'contra los principios fundacionales de la propia organización'
LONDRES, 20 Ago. 07 / (ACI)
La organización Amnistía Internacional «le ha dicho definitivamente adiós a los católicos», señaló esta semana el Obispo católico británico Michael Evans, al comentar la decisión de la organización de convertirse en promotora del aborto a nivel mundial, al concluir la semana pasada su reunión en Ciudad de México.
Contra los principios fundacionales de la propia organización.
AI concluyó su reunión de coordinación en la capital mexicana con un comunicado en el que reafirma la decisión de dejar la posición neutral respecto del aborto y convertirse, en adelante, en promotora del «derecho» al aborto de las mujeres en los países donde aún el asesinato de niños no nacidos es ilegal.
Mons. Evans, Obispo de East Anglia en Inglaterra, y hasta ahora uno de los más importantes líderes católicos miembros de Amnistía Internacional, señaló en una nota de prensa que la decisión pro-abortista marca la ruptura definitiva con el espíritu de su fundador, el converso católico británico de 46 años Peter Benenson, que creó la organización con el apoyo del Vaticano y con una postura inicial pro-vida.
«Esta lamentable decisión casi con seguridad dividirá a la membresía de Amnesty y en consecuencia socavará su vital trabajo en favor de los torturados y los presos de conciencia», agrega el Prelado. «Entre todos los derechos humanos, el derecho a la vida es fundamental. El compromiso para trabajar en ‘proteger al ser humano’ sólo se verá puesto profundamente en riesgo por cualquier tipo de apoyo al aborto».
Mons. Evans señala además que la Iglesia católica comparte con Amnesty un firme compromiso contra la violencia contra la mujer, pero «no puede compartir la violencia cometida por el aborto contra la más vulnerable e indefensa forma de vida humana en el vientre de una mujer».
En el comunicado, el Prelado anuncia su renuncia a ser miembro tras 31 años en Amnesty y alienta a los católicos de su país a expresarle a la organización el mismo mensaje de rechazo a su nueva política.
«No existe derecho humano al aborto y Amnesty debió haberse mantenido al margen incluso en los casos que considera extremos», dice Mons. Evans, quien concluye señalando que su renuncia a la organización convertida en abortista no implica que dejará de luchar personalmente contra la tortura y a favor de la libertad de los presos de conciencia en el mundo.