A propósito de Santiago Carrillo

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La más fuerte oposición al franquismo fueron grupos cristianos.

Dejemos al muerto en paz. Ya no es momento. Miremos al alucinante mundo de los que dicen que “solo en PCE abanderó la oposición al franquismo”. Son legión. Cito en concreto uno de los que he leído, Rafael Álvarez Gil en Canarias7.

Son legión pero no es verdad. Sindicalistas como Antonio Gutiérrez (CCOO) y Nicolás Redondo (UGT) reconocieron el inestimable valor de la lucha antifranquista de los cristianos. Hay documentos internos del PCE que así lo señalan como bien ha recogido el profesor Díaz Salazar. Es evidente: falta amor a la verdad, sobra “pose” “ideológica”.

¿No era oposición el cardenal Vidal i Barraquer que muere en el exilio? ¿No lo eran los cientos de grupos del apostolado obrero, especialmente los de la HOAC? ¿No lo eran algunos grupos católicos de intelectuales? ¿No lo fue la Editorial ZYX?

No solo los comunistas no estuvieron solos. Ni siquiera fueron los actores principales. La más fuerte oposición al franquismo fueron grupos cristianos. ¿Todos? No. ¿Cristianos? Sí. Y además fueron los de análisis más certero. Mientras Carrillo y tantos otros creían que Franco caería como una ficha más del dominó del fascismo, los militantes cristianos se dieron cuenta de la camaleónica capacidad del franquismo que le daría una larga supervivencia. Siguieron por ello una estrategia distinta. Y acertaron. Por ello hicieron también oposición. Más y mejor.