El 80% de la población mundial ha bajado en vida a los infiernos mientras una pequeña parte de saciados disfrutan de un paraíso construido sobre el EXPOLIO y la VIOLENCIA.
El problema del hambre en el mundo AUMENTA. Estamos llegando a la realidad de que cada 5 habitantes de la tierra, 4 pasen hambre. Y dejemos a los que lo ocasionan distinguir entre los distintos grados de hambre. Más de 4.000 millones de personas pasan hambre. Los que comemos y tengamos vergüenza no debemos caer en la trampa de los distingos, hay más de 4.000 millones de personas hambrientas y siguen aumentando […]
Nunca se ha hablado mas del 0,7 y, la izquierda oficial, del 1 %; nunca ha habido más ONG´s; nunca ha crecido la miseria de los empobrecidos como ahora. Este es el negro balance de las «ayudas» burguesas. Nunca remediaron un problema y, por ello, es justo pensar que no lo remediarán. Lo demás… es creer en brujas.
«El 80% de la población mundial ha bajado en vida a los infiernos mientras una pequeña parte de saciados disfrutan de un paraíso construido sobre el EXPOLIO y la VIOLENCIA», dirá el profesor Torres, catedrático de Economía Política. Y continúa el mismo profesor inculpando al sistema imperialista actual: «La dinámica de los mercados impuesta gracias al predominio de las grandes potencias en el diseño de las relaciones económicas provoca a los países más pobres pérdidas de 500.000 millones de dólares, DIEZ VECES MÁS QUE LA AYUDA QUE RECIBEN».
Las «ayudas» que se hacen a los hambrientos, OBJETIVAMENTE, camuflan la canallada del sistema que origina el hambre. Ni en El Cairo, ni en Copenhague, ni en Pekín, nuestra ministra de Asuntos Sociales ha puesto esto de manifiesto. Ha insistido en el aborto para proteger la mayor canallada de la Historia: el aumento de muertes por hambre. No hay problema de superpoblación […] Hay problema de hambre y sigue creciendo. Es el mayor problema de la humanidad y está generado por las mismas fuerzas económicas y políticas que generan el paro.
¡Saquemos a la vía pública estos problemas! ¡Hagamos sobre ellos una opinión pública que se haga escuchar! ¡NO SEAMOS CÓMPLICES!
Editorial de la Revista Autogestión