Desde ahí, desde la lucha porque desaparezca el hambre, la esclavitud infantil y el paro, proponemos el voto en blanco. Decía el Cardenal Suquía que el alma del político es la urna.La revista religiosa «Alfa y Omega» en las anteriores elecciones del 9 de marzo del 2000, bajo el título «Desde la fe» publicaba un suelto, sin firma, en el que entre otras cosas se decía:
1. «No es verdad que abtenerse de votar el próximo domingo en las elecciones generales, o votar en blanco, sea una opción responsable».
2. «Los obispos nos han recordado oportunamente dos cosas esenciales: primero, que votar no es sólo un derecho civil y constitucional, sino también una obligación, de la que sólo por razones graves puede uno sentirse dispensado»; y segundo, que, en caso de conflicto, o de duda, hay que optar por el bien posible».
3. «¿Qué puede suceder y a quien puede beneficiar la abstención o el voto en blanco? Puede suponer, lamentablemente, una forma de colaboración o de complicidad -todo lo indirecta que se quiera, todo lo no querida que sin duda es, pero, al fin y al cabo, colaboración y complicidad- con las posiciones políticas que han anunciado el aborto libre o que claramente son contrarias a la enseñanza de la Religión».
Estos «razonamientos» me llegaron por teléfono antes que saliera «Alfa y Omega». De esta revista se me llamó para hacerme una entrevista, que duró 35 minutos y no han publicado una palabra.
En 1949, don Santos Moro Briz, obispo de Avila, nos decía a la «IV Semana Nacional de la HOAC» que
«el mayor mal que le ha pasado a la Iglesia de España es que se la identifique con la derecha».
Parece que el citado suelto opina todo lo contrario. Respondemos:
El voto en blanco, propugnado por el Movimiento Cultural Cristiano desde hace 20 años, lo es porque todos los países desarrollados -Unión Europea y España entre ellos- roban a 4.500 millones de personas y las someten al hambre, matando a más de 50 millones cada año; su sistema económico provoca 400 millones de niños esclavos hoy; 1.600 millones de parados o subempleados y 500 millones de niños sin escuela.
Estos son los mayores problemas de la sociedad y ningún partido político del arco parlamentario español, propone en sus programas nada para acabar con esas canalladas.
Desde ahí, desde la lucha porque desaparezca el hambre, la esclavitud infantil y el paro, proponemos el voto en blanco. Decía el Cardenal Suquía que el alma del político es la urna. Lo que es claro es que desde los planos político, económico y religioso es desde donde estos problemas tienen solución. Hacer que se muevan esos tres sectores para resolver esos problemas es gesto obligado de solidaridad para todo ser humano. El voto en blanco tiene ese objetivo desde hace 20 años. Es verdad que trabajamos hasta contra la legalidad:
-¿Es constitucional votar con sobre vacío, que rompe el secreto del voto?
-El voto en blanco nunca aparece en la campaña institucional que realiza el Gobierno, ¿por qué?
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En cuanto a las cosas que plantea «Alfa y Omega» decimos:
a) En cuanto a la 1. Hacer la misma valoración de la abstención que del voto en blanco es un sectarismo político fuera de toda moral cristiana.
b) En cuanto a la 2. Votar en blanco es VOTAR contra el hambre, la esclavitud infantil y el paro existentes, entre otras razones, por los sistemas económico y político imperantes, a los que tan ligados ha estado siempre la derecha oficial y real, y la izquierda oficial.
c) En cuanto a la 3. Votar cualquier candidatura del arco parlamentario beneficia a los que matan por hambre, esclavizan a la infancia y someten al paro y al subempleo a 1.600 millones de personas. Es la defensa de los miles de millones de personas oprimidas la que nos lleva al VOTO EN BLANCO. ¿Puede cambiarse esa acción por un parche de 0,7%? Sería una canallada moral.
El aborto lo favorecen todos los partidos parlamentarios sin excepción, extrañándonos que se silencie que el PP es abortista, como lo fue Hitler. Y lo favorece también hoy una izquierda oficial -no hay otra- a base de derechización.
Concluyo: Ofrezco al autor del suelto de «Alfa y Omega» un diálogo público sobre el tema en el domicilio de la Casa de Cultura y Solidaridad de Madrid.