorprendido a sus agresores al renunciar a las represalias y al comprometerse aún más con su fe.
KÖNIGSTEIN, jueves, 8 junio 2006 (ZENIT.org).-
Los cristianos nigerianos, que han perdido a decenas de seres queridos en ataques motivados por la religión, han sorprendido a sus agresores al renunciar a las represalias y al comprometerse aún más con su fe.
En sus revelaciones sobre las estremecedoras dimensiones de la ráfaga de violencia que barrió en febrero el norte de Nigeria, la hermana Christiana Akpah explicó a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que los islamistas del Estado de Borno (nordeste de Nigeria) «son incapaces de entender» la determinación de las comunidades cristianas para perdonar a sus agresores.
Más de tres meses después de los ataques, la hermana Christiana de la localidad de Shuwa (a unos 170 kilómetros de Maiduguri) describe cómo los cristianos están intentando superar una de las peores sucesiones de actos violentos en la historia reciente de la región.
El viernes 17 de febrero, 58 personas fueron asesinadas en Borno, y casi 50 iglesias, asaltadas. Cientos de tiendas y negocios también fueron objeto de la destrucción. La violencia se desató a raíz de las viñetas del profeta Mahoma aparecidas en los medios de comunicación occidentales. Los ataques, que fueron especialmente numerosos en Maiduguri, la capital regional de Borno, formaban parte de un ciclo de violencia más amplio que acabó con la vida de 300 cristianos en todo el norte de Nigeria.
No obstante, y según la hermana Christiana, los católicos y protestantes de Maiduguri hicieron caso del llamamiento a la no violencia de sus líderes. La religiosa, perteneciente a las Hermanas Augustinas de Jesús Misericordioso, explicó: «Sobre todo desde los ataques, las iglesias están llenas a rebosar, hasta tal punto que han tenido que colocar toldos para la gente que se queda fuera. Esto nos anima a todos sobremanera».
Y añadió: «Los musulmanes dicen que los cristianos deben de tener algo especial. Dicen: «Mirad lo que les hemos hecho y ellos siguen acudiendo a la iglesia y no buscan represalias»».
Como asociación dedicada al apoyo a los cristianos que sufren, AIN está subvencionando la reconstrucción de la casa parroquial adyacente a la catedral de Kontagora, una de las zonas del norte de Nigeria que padeció los ataques.