África, el ébola, la muerte

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El relato que hace Paciencia Melgar Ronda de lo que sucede dentro de las cuatro paredes estremece: -Teníamos un solo baño para todos [59 infectados] y casi siempre estaba atascado y devolvía las aguas fecales. Había que vomitar en cubos de plástico que nos daban a cada uno. No había forma de asearse. No teníamos ventanas y el aire apestaba. Era horroroso. Con frecuencia la gente usaba los cubos para hacer en ellos sus necesidades y recoger las goteras que caían del techo cuando llovía…

El techo al que se refiere no es más que una simple lámina de zinc que retumba al caer el agua en esta época de lluvias, haciendo imposible conciliar el sueño.