AL GORE, premio Príncipe de Asturias … ¿Para qué cooperación internacional?

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'Al Gore mata por codicia', en referencia a las contribuciones de grandes farmacéuticas que colmaron los arcones de su campaña presidencial de 2000, las mismas que recurrieron a múltiples métodos para obstruir el programa de Sudáfrica para producir drogas genéricas baratas.

La presidenta del comité español de UNICEF, Consuelo Crespo, que formó parte del jurado que ha concedido el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional a Albert Arnold Gore, destacó que el ex-vicepresidente de Estados Unidos «ha dado visibilidad al problema del cambio climático» y añadió que «es un problema muy complejo que exige muchas actuaciones desde muchos frentes»… «ese es en esencia el valor que se ha querido destacar al premiar a Gore». «Gore es de las pocas personas que tienen capacidad como para llamar la atención mundial sobre el problema«, concluyó.  Me pregunto: ¿es esto toda la verdad?. A veces con hermosas preocupaciones ecológicas se ocultan oscuros propósitos…


El premio que se le ha otorgado al ex presidente Gore se concede «a la persona, personas o institución cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al mutuo conocimiento, al progreso o a la fraternidad entre los pueblos«.


Los ciudadanos tienen derecho a conocer cómo ha sido esta «relación fraterna y de contribución al progreso» que  al parecer  Gore ha tenido con los empobrecidos de la Tierra y  que la presidenta de UNICEF-España ha ignorado totalmente.


En 1999 muchos demócratas y sus aliados políticos atacaron al entonces vicepresidente por condenar a millones de africanos a una muerte lenta horrible, al negarles el acceso a las drogas genéricas contra el sida, aliándose con  la poderosa industria farmacéutica. El editorial del Washington Post del 25 de junio de 1999 atacó la ley de Sudáfrica que permitía la venta y uso de medicamentos genéricos. Decía: «Las compañías farmacéuticas estadounidenses consideran la ley —que le permite al ministro de Salud de Sudáfrica importar o producir nacionalmente drogas genéricas contra el sida menos caras— una violación a su protección de patentes. Han presionado con agresividad al Congreso y la Casa Blanca para que los ayuden, proponiendo incluso que se corte la ayuda extranjera para Sudáfrica».


Dirigentes de AIDSDA denunciaron que en 1998 y 1999 el vicepresidente Gore amenazó al vicepresidente (y después presidente) sudafricano Thabo Mbeki con que EEUU le retiraría toda ayuda económica, a menos que Sudáfrica abandonara sus planes de fabricar e importar drogas genéricas más baratas para el tratamiento del VIH–SIDA. En consecuencia, miembros de la coalición AIDSDA acosaron al vicepresidente durante su campaña por la presidencia gritando consignas como, «Al Gore mata por codicia», en referencia a las contribuciones de grandes farmacéuticas que colmaron los arcones de su campaña presidencial de 2000, las mismas que recurrieron a múltiples métodos para obstruir el programa de Sudáfrica para producir drogas genéricas baratas que pudieran atajar el avance del VIH–SIDA.


En 1998, Clinton y Gore bombardeaban con más de 12 misiles de crucero la fábrica de medicamentos El Shifa en Sudán, con la excusa fraudulenta de que producía armas químicas (lo que se comprobó ser absolutamente falso). Tuvo como resultado destruir la producción del 90% de los medicamentos esenciales que se utilizaban en el país y su independencia con respecto a las multinacionales médicas. Es incalculable el número de sudaneses que murieron por no disponer de los medios para tratar las enfermedades mortales.


Pero en los actos de Gore hay más que una preocupación por la trasgresión de patentes. Entonces, como ahora, Gore abrazó el genocidio contra el Tercer Mundo disfrazado de «ecología». En su elogio al libro de Paul y Anne Ehrlich, The Population Explosion (La explosión demográfica. Simon & Schuster, Nueva York, 1990), Gore apoyó plenamente su exigencia de que se tomen medidas de reducción poblacional en los países más pobres del mundo. Los Ehrlich alegan en su libro que el sida es sólo la última de numerosas enfermedades pandémicas consecuencia de la «sobrepoblación» que, de manera increíble, afirman que impera en África, donde creen que se originó el sida. Gore no sólo les dio su apoyo por escrito en el forro del libro, sino que repitió como un fanático estos sentimientos en su propia diatriba «ecologista» de 1992, La Tierra en juego. 


El pasado mes de febrero de 2007, Al Gore se reunió en La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien anunció seguidamente que el Ejecutivo iba a poner a disposición de todos los centros escolares el documental «Una verdad incómoda», producido por Al Gore.


Zapatero calificó esta película de «importante y necesaria para mentalizar a todos» y declaró a la prensa que el cambio climático es «el reto más importante de la humanidad». Por su parte, el Ministerio de Educación y Ciencia comunicó a las comunidades autónomas, en la Comisión General de Educación celebrada el pasado 24 de abril, que ya se han obtenido los permisos para el curso que viene.


Concluimos:


No es justo un premio a quien defiende que la mejor manera de acabar con la pobreza es acabando con los pobres y está al servicio de los intereses de la poderosa industria farmacéutica.


Al Gore, también candidato al Premio Nobel de la Paz, como demuestran los hechos ha contribuido  a un mundo más injusto y menos fraterno. No olvidemos que el mundo hoy podría alimentar según la FAO (con datos de hace 20 años) a más de doble de la población actual. No hay un problema de superpoblación sino de Justicia.


Y son muchos los líderes mundiales que defienden una ecología inhumana, contra la especie menos protegida y la única sagrada de la faz de la Tierra: el ser humano. El HAMBRE ES LA PRINCIPAL AMENAZA PARA LA PAZ como dijo el ex presidente Carter, reciente premio Nobel de la Paz.


Hoy ZP y Al Gore, en perjuicio de los empobrecidos de la Tierra,  dicen que es el cambio climático… ¿A qué intereses oscuros  están sirviendo UNICEF, el Premio Príncipe de Asturias y nuestro presidente ?


 Francisco Rey Alamillo