Unión Europea – África . El zorro invita a la gallina a adaptarse al mundo moderno

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La noche del domingo 19 de agosto moría en un accidente el P. Josehp Kanyaru, misionero de la Consolata. Nacido en Kenya hace 36 años y a quien faltaban pocos días para cumplir cinco años como sacerdote. El accidente ocurrió en la provincia argentina de Formosa (en el límite con Paraguay). Las informaciones son hasta ahora confusas y contradictorias.

Umoya – Maurice Oudet. abcburkina nº 299


 


Cuento moderno de Burkina Faso:


A uno de mis amigos, campesino en el noroeste del país, antiguo combatiente, le gustaba contar este cuento en las veladas de claro de luna.


La historia, dice, ocurre en Francia, en mayo de 1968. Ya era de noche. La gallina se había encerrado en su gallinero, cuando se acercó el zorro. Se paró ante la alambrada y puso la radio. El periodista estaba describiendo la huelga de estudiantes y explicaba que, en todos los muros se había escrito: «Está prohibido prohibir». El zorro cerró su radio y se volvió hacia la gallina. «¿Has oído? Han cambiado los tiempos. Ahora está prohibido prohibir ». « Bueno y ¿qué? ¿Qué cambia eso para nosotros? ». « Eso quiere decir que, si quieres ser moderna, desde mañana por la mañana, cuando salgas del gallinero, dejarás la puerta abierta. Ya no puedes prohibir a nadie que entre en tu casa». Y continuó su camino. Al día siguiente, después de una buena noche, la gallina se despertó en forma y salió a buscar comida. Iba a cerrar la puerta del gallinero cuando se acordó de lo que le había dicho el zorro. Dejó la puerta abierta diciéndose:


«¡Claro que soy moderna!».


Por la noche volvió a su casa para descansar. Una vez más iba a cerrar la puerta, pero se dijo: «Olvidas que eres moderna. Deja tu puerta abierta. Tienes que adaptarte al mundo moderno. Si no, el zorro se reirá de ti». Así pues, dejó la puerta abierta. Enseguida, se durmió con el sueño de los justos.


Poco después, el zorro se acercó al gallinero sin hacer ruido. Se preguntaba: «¿Será la gallina tan tonta que haya dejado la puerta abierta?». Al llegar ante la puerta se dio cuenta que estaba abierta de par en par. No tenía más que dar un salto, atrapar a la gallina y devorarla.


Me parece que este cuento ilustra maravillosamente el discurso que hace Europa a los países africanos y cómo los lleva a firmar acuerdos con consecuencias dramáticas para sus pueblos.


He asistido en Bruselas a un encuentro entre la Comisión Europea (CE) y los diputados que siguen las negociaciones para conseguir la firma de los EPAs. El representante de la CE explicó que no había alternativa al liberalismo actual. Que Europa sólo podía hacer una cosa en favor de los países ACP (África – Caribe – Pacífico): ayudarlos a modernizar sus economías y, por tanto, a abrir sus fronteras. Se expresó así: «El liberalismo es la vida». En otros términos: «Sean modernos. Acepten el libre intercambio».


Europa quiere persuadir a los países africanos de que, adaptarse al mundo de hoy quiere decir: «Dejen la puerta abierta. Supriman sus derechos de aduanas». Acepten el libre intercambio puro y duro.


Si Europa fuera menos hipócrita y menos dura hacia los países de África del Oeste, tendría otro lenguaje. Podría decir: «¿Quieren desarrollar su producción lechera? Empiecen tasando la leche en polvo de importación. Miren lo que hacemos nosotros. El escalafón de nuestra leche está más desarrollado que el suyo. Pero no por eso la dejamos de proteger. Ponemos tasas a la leche en polvo de importación a un 75%, cuando ustedes sólo la protegen con un 5%». Y Europa hubiera podido darnos muchos otros ejemplos.


Europa podría decir a los africanos: «Aprovéchense de nuestra experiencia. Cuando negociamos un acuerdo de libre intercambio con otros países, tenemos cuidado con liberalizar todo. Proponemos liberalizar lo que sabemos que nos interesa, pero rehusamos liberalizar el comercio de muchos productos cuando esto sería perjudicial a nuestros productores. Tendríais que excluir de la liberalización por lo menos tantos productos como nosotros en nuestros acuerdos de libre intercambio: con Chile (471 líneas arancelarias excluidas de cualquier reducción), con Méjico (631 líneas arancelarias excluidas de toda reducción, con África del Sur (324). «Estas líneas arancelarias recaen, sobre todo en carnes, productos lácteos, cereales y harinas, azúcar y preparaciones alimenticias.


Si Europa quisiera verdaderamente construir una asociación en lugar de reforzar su dominio sobre África, daría consejos útiles a África del Oeste. Podría decir que hagamos como ella: instaurar dos clases de tasas a la importación que se pueden aplicar simultáneamente.


Por ejemplo: ¿Por qué no tasar el arroz importado al 20% en lugar del 10% actual, y añadir una tasa concertada por kilo, por ejemplo 100 F CFA? Es un procedimiento que Europa utiliza con frecuencia. ¿Por qué no África del Oeste, si quiere desarrollar su agricultura? También se podría añadir una tasa de 1.000 F CFA por cada pollo importado. Es un procedimiento corriente en otros países. Podríamos multiplicar los ejemplos. Es decir que el REC (Tarifa Exterior Común) debe estudiarse en su conjunto.


Pero Europa se comporta con los países africanos como el zorro con la gallina de nuestro cuento Y, por desgracia, los países africanos, como la gallina con el zorro. ¿Quién o qué acontecimiento será capaz de ayudar a los unos y a los otros a cambiar de comportamiento?